Natty Dread suele competir con otros dos discos por el honor de ser el mejor disco de estudio de Bob Marley, Catch a Fire y Exodus, pero puede que sea el más desconocido del trío. Si Catch a Fire es el primer disco que sacó a nivel internacional fuera de Jamaica, cuando todavía era parte de los Wailers, junto a Peter Tosh y Bunny Livingstone, y Exodus es algo así como el grandes éxitos oficial, siendo el disco con más canciones en ese mítico Legend que le convirtió en superventas tras su muerte, Natty Dread no mete ni una sola canción en aquel recopilatorio que suele ser la puerta de entrada al mundo de Marley.
Natty Dread fue el primer disco que grabó sin Tosh, ni Livingstone, que habían abandonado el grupo viendo que en Europa estaban más interesados en su carismático cantante y compositor principal que en sus aportaciones. No eran unas bajas cualquiera, ambos eran buenos compositores por su cuenta, principalmente Tosh, y sus armonías vocales estaban a la altura del grupo que les había inspirado en un primer momento, los Impressions de Curtis Mayfield.
Lo bueno es que Marley no tenía que preocuparse mucho por el material extra, ahora que estaba intentando abrirse camino en el mundo occidental tenía más de 10 años de canciones, y de carrera, detrás suyo a las que podía recurrir sin que el público anglosajón las hubiera oído jamás, y en Natty Dread recuperaría unas cuantas. Además, se había quedado con el nombre de la banda, sacaría los discos como Bob Marley & The Wailers, y lo que era más importante el grupo de músicos que les llevaban acompañando de 1970, o lo que es lo mismo una de las mejores secciones rítmicas de la historia, la compuesta por los hermanos Aston, bajista, y Carlton Barrett, batería. Para este disco sumó a Al Anderson a la guitarra principal, a Jean Russell a las teclas y a las fundamentales I Three, el trío de voces femeninas formado por su mujer, Rita Marley, Marcia Griffiths y Judy Mowatt.
Marley se encontraba en su mejor momento creativo y su banda nunca había sonado mejor, así que es normal que Natty Dread se convirtiera en el clásico que es hoy. Eso sí, había un problema: Marley se estaba empezando a hacer famoso en el mundo occidental. Un mes antes de la aparición de este disco, Eric Clapton llevó al número uno de las listas de medio mundo su versión de una de sus canciones “I Shot The Sheriff”, y su antigua editorial de canciones, Cayman Music, entró en litigios con él. Por ello Marley decidió poner como compositores de las nuevas canciones a familiares y amigos, principalmente a su mujer Rita y a amigos como Leon Cogill o los hermanos Barrett. Con ello conseguía que su antigua compañía no viera un duro y dar un sustento a los suyos.
Eso sí, la joya de la corona, la mejor de las canciones que había escrito hasta ese momento, la puso a nombre de alguien muy especial, Vincent Ford, su amigo de la infancia del que Marley decía que, de no haber sido por él, se hubiera muerto de hambre de niño en el gueto de Trenchtown. Desde entonces Ford ha podido vivir de las rentas (nunca mejor dicho), pudiendo alimentar gratis a los menos desfavorecidos desde su puesto de sopa, como hizo con el propio Marley cuando este era un chaval. Y es que sí, en Natty Dread aparece la canción más famosa de su carrera, “No Woman No Cry”, aunque no sea en la versión que casi todo el mundo conoce, la que grabó en directo al año siguiente, apareciendo en el disco Live! (y posteriormente en Legend), con la audiencia del Lyceum Theatre de Londres dándole con sus coros su histórica introducción.
Pero Natty Dread va mucho más allá de su canción más famosa, la primera del disco es absolutamente gloriosa, abriéndose con “Lively Up Yourself”, una canción que Marley ya había grabado en 1971 con los Wailers, pero que decidió recuperar para su primer disco en solitario, ya sin Tosh y Livingstone a su lado. Fue un acierto, porque la de 1974 es la mejor versión de la canción, anunciando que estaba en el mejor momento de su carrera, doblando la duración de la primera versión, ahora con los insinuantes licks de guitarra de Al Anderson, la increíble interacción de los hermanos Barrett y los solos de saxo tenor de Tommy McCook. Puro gozo jamaicano que debería haber tenido un hueco en Legend.
“Them Belly Full (But We Hungry)” era una de las muchas canciones políticas del disco, la canción resumía el increíble poder de la música de Marley para hablar sobre desgracias e injusticias y convertirlas en el himno más alegre. Marley llamaba a la revolución, Una multitud hambrienta es una multitud furiosa, pero lo hacía moviendo tu esqueleto, Olvida tus problemas y baila. En eso coincidía con George Clinton y sus Funkadelic, libera tu mente y tu culo la seguirá.
Luego llegaba otra canción fundamental: “Rebel Music (3 O’Clock Roadblock)”, con un comienzo enorme, con un gran trabajo de Aston Barrett al bajo y la armónica de Lee Jaffe poniendo el blues, donde hace una declaración política con claridad y economía de palabras, nuevamente con otra demostración musical de unos Wailers encendidos.
La segunda cara, sin llegar a los niveles de la primera, es también maravillosa, “So Jah Seh” se beneficia de una magnífica sección de vientos, mientras que “Natty Dread” era otra prueba más de que hay mucho más de Marley, más allá de Legend. Una increíble melodía con el apoyo vocal de las I Threes y una letra en la que se veía el enorme peso que la religión Rastafari tenía en su vida, sus rastas comenzaban a flotar libres en su cabeza. La firmó con el nombre de su mujer, Rita Marley.
“Bend Down Low” era otra canción que ya había grabado anteriormente, aunque aquí vuelve a sonar a versión definitiva, mientras que “Talkin’ Blues” es otra maravilla, en la que a pesar de su letra sobre penalidades, La tierra fría fue mi cama anoche y la roca también fue mi almohada, Marley parece estar disfrutando bajo el inagotable y pausado groove de su banda. El disco llega a su fin con la desafiante “Revolution” con los Wailers nuevamente ampliados con unos magníficos vientos.
Natty Dread volvía a conseguir un balance perfecto entre sus raíces reggae y las influencias de la música pop/rock. Era agresivo, directo y bailable, lleno de letras combativas, armonía, melodía y ritmo. Marley seguía su ruta imparable hacia el estrellato mundial con un disco imprescindible dentro de su discografía, diga lo que diga Legend.
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