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Cine y Series

Oscars 2024: Segundas partes lo son todo

En Con vistas al mal, Cine y Series 17 marzo, 2023

Ángel Pontones

Ángel Pontones

PERFIL

Academia de las Artes Infográficas Stan Lee de Wakanda, nueva sede para la ceremonia de entrega de los Oscars 2024. Metidos en cuenta atrás. Entre bambalinas los presentadores del evento: Ricky Gervais, Harrison Ford y Shakira. Ford en particular no deseaba estar allí, pero su contrato para interpretar por quinta vez a Indiana Jones tiene unas cláusulas tan draconianas que le obliga a participar en todo tipo de promociones hasta que ruede una sexta parte o fallezca, lo que ocurra primero. Entre ellas está acudir a esta gala.

Repasando en su camerino dos o tres lugares comunes a los que aferrarse en su presentación, Ford escucha un zumbido suave que va derivando en un chorro de voz que le resulta familiar, aunque no del todo. Buscando el origen de la misma descubre que proviene de…

-Harrison.

-¿Quién me habla?

-Soy Benedict Cumberbatch, te hablo desde tu pajarita.

-¿Cómo?

-No puedo perder tiempo en explicártelo todo, Harrison. Tendrás que creerme. Métete en la cabeza que soy Cumberbatch y sé de qué va esto. Tú simplemente asiente.

Oscars

Harrison Ford

-¿Dónde estás?

-No preguntes más. Atiéndeme. Vas a entregar el Oscar a la mejor película dentro de unas 3 horas y 40 minutos. Tú (y todo el mundo) piensas que ese Oscar va para Mission Impossible 7, pero no es así.

-¿No?

-No. Una inteligencia artificial ha determinado que Para entenderlo todo debo explicártelo en una segunda parte es la ganadora de este año, y aquí viene el quid de la cuestión.

-¿Qué cuestión?

-He dicho que no preguntes, Harrison. Si ese sobre se abre y tú das por ganadora a esta película, el Universo tal y como lo conocemos…

-Implosionará.

-Eres listo, no has preguntado. Pero no, no implosionará.

-Entonces….

-Hará una cosa muy rara. Se deslizará hacia un lado, luego hacia otro, y después se dará la vuelta. Hacer un viaje de novios a las islas griegas o a Bali se volverá algo muy complicado.

-Y tú lo sabes por…

-Porque vengo de un lugar alternativo, desde donde puedo ver lo que pasó, pasará y…

-Un universo alternativo. ¿Pero es que no se os ocurre otra cosa últimamente?

-No preguntes, Harrison. Todos somos marionetas de las circunstancias, actores de este psicodrama manejados por fuerzas mayores, y éstas se han emperrado ahora en convertir la realidad en una comunidad de vecinos galáctica.

-Cada universo, un apartamento.

-Y la gente convivía hasta ahora feliz sin molestar al vecino, pero de tanto construir las paredes del grosor de un papel de fumar, se ha vuelto bastante sencillo pasar de uno a otro universo.

-En resumidas cuentas…

-No puedes abrir ese sobre.

-Pero yo he venido aquí para abrir ese sobre.

-Te he visto correr delante de un pedrusco gigante en En busca del arca perdida (1981), y sobrevivir a un crío repelente y a un intento de trasplante de corazón a lo vivo en The Temple of Doom (1984). Te he visto compartir pareja con tu padre en The Last Crusade (1989), y aspirar al Nobel de la Paz por no asesinar al guionista de La calavera de cristal (2008). Créeme, puedes no abrir ese sobre.

-¿Y si lo abre otro?

-Sabes que esa no es la solución. Y te dejo, vuelvo a mi universo que espero ahora mismo un paquete express de Nozama.

Harrison Ford se sienta en una silla Bauhaus ubicada en el centro de su camerino, y dedica los siguientes minutos a contemplarse fijamente en un espejo con la forma del Halcón Milenario. Intenta analizar lo que ha pasado realmente en uno de los impasses más raros de su vida. Descubre que Nozama es Amazon al revés. Con displicencia se quita la pajarita y la arroja a una papelera cercana. Llaman entonces a la puerta del camerino, posiblemente para darle el aviso de que vaya preparándose para salir al escenario. Pero al abrir se encuentra cara a cara con Jamie Lee Curtis.

-Hola.

Empezamos mal. La voz no solo no es de ella sino que le resulta completamente desconocida.

-¿Quién eres?

-Soy Jason Voorhes. Tengo mi propia saga pero no te sonará mi voz, ya que no hablo en ninguna de mis películas.

-Jason…el tipo loco ese de la máscara.

-Me han llamado de muchas maneras, pero de esta que es la más correcta, nunca.

-¿Que haces aquí, Jason?

-Benedict Cumberbatch me ha dicho que venga a ayudarte.

-Benedict. ¿Entonces Benedict es real?

-No sé si es real pero lo han nominado al Oscar más veces que a ti.

-Quiero decir que Benedict me ha hablado de un sobre final que no debo abrir.

-En realidad son 4 sobres. Benedict es muy olvidadizo.

-Pero yo solo entrego un premio.

-Solamente entregabas un premio, pero el multiverso está colapsando y ello te toca a entregar 27 de los 28 de la ceremonia.

-Pero hay más presentadores.

-Gervais entregará el premio a la mejor interpretación censurada. Shakira recitará un monólogo de Otelo sobre los celos mal entendidos. Con la voz de Lawrence Olivier, claro.

Oscars

Sacheen Littlefeather

Ford mira al cielo buscando a George Lucas o a Steven Spielberg, pero lo único que ve es un moscardón atrapado en un halógeno.

-¿Y qué otros sobres no debo abrir?

-Recibirás instrucciones. Ahora debo irme. Aunque no lo parezca, comparto este tiempo con una película en la que debo matar a John Carpenter.

Diez minutos más tarde. Pasillo de acceso a una antesala cuya pared maestra contiene una serie de pantallas que muestran por un lado a las caras más conocidas de la ceremonia, ya ubicadas en sus asientos, y por otro lado a una raza de lagartos alienígenas que intentan penetrar en el perímetro defensivo  de Wakanda, para aniquilar a sus habitantes, y de paso a los asistentes a la gala. Harrison Ford busca en su bolsillo un pañuelo para secarse el sudor del rostro, pero antes de encontrarlo alguien le ofrece el suyo. A desgana, alza lentamente la mirada.

-¿Billy Cristal?

-Hola, Harrison. ¿Cuánto hace que no nos vemos? Estás mayor.

-Demasiado mayor para cualquier cosa que me pidas.

-No te digo que sea tu culpa. Igual soy yo el que no ve bien.

-Abrevia. ¿Conoces a Benedict y a Jason?

-No personalmente.

-Pero…

-Me han encargado que te diga algo.

-Algo sobre 4 sobres.

-Realmente es algo sobre Blade Runner 2049, pero igual no te va a gustar.

-Quiero saber qué 4 sobres no debo abrir.

-Hmmm, en particular no deberías abrir el tuyo.

-El mío.

-Tu Oscar. Ya te tocaba ganar uno.

-¿Pero cómo es posible? Yo no estoy nominado.

-Pero el multiverso colapsa, como te llevan diciendo toda la noche. Tu Oscar viene por una película con Woody Allen.

-He oído hablar de ella. Drama con asesinatos rodado en París.

-No, no, es algo tipo Crepúsculo, pero con artes marciales. Ya sabes, chico busca a chica por un camino sembrado de patadas voladoras…

-No cabe duda, el multiverso colapsa. Entonces mi película de Indiana…

-Un drama sobre la inmigración. Te vas a vivir con tu esposa Marion a un poblado gallego donde un tal Luis Zahera te coge manía y te mata. No sé si en ese orden.

-No me importa lo más mínimo.

-Tampoco debes abrir el del premio a la mejor secundaria.

-Ahora todo es primario.

-No. La mejor secundaria este año es Shirley Temple.

-Pero Shirley Temple murió hace años.

-Por eso no debes abrirlo.

Oscars

Shirley Temple

-¿Hay algo de orden en todo esto que me estáis diciendo? ¿Seguro que no es una broma de Gervais?

-Gervais no es Gervais. Es Sacheen Littlefeather, la actriz india que salió a rechazar el Oscar que le dieron a Marlon Brando por El Padrino. Por cierto, también intentará matarte pues hace meses que no le pagas el impuesto de protección a Don Corleone.

Ford cierra los ojos un instante para intentar centrar sus pensamientos, pero al abrirlos ya no tiene delante a Billy Cristal sino a Ana de Armas.

-Hola, Harrison.

-No sé quien eres, pero estoy muy cansado de esto.

-Si que sabes quien soy. Los dos salíamos en Blade Runner 2049.

-Llevo 2049 días intentando olvidar esa película.

-Y yo he venido a ver si entiendes lo importante que es todo esto, Harrison.

-Deja de tratarme como un idiota, Armas (¿te llamas Armas, no?). Yo solo sé que vais y venís, algunos con las voces cambiadas, y a los que conserváis las vuestras aún os entiendo menos. Me explicáis un trozo de este plan maestro, como si las partes fueran más importantes que el todo. Y cuando lo junto todo a la vez en mi cabeza, ninguna parte tiene sentido. Primero no debo abrir un sobre que después son cuatro. Más tarde gano un Oscar que no puedo recibir, por una película de karate dirigida por Woody Allen.

-Yo estoy nominada este año por una de Luis Buñuel.

-Todo colapsa.

-No, alguien ha comprado una película mexicana de Buñuel y me han editado en ella. Alguien pensó que el resultado mejoraría mucho así, y mira, han acertado.

-¿Pero eso se puede hacer?

-Céntrate, Harrison. Los sobres.

Oscars

Faye Dunaway y Warren Beatty en los Oscars 2017.

-Se me ha ocurrido que alguien pueda cambiarlos. Recuerdo que hace unos años pasó algo así con La La Land (2016)

-Ese fue el primer intento de hacer colapsar el multiverso, y para lograrlo era necesario que ganara La La Land. Warren Beatty y Faye Dunaway (Bonnie and Clyde en realidad) debían llevarlo a cabo haciéndose pasar por dos ancianos despistados, pero a última hora pudimos desenmascararlos y hacer que todo pareciera eso, un despiste idiota.

-Desenmascarar. Eso me recuerda a Jason.

-Por favor, no te disperses.

-Es difícil dispersarse en medio del caos.

-Es muy profundo eso que has dicho, Harrison. Vivimos en un caos producido por un desajuste inesperado en la maquinaria, algo que nos pilló a todos de sorpresa y cuyos ecos han ido dispersándonos y alejándonos más del camino correcto.

-¿Hablas de la bofetada de Will Smith a Chris Rock?

-No, Harrison. Me gustabas profundo y ahora te has vuelto superficial. Esto es demasiado importante como para frivolizar con ello.

-Valdría más que me dieras consejos útiles en lugar de esta cháchara.

-No soy perfecta, pero sí lo mejor que tienes. Hace unos días se convocó un concurso tipo Got Talent para escoger a quien fuera a contarte esto, y quedé por delante de Orson Welles.

-¡Pues dime que debo hacer para no tener que abrir ni un maldito sobre!

Ford no se da cuenta que está hablando cada vez más alto. Por un estrecho pasillo que lleva al escenario aparece Meryl Streep con cara de preocupación:

-¿Te ocurre algo, Harrison?

-¿Qué haces aquí, Meryl? ¿Vas a presentar algún premio?

-No, solo me he perdido. Y en el programa dice que tú lo presentas todo.

-Dime, ¿conoces a…? Ford busca con la mirada a Ana de Armas, para comprobar que ya no está en la sala, como por otra parte él esperaba.

-¿Seguro que estás bien? No llevas tu pajarita.

-Meryl, creo que me estoy volviendo loco.

-Todos estamos un poco locos en este negocio. Hace dos días apareció por mi casa un tipo de Eon Producciones, preguntándome si querría ser la nueva James Bond 007. ¡Y le dije que sí! ¿Qué otra cosa podía decirle?

Oscars

Meryl Streep

-¿Y lo ves normal, Meryl? ¿De veras que no te chirría nada?

-A nuestra edad nos chirría todo. Pero que le vamos a hacer si el multiverso colapsa.

-Es lo lógico, sí.

-Te acompaño al escenario. Me han dicho que los del Teleprompter no se aclaran con los letreros que debes leer. ¿Pediste una combinación Arial – Elephant 32, no?

-Supongo.

-Por cierto, me gustó mucho tu actuación en la película de Woody. Lástima de aquella protesta en tik tok que obligó a quemar todos los negativos, y a excomulgar a todo el reparto.

-Ya no existen los negativos, Meryl.

-Tienes razón. Debemos ser optimistas. Yo debo hacer ejercicio.

-¿Puedes quedarte conmigo mientras abro los sobres?

-Lo siento. Si pasa lo que debe de pasar me gustaría estar lo más lejos posible del escenario. Y de ti. Así lo hice en No mires arriba (Don’t Look Up, 2021).

-Te lo agradezco igualmente.

-Y yo a ti. En lo que llevo de noche he saludado a Bette Davis, me ha sacado a bailar Gene Kelly y me ha comido la lengua Robert Mitchum. Y estoy seguro que tú tienes mucho que ver con ello.

-Acompáñame entonces.

-No, Han Solo. Hoy debes hacerle honor a tu apellido.

Escenario principal de la Academia de las Artes Infográficas Stan Lee de Wakanda. Harrison Ford camina muy muy despacio hacia la mesita donde se encuentra la correspondencia fatal que debe abrir muy a su pesar. Piensa en sus nietos, en Chewbacca, y en el Arca de la Alianza. Los focos que le deslumbran y hacen chiribitas en los ojos, no le permiten ver a prácticamente ninguno de los 800 asistentes a la ceremonia. Si acaso a un par, ubicados en los extremos. En un momento dado, los identifica.

Chris Rock.

Dándole una paliza a Will Smith.

Ford sonríe por primera vez en toda la noche. En esos momentos, como siempre, la cámara lo adora.

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