74 Festival de Cannes: Benedetta y feminicidio

El drama político Delo (Arresto domiciliario), dirigido por Aleksey German Jr., presentado en la sección Un certain regard del Festival de Cannes, pone el dedo en la llaga de la represión política en Rusia, relatando la historia de un profesor represaliado por denunciar la corrupción. Merab Ninidze interpreta a David, quien es falsamente acusado de robar dinero público, precisamente el crimen que realmente ha cometido un político local. Delo consigue traspasar la claustrobia de una atestada y vetusta vivienda en decadencia, donde la iconografía oriental en forma de imágenes y objetos caligráficos evoca una amplitud de horizontes en contraste con la exiguidad obligada por la tobillera telemática.

Alumnos, madre, exesposa, abogada y amigos de David acuden en su apoyo, mientras él se debate en la conveniencia de confesar un crimen inexistente y detener así la espiral de ataques y represión que, en un crescendo constante, pone en peligro su vida. La conclusión, falsamente positiva y no tan esperanzadora como parece, deja abierta la puerta al abatimiento e impotencia de una situación endémica, transformada en una metástasis incontenible. El filme fluye parejo a la intensidad de su propuesta, nunca excesivo, pero suficientemente claro. Partiendo de la intimidad del encierro, Delo toma altura y ofrece una panorámica desoladora de la actualidad política rusa, desgraciadamente extensible a su vecino país.

La temática social ha sido el tema central de La civil, coproducción de Rumanía, Bélgica y Méjico, dirigida por Teodora Mihai y protagonizada por Arcelia Ramírez, que cuenta entre sus productores a los hermanos Dardenne y Michel Franco. El feminicidio, la violencia contra la mujer como moneda de cambio en secuestros exprés y el coraje de una madre dispuesta a todo para recuperar a su hija recorren una película exhaustiva, algo repetitiva. A lo largo de 140 minutos La civil describe la desaparición y la investigación, que implica a la policía, el ejército y los vecinos, que de una manera u otra participan con el silencio, o activamente, en la perpetuación de un estado de violencia irrefrenable, cuyos tentáculos alcanzan a toda la sociedad. La historia, basada en hechos reales, es una ilustración fiel de un estado de cosas, sin que el dramatismo aporte una nueva perspectiva o vivencia que propicie nuestro interés.

Una de las películas más esperadas en competición ha sido Benedetta, de Paul Verhoeven, quien presentara en la edición de 2016 Elle (2016), protagonizada por Isabelle Huppert. La actriz francesa Virginie Efira interpreta a la monja del siglo XVII, protagonista de la obra de Judith C. Brown Immodest Acts: The Life of a Lesbian Nun in Renaissance Italy, que, basada en la historia real de Benedetta Carlini, monja teatina a la que se atribuyen visiones y milagros, ha sido adaptada para el cine.

Naturalmente, en manos de Verhoeven no cabía esperar una aproximación mística ni estilizada, y lo que contemplamos es exactamente esa mélange de exploitation y relato apasionado en el que no se escatima el morbo y el sentido del humor. En Benedetta encontramos lujuría, hipocresía, lesbianismo, violencia, vehiculados con ese sentido del humor entre la sátira y la mirada distante que parece no juzgar. Gracias a estos elementos, la película nunca se permite a sí misma tomarse demasiado en serio y nos recuerda en todo momento lo cerca que podemos llegar a estar de su protagonista en un momento determinado, porque la falta de solemnidad en su tratamiento aumenta su terrenalidad y también nuestra empatía.

Si las maravillas de que da cuenta Benedetta son reales o fingidas, es algo que no se cuestiona realmente en este filme erótico-histórico, donde las mujeres son protagonistas como en otros filmes de Verhoeven, es decir, siendo observadas en un festín de voyeurismo continuo.

Provocación es el segundo nombre del director que embarca con éxito en su aventura a Daphne Patakia, Charlotte Rampling y Lambert Wilson que acompañan a Efira y completan un reparto acertado, funcional e inspirado.