Samuel Salcedo saca su obra en la calle con URVANITY

UVNT Art Fair aka URVANITY ha conseguido que la ciudad se convierta en un museo abierto con arte digital, intervenciones e instalaciones, abierto a todos los ciudadanos. Aquí encontraremos lugares donde se ubicarán algunas de las propuestas más pertinentes del momento, tanto en las calles y las plazas de la capital, como en el interior de algunos de sus edificios más emblemáticos.

Uno de los artistas más singulares, que tendrá expuesta su obra en el edificio Metrópolis (confluencia entre la Gran Vía y la calle de Alcalá), es el artista Samuel Salcedo, que cuestionará al espectador con su sutil ironía y vulnerabilidad, enfatizando la naturaleza enmascarada de los seres humanos.

Hemos tenido el placer de hablar con él sobre su obra, la feria y la filosofía que entrañan sus propuestas.

¿Cómo percibes la evolución de la feria desde que se inició? ¿crees que ha sido una evolución necesaria y ajustada a nuestro tiempo? 

Siempre he visitado la feria como curioso, y lo que aparentemente parecía una feria enfocada al arte urbano, se ha ido abriendo poco a poco, de forma coherente, a tipologías de arte más variadas, donde también se incluyen propuestas, quizá más convencionales, como es mi caso, que soy un escultor simplemente formal. Pero, en definitiva, la feria URVANITY se ha abierto inteligentemente a un arte urbano que escapa a cualquier tópico sobre esta etiqueta.

¿Cómo valoras que tu obra se inscriba en este contexto?

Agradezco mucho exponer en URVANITY porque dota de dimensión a mi trabajo. Me defino como un escultor tradicional, en el sentido técnico, pero no en el sentido conceptual, porque lo que que intento explicar está más cerca a una filosofía contemporánea como la que propone URVANITY. Además, la valentía de la feria por apostar por un trabajo figurativo es enorme, puesto que la figuración, muchas veces, se toma desde un punto de vista más clásico, y en mi caso, se ubica desde una perspectiva más actual.

¿Qué te ha llevado a plantear tu obra en la calle? ¿Cuál fue tu criterio? 

Lo de trabajar en la calle es algo que viene dado por las oportunidades. Formalmente es complicado, porque tienes que hacer piezas resistentes a la intemperie, adecuadas para el tránsito urbano, y al mismo tiempo, tiene que ser algo cercano, es decir, que no haga daño a la gente y que la gente no pueda dañar las piezas. Esto, evidentemente, se inscribe en mi concepto de esculturas rodantes, que se encuentran por azar, por las casualidades de la vida, y que es algo que nos pasa a todos cuando entramos en un espacio concreto donde se producen relaciones efímeras, es decir, por el simple hecho de estar reunidas en un momento adecuado. Este hecho vivencial me permite desarrollar esta idea de que las esculturas encuentran su sitio por azar.

Gracias a la oportunidad de URVANITY por permitirme ubicar las esculturas en lugares tan espectaculares. Además, el material con el que trabajo, que es un material que tiene memoria, que se oxida, como es el caso del hierro, creo que puede funcionar muy bien. Además, una de las cosas que intento hacer, cuando expongo en el exterior, es que la gente se acerque, se sienta cómoda e interactúe con mi trabajo, porque así completa el significado de mi obra.

¿Qué esperas que despierte o transmita tu obra?

Justo lo que he señalado en la respuesta anterior, es decir, que la gente se pueda acercar a mi trabajo, que no genere rechazo, que se puedan identificar y leer en mi obra… Todo ello a través de un lenguaje muy sencillo, como es la figuración, que es también un lenguaje muy sugerente, porque funciona como un espejo, un lugar donde reflejarse y leerse dependiendo del estado de ánimo que cada uno tenga. Y que al final, este es uno de los principales motivos del arte, el hecho de provocar un diálogo, una relación con las personas, y en el caso del espacio público, se trata de una relación incluso física.

Y para terminar, ¿qué esperanzas tienes en la feria? 

Con los años he aprendido a esperar solo aquello que puedo controlar. Uno espera que la obra guste, que la acepte, que la gente tenga la capacidad de entenderte… Este es el motivo principal de mi trabajo, y que va más allá de un motivo puramente económico.