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Neil Young, una vida sobre ruedas

En Música 8 octubre, 2015

Carlos Pérez de Ziriza

Carlos Pérez de Ziriza

PERFIL

El legendario músico canadiense redondea su ciclo autobiográfico con Special Deluxe, un libro en el que vuelve a abordar gran parte de su carrera, con su amplia colección de coches como testigo.

Los coches antiguos son reflejos del sueño americano, un espejo de su cultura. Es el arte de su época, un espejo en el que observar el pasado de EEUU. Lo dice Neil Young en las páginas de Special Deluxe. Mi vida al volante (Special Deluxe. A Memoir of Life & Cars, 2014; Malpaso, 2015), el segundo volumen autobiográfico que el veterano músico canadiense publica en menos de tres años, tras aquel reciente Memorias de Neil Young. El sueño de un hippie (2012; Malpaso, 2014). La frase puede sonar especialmente grandilocuente a oídos de cualquier europeo.

Pero conviene no olvidar que los Estados Unidos son ese país que incluso alumbró una banda de éxito, llamada The Cars, porque a su líder –Ric Ocasek– no se le ocurría otro lugar en el que el norteamericano medio pasase más tiempo a lo largo de su vida. Mucho más que un medio de transporte, el coche es allí todo un símbolo. No solo de estatus social. Un objeto con el que crecer, flirtear, enamorarse, trabajar… vivir, en esencia. La epopeya de la Norteamérica de las grandes llanuras siempre ha girado en torno al coche como eje central.

Neil Young escribió «Like a Hurricane» en su coche DeSoto Suburban de 1950, frente al mirador de Skeggs (California). Fue una tarde de finales de 1975. Cuando volvió a su rancho terminó de redondearla junto a su órgano eléctrico, esa misma noche, antes de amanecer.

Inicialmente podría antojarse farragoso para el lector no iniciado, o para cualquiera que no se sienta especialmente familiarizado con el mundo de los automóviles. Pero las más de 300 páginas de Special Deluxe arrojan algunas nuevas luces sobre la figura, casi inabarcable, del gigante canadiense. Partiendo de su éxodo a mediados de los años 60, desde su país natal hasta la tierra prometida de California, donde por aquel entonces se gestaba el enorme hervidero de ideas que cristalizaba en el folk rock, el sunshine pop y la incipiente psicodelia que estaba aún por llegar, hasta sus más recientes reflexiones en torno al cambio climático y la necesidad de encontrar energías alternativas.

En la descripción de cada uno de los modelos que han pasado por sus manos, el músico detalla la cantidad de dióxido de carbono vertido a la atmósfera. Retrospectivamente no se siente orgulloso de ello, las páginas del libro delatan cierto resquemor. Su propósito de enmienda, tratando de extraer el máximo partido al uso de biocarburantes y coches eléctricos, es más que patente en el último tramo del libro.

Young dedica parte del capítulo dedicado a su limusina Pearl a explicar cómo y por qué se compuso «This Note’s For You», cuyo video clip fue censurado por la MTV en el momento de su irrupción, en 1988. Irónicamente, acabó siendo premiado como mejor video clip de aquel año por la propia cadena, gracias a los votos de los espectadores.

Neil Young ha cambiado de coche, a lo largo de su vida, casi como quien cambia de chaqueta. Pero cada uno de esos vehículos, con las descripciones sobre su acabado, su tapicería o la fluidez de su conducción, funcionan como metáfora de las distintas etapas de su vida y sus diferentes fases creativas. Desde los tiempos de Buffalo Springfield a la madurez junto a los Crazy Horse, pasando por Crosby, Still, Nash & Young.

"Special Deluxe". Neil Young

Los coches inacabados representan sueños rotos, amores perdidos e ideas abandonadas, nos cuenta. Algunos de esos coches inacabados que albergaba en su vasta colección y que estaban pendientes de reparación (Young tenía por costumbre darse el capricho de regalarse uno al terminar cada nuevo disco, imagínense el volumen), tuvieron que ser vendidos en 2010 ante la disminución de ingresos que afectaba ya a la plana mayor de músicos de cierto prestigio, en medio de una industria discográfica en proceso de derrumbe.

No obstante, el libro del padrino del grunge (y de tantas y tantas cosas) no es un canto a la desesperanza, sino todo lo contrario. Una sentida recapitulación con la que notariar, sin remordimientos, errores del pasado (sobre todo, algunas de sus truncadas relaciones de pareja, siempre supeditadas a su profesión), la relación con sus hijos (dos de ellos tienen enfermadades severas), colecciones de canciones ya bautizadas en su momento y que nunca vieron la luz (¿lo harán algún día todos esos discos?) y también numerosos logros creativos.

1948. Buick Roadmaster Hearse

Neil Young compuso la sentida “Long May You Run” tras jubilar a Mort, el Buick fúnebre de 1948, con el que estuvo girando a mediados de los años 60.

Dice Young que los coches le han hablado durante toda su vida. Al mismo nivel que las personas. El coche es prácticamente un símbolo nacional allí. Y también un recordatorio de épocas de opulencia que quizá ya no vuelvan. Al músico, a punto de cumplir los 70 años y con un divorcio reciente sobre sus espaldas, le han servido también como hitos en el camino para recapitular y mostrar su vertiente más humana y emocional. Otro retrato de un creador contradictorio. A veces excesivo. Pero siempre radicalmente fiel a su instinto.

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