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«La sala de profesores», un grito silenciado

En Cine y Series 28 enero, 2024

Eva Peydró

Eva Peydró

PERFIL

La sala de profesores (Das Lehrerzimmer), dirigida por Ilker Çatak y candidata al Oscar a la Mejor película internacional en la próxima edición de los premios de la Academia, es un thriller social con un debate ético en su núcleo. Situada en el único ámbito de un centro de enseñanza secundaria, la película presenta a una joven maestra, Carla Nowak, enfrentada a una situación para cuya respuesta su preparación y principios no le resultan útiles. Un robo en el colegio es el detonante para una serie de actuaciones por parte de toda la comunidad escolar —padres y madres, profesores, equipo directivo y alumnado—, que ponen en cuestión los métodos de investigación y resolución a los que recurren, de acuerdo con las normas y su propio criterio. Por otra parte, los diferentes intentos de mediación entre los implicados, con intereses y motivaciones distintos, se enfrentan a un sistema tan aparentemente garantista como ineficaz para proteger los derechos de unos y otros, sin satisfacer a ninguna de las partes.

El abordaje de la cuestión subyacente es absolutamente contemporáneo, porque la sensibilidad nueva y las tecnologías de uso cotidiano que han transformado nuestras vidas, con los límites de uso que imponen en la protección de los derechos, redefinen los roles de víctima y verdugo. Las redes sociales y el nuevo contrato entre profesores y alumnos que moldean este thriller, habrían convertido La sala de profesores en una película diferente, hace solo treinta años, pero quizá en cuanto a las herramientas y la potenciación de algo más profundo que ha existido desde siempre en nuestra sociedad. La película, con una impecable fotografía de Judith Kaufmann, está planteada como un panóptico en el que visualmente las diferentes plantas, las escaleras que cruzan en diagonal la pantalla o las salas que se comunican, nos colectivizan y exponen, como perfecto correlato a la extrema facilidad de difusión que ofrecen las redes sociales y los sistemas de mensajería instantánea. Al mismo tiempo, a pesar de su apariencia de microcosmos es en realidad un fiel correlato de lo que sucede afuera, por eso el poder individual de una maestra bienintencionada resulta impotente, incluso en su propia demarcación.

Esta punzante exposición de un dilema que afecta a nuestros valores, de un modo totalmente actual, parte de un guion excelente con la justa dosis de cinismo, que cimenta un thriller sólido. Gota a gota, pequeños incidentes y sus consecuencias, tejen una telaraña en que la maestra va quedándose atrapada y bloqueada, más y más, según sus maniobras bienintencionadas la llevan a responder a situaciones inesperadas. Su idealismo e inexperiencia no la han preparado para la complejidad de la dinámica escolar, que trasciende los muros del aula.

La protagonista es una mujer joven cuya rectitud provoca nuestra empatía, pero a la vez es una antiheroína, en su propio medio. El suspense no nos abandona en un filme que está circunscrito a las paredes del colegio, donde la vida exterior solo se refleja en la reunión de padres. El centro escolar es el centro magnético que atrae a su comunidad, es allí donde todo sucede y desde donde lo demás se conoce. No seguimos a la Srta. Kovak a su casa, donde quizá podría discutir el problema con su familia o amigos, no vemos el hogar del pequeño Oskar, ni el drama familiar que vive entre la culpa, la vergüenza y la rebelión.

La sala de profesores es un thriller emocional y un retrato del microcosmos escolar, pero no solo eso, porque Ilker Çatak, que firma el guion con su colaborador habitual, Johannes Duncker, abre sutilmente el foco a la sociedad alemana y sus valores, llegando incluso a una velada alusión a la xenofobia, respecto al sospechoso del robo, así como en una escena en que Carla y un compañero, ambos de origen polaco, hablan en su lengua.

La sala de profesores

Las interpretaciones de todo el reparto son más que solventes, destacando una Leonie Benesch (La cinta blanca, Babylon Berlin) que interpreta a Carla Novak con un candor y determinación conmovedores. Eva Löbau (Malditos Bastardos) encarna a la administrativa del colegio, madre de Oskar (Leonard Stettnisch, en su debut ante las cámaras), cuyo trabajo consigue aportar la ambigüedad que precisa.

La sala de profesores, estrenada en la última edición del Festival de Berlín, fue galardonada en el pasado Festival de Valladolid con el premio al mejor montaje para Gesa Jäger (Unorthodox), en su país consiguió cinco premios Lola del cine alemán (Mejor película, actriz, directora, guion y montaje) y representa a Alemania como mejor película internacional en los próximos premios Goya y Oscar. 

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