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Cultura

El cocinero, la intelectual, el artista y su amante

En Hermosos y malditas, Cultura 14 octubre, 2015

Jesús García Cívico

Jesús García Cívico

PERFIL

Del fin de las humanidades, la histeria del talent show o la zafiedad típica de los concursos de cocina. ¿Qué es «intelectual»? ¿Se puede llamar uno «artista» a sí mismo sin sonrojo? ¿Cuántos hay?

#1 El cocinero

He visto cocineros hablar peor que un sargento chusquero. Lo he visto en televisión. Si yo fuera concursante de uno de esos histéricos concursos televisivos y alguien me hablara así, con ese estilo entre el desequilibrado profesor de Whiplash y el mal hablado Louis Gosset Jr. de Oficial y caballero, improvisaría un plato con los soeces sesos del guisandero, como en la tercera entrega de Hannibal Lecter, ese que mata.

hannibal-serie-tv-elhype

Sí, el panorama es de una mediocridad tal que sólo por saber cocinar o entrenar un equipo de fútbol millonario hay medianías que se crecen, van de sabios y se permiten aleccionar. Por cierto, la tercera temporada de Hannibal, la serie de la NBC ha sido lo mejor que he visto en televisión los últimos meses. La historia del psiquiatra de la Haute Cuisine se hizo más y más negra conforme el público le daba la espalda para revolcarse en su exceso de positividad y narcisismo, como diría el filósofo Byung-Chul Han. Pero estábamos hablando de algo mucho más importante. Estábamos hablando de mí.

Byung-Chul Han

Byung-Chul Han

Nunca he soportado que se presuma de zafiedad o, dicho de otra forma, las personas que se recrean, gustosos, en su vulgaridad me han sumido en la melancolía desde siempre. La grosería-cocinera, la tertulia psicótica, los nervios rotos del talent show, el discurso de los emprendedores o la expresión «la filosofía de Simeone» saca las peores iniciativas que hay en mí: ideas relacionadas con el afán de hacer daño, ideas… caníbales.

Irrational Man (Woody Allen -azote de intelectuales-, 2015)

Irrational Man (Woody Allen -azote de intelectuales-, 2015)

Me preocupa la zafiedad, el uso degradado (futbolístico) de la filosofía, su desaparición de los planes de estudio, la crueldad de Israel con Palestina, la mezquindad de los bares de tapas, el nivel tan bajo de la enseñanza, la desigualdad social, la desgana, me preocupa la política pero en ella siempre cabe la esperanza, ese mal. Estamos dirigidos por ignorantes, pero afortunadamente, de tanto en tanto aparece, gracias a Dios, algún canalla con el que nos podemos manejar.

B.O. y C. M.-B. en modo intelectual

B.O. y C. M.-B. en modo intelectual

#2 La intelectual

El nivel de todo es hoy tan bajo que cualquiera es tertuliano o le ponen un sofá. A lo mejor, tiene que ver con la arista menos presentable del relativismo, a lo peor, con el desprestigio de la cultura y, en particular, de las humanidades. A mí la palabra «intelectual» me gusta, pero para utilizarla bien uno debe mantener una serie de precauciones: 1) No se debe utilizar jamás para definirse a uno mismo, 2) es mejor su uso meramente descriptivo; el trabajo de profesor es de tipo intelectual porque se dedica fundamentalmente a actividades en las que predomina el uso de la inteligencia, no extrae metal de la mina ni se limita como el funcionario noble a la fe pública o registral. Lamentablemente, el término no es pacífico: tanto se abusó de él.

L'intellectuel est quelqu'un qui se mêle de ce qui ne le regarde pas

L’intellectuel est quelqu’un qui se mêle de ce qui ne le regarde pas

Su mejor acepción tiene que ver con un compromiso crítico con la realidad social, así el de Émile Zola apoyando al capitán judío Alfred Dreyfus acusado injustamente de traición. A menudo, lo valiente es simplemente escribir «blanco» si la cosa es blanca y «negro» si lo que ves es negro. Para eso hace falta valor además de esforzarse y estudiar. Una obviedad: no hay diferencia de talento ni de inteligencia entre hombre y mujer.

Saskia Sassen

Saskia Sassen

Tampoco entre razas, latitudes, gitanos y payos, ricos y pobres. Creo que el intelectual no debe tener Iglesia, credo ni partido, ni siquiera ideología sino ideas, modestia, muchas dudas y alguna convicción. Hoy todavía debe combatir el fascismo, las corridas de toros, la islamofobia, los CIEs, la tortura, el negocio de la sanidad, el machismo, la miseria y los prejuicios, aunque sea recordando la historia o el horror de Europa como hicieron los alemanes Habermas, Arendt o W. G. Sebald.

Moix, Matute y Tusquets

Moix, Matute y Tusquets

La revista Foreign Policy, en su edición española, selecciona periódicamente 50 intelectuales de España, Portugal y América Latina. La lista incluye nombres como Felipe González, Vargas Llosa o Pedro Almodóvar.

Sí, lo sé.

Yo también me reí.

Yo también me reí.

Sí, ver en una lista de intelectuales a Fidel Castro o al director del Banco de España da ganas de reír, pero con esa risita nerviosa que irrumpe de repente en llanto. Ayer, tras leer al artista Calatrava comparándose con Bach en El País, escribí a ese diario muchas cartas como hacía Herzog, aquel personaje de Saul Below. ¿Qué es un artista?

Hannah Arendt

Hannah Arendt

#3 El artista

Un artista no es muy distinto a un sastre, un alfarero, a la gente que navega o hace mapas. Lo aprendí del profesor de Estética, estupendo poeta y autor de Historia de un idiota contada por él mismo. En «¿Pero hubo alguna vez…?» Felix de Azúa advertía lúcidamente: 1) que entre los artistas circula una certeza: todo lo que no sea una alabanza bombástica es una amenaza, 2) que si en los mejores momentos de la Sezession, del cubismo, del constructivismo, apenas había 50 artistas con taller propio en Viena ¿cómo es que hoy en Barcelona (o Valencia) hay sólo en un barrio cientos de artistas que se denominan así?

Jeff Koons: artista poco interesante

Jeff Koons: artista poco interesante

Nosotros que queríamos tanto a Félix de Azúa, nos extrañamos de que se haya vuelto tan serio y de mal humor. Coincidimos con él en que con los nacionalismos sucede como con las religiones: o todas o ninguna. En lo que no estoy de acuerdo es en que no podamos contabilizar cientos, miles de artistas por metro cuadrado. Podemos llamar artista a todo aquel que pinte, esculpa, monte instalaciones o se cosa al codo las orejas con ánimo artístico. Ahora bien, si publican deben dejarnos ponderar su obra, criticarles y poder adjetivar: un artista malo, un artista vulgar, un artista poco interesante, etc. ¿Los amantes?

Los amantes (Magritte, 1928)

Los amantes (Magritte, 1928)

#4 Y su amante

El reciente escándalo sobre las filtraciones de datos personales de Ashley Madison, el sitio que busca pareja a personas casadas que quieren tener una relación extramatrimonial, puede hacernos reflexionar sobre algo que sucedió hace tiempo: el erotismo y la pornografía, la liberación sexual, incluso la llamada «aventura», fueron una vez una forma lúdica de transgredir la moral conservadora y las convenciones más reaccionarias. Hoy en día, el porno es uno de los tres grandes negocios del mundo (junto con la droga y la venta de armas). El sexo, como la infidelidad, se ha convertido en una industria; una industria que, al igual que el capitalismo, impide pensar con claridad, pues cae del lado del fast food, la dejadez, la vulgaridad y la falta de sensibilidad.

Hermosos: compromisos con la justicia

Malditas: filtraciones de affaires

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