Sitges 2022 premiará a Neil Marshall y Edgar Wright

La programación del 55 Sitges – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya está bastante avanzada pero aún no cerrada del todo. Así lo ha revelado Ángel Sala, director del certamen, en la tradicional rueda de prensa de finales de julio que, de hecho, es ya la última hasta la que se celebra justo una semana antes del inicio del festival. De todo lo que Sala ha confirmado en esta comparecencia ante los medios de comunicación cabría destacar, de entrada, dos nombres: los de los directores Edgar Wright y Neil Marshall, a los que se les concederá el premio Máquina del Tiempo.

Neil Marshall dirigiendo su última película, The Lair.

Neil Marshall es un director que siempre se ha mantenido fiel al género fantástico si no tenemos en cuenta Centurión. Su cine es de una virulencia y una contundencia gore que lo acerca a referencias europeas como Lucio Fulci, por poner un ejemplo. La concesión de una Máquina del Tiempo a Marshall estaría justificada aunque fuera únicamente por The Descent, una de las mejores películas de terror del siglo XXI que bebía tanto de Aliens, el regreso como de Defensa (Deliverance).

Uno de los desagradables bichos de The Descent.

The Descent es una película extremadamente salvaje en la que la supervivencia adquiere rasgos monstruosos a partir de la odisea de seis mujeres que, en una excursión de espeleología, se quedan atrapadas en unas cuevas y son atacadas por unos extraños seres. La claustrofobia típica de este tipo de películas, por sí sola, sería suficiente para provocar terror. Pero Marshall introduce hábilmente en la ecuación el género fantástico con esos espantosos monstruos sedientos de sangre, y a partir de ahí la película deviene un tenso, casi insoportable cuento de terror que se encamina hacia su desolador desenlace sin dar ni un momento de respiro. Sin duda, un brillante ejercicio de cine de terror, calculado hasta el milímetro, que merece sin duda todo el culto y toda la popularidad de la que goza entre los aficionados al fantástico.

Es cierto que Marshall no ha hecho nada tan redondo como The Descent, pero es igualmente cierto que el resto de su filmografía no es en absoluto desdeñable. Comenzando por su ópera prima, Dog Soldiers, con la que The Descent tiene algunas concomitancias admitidas incluso por Marshall: seis personajes intentando sobrevivir en un entorno natural hostil (en esta ocasión las Highlands escocesas) en el que son atacados por seres sobrenaturales (hombres lobo, en este caso).

También mantienen el tipo tanto Doomsday: El día del juicio como Hellboy, y no ha sido hasta su penúltima película, The Reckoning, presentada en Sitges en 2021, cuando su carrera ha perdido fuelle. Este 2022 veremos si es tan solo un tropezón, ya que Marshall no vendrá únicamente a recoger su Máquina del Tiempo, sino que traerá bajo el brazo su nueva propuesta, The Lair, que después del (aburrido) paréntesis medieval que supuso The Reckoning devuelve a Marshall a algunos de sus lugares comunes: militares como protagonistas, un espacio cerrado que aquí no es una cueva sino un bunker, y extrañas criaturas deambulando por el lugar.

Respecto al galardón a Edgar Wright, sin duda confirma el talento de este director británico que con tan solo 21 años ya rodó su primer largometraje, A Fistful of Fingers. La carrera de Wright no siempre ha transitado dentro de los márgenes canónicos del fantástico, siendo sus dos fugas más evidentes el documental que dedicó el año pasado al dúo musical Sparks y la correcta Baby Driver. Pero quizás lo más interesante de este director reside no en sus películas abiertamente fantásticas, como las celebradas Zombies Party (Una noche… de muerte) o Scott Pilgrim contra el mundo, sino en las que, sin zambullirse de pleno en el género, coquetea con él en mayor o menor medida.

Última noche en el Soho, que en la anterior edición de Sitges fue seguramente la película más esperada, proponía un extraño viaje en el tiempo que nunca acababa de cuajar. Wright vigilaba mucho el tono para que ese viaje se mantuviera en una zona gris de incertidumbre, imposible dilucidar si se trataba de una experiencia real o de una ensoñación. Por lo tanto, cuesta admitir a esta película dentro del género fantástico… o costaría, en realidad, de no ser porque en su tercer acto sí que se sumerge plenamente en el género. Quizás demasiado tarde: Última noche en el Soho es una película formalmente preciosa pero agotadora en su constante indefinición, en su cansina estrategia para ocultar su verdadera naturaleza (fantástica) y no revelarla abiertamente hasta el final.

Arma fatal (Edward Wright, 2007).

Mucho más satisfactoria es Arma fatal, la otra cinta de Wright que se pasea por los límites del fantástico sin atreverse realmente a entrar dentro. No sólo es mucho más satisfactoria: es que, de hecho, es la mejor película que hasta la fecha nos ha brindado Wright. Una suerte de parodia del cine de acción mezclado con un whodunit de manual y regado con generosas dosis de gore, ¿qué podía salir mal? Quizás en otras manos sí, pero en las de Wright, con su incuestionable habilidad visual, el resultado es una fiesta espectacular en la que todos sus ingredientes se complementan, en vez de batallar entre sí. Es un coctel delicioso, pero, por encima de todo, tremendamente divertido: las muertes y las escenas de acción están apuntaladas desde una visión tan over the top que es imposible tomarse nada en serio aquí.

Imagen que sirve de base para el cartel de la película Cerdita (Carlota Martínez Pereda, 2022).

En cuanto a las nuevas películas confirmadas para Sitges 2022, aparte de las que ya se habían anunciado en junio, destaca un potente batallón de cine español con propuestas ciertamente interesantes. Cerdita, por ejemplo, es la esperadísima ópera prima de Carlota Pereda, que adapta el cortometraje homónimo que dirigió en 2018 (ganador del Goya) en el que una adolescente con sobrepeso es objeto de burla por parte de algunas chicas del pueblo. Lo que sigue no es exactamente lo que se puede esperar de una película presente en Sitges pero, en cualquier caso, si hemos de hacer caso del impactante cartel de la película, las emociones fuertes están más que aseguradas.

Un momento del rodaje de Irati (Paul Urkijo, 2022).

También pasará por Sitges, y en primicia mundial, la nueva propuesta de Paul Urkijo, Irati, que continúa en su exploración de la mitología fantástica de Euskadi tal y como ya hiciera en su anterior (y fascinante) largo, Errementari: el herrero y el diablo, que también se proyectó en Sitges. Otro que también regresa es Rodrigo Sorogoyen, después de que su extraordinaria Que Dios nos perdone se convirtiera en una de las mejores películas de la edición de 2016. As bestas se proyectará en Sitges en sesión especial después de que una semana antes haya pasado por la sección Perlak del 70 Festival de San Sebastián. Sorogoyen es uno de esos directores de trayectoria tan vehemente que hay que detenerse ante cualquier cosa que haga, sea la que sea, pero en este caso la expectación, si cabe, es mayor aún ya que aterriza con una historia con ecos de nada menos que Sam Peckinpah, una standing ovation de 15′ en el pasado Festival de Cannes, y que, para hacer el plato más apetitoso todavía, tiene entre sus actores protagonistas al sensacional Luis Zahera.

Noomi Rapace en You Won’t Be Alone (Goran Stolevski, 2022).

Y respecto a los nuevos títulos internacionales confirmados, la nómina de rostros conocidos que se apiñan en ellos no es nada desdeñable. Por ejemplo, Noomi Rapace vuelve de nuevo a Sitges con You Won’t Be Alone después de ganar el año pasado el premio a la mejor interpretación femenina por Lamb. En este caso, se trata de una película de folk-horror enmarcada en la Macedonia del siglo XIX que supone la ópera prima de Goran Stolevski.

Colin Farrell, por otra parte, es el protagonista de After Yang, cinta de ciencia ficción futurista sobre conexiones, distancias y emociones, a propósito de la ruptura de un androide asistente que afecta a la familia a la que servía. Y Rebecca Hall y Tim Roth son los protagonistas de Resurrection, en la que la actriz británica interpreta a una mujer de éxito que ha de lidiar con los terribles secretos de su pasado cuando aparece el personaje que interpreta Roth.

Halloween Ends (David Gordon Green, 2022).

Y sí, también se ha confirmado ya lo que parecía inevitable: Michael Myers volverá a Sitges de nuevo. Halloween Ends se anuncia como el final de la nueva iteración del personaje, en esta ocasión bajo la producción de Blumhouse y con David Gordon Green dirigiendo tanto esta como las dos anteriores La noche de Halloween y Halloween Kills. El pobre Michael Myers debe ser probablemente el personaje de la historia del cine de terror maltratado durante más tiempo: más de 40 años lleva soportando secuelas infames, cada una más ridícula que la anterior.

Si parecía que lo peor había llegado con las dos lamentables películas que perpetró Rob Zombie, y que han quedado fuera del canon de la saga, las de Gordon Green son si cabe igual o más deleznables en tanto que han sido vendidas como una especie de “retorno a los orígenes”. Ni retorno, ni orígenes: se trata de slashers modernos, montados y dirigidos sin ningún atisbo de elegancia visual, que se limitan a explotar hasta la saciedad a un personaje que con John Carpenter en la dirección y el guion (en el caso de la primera película) y en el guion y la producción (caso de la excelente secuela dirigida en 1981 por Rick Rosenthal) vivió sus únicos momentos de gloria.

Lo que ha venido después ha sido, en mayor o menor medida, material de derribo que culmina con esta supuesta última película de la saga. “Supuesta” porque, obviamente, y aquí supongo que nadie se llevará a engaño, la saga es muy pero que muy poco probable que termine aquí. No mientras la gente siga yendo a verla y a Jason Blum le salgan los números, cosa no demasiado difícil teniendo en cuenta el poco dinero que invierte en cada película que produce.