Girl es una fascinante película dirigida por el belga Lukas Dhont estrenada en el último festival de Cannes. A los quince años, Lara (Victor Polster) está volcada en convertirse en bailarina profesional. Instalada con su padre y su hermanito en una nueva ciudad y una nueva escuela, no ve obstáculos a su vocación, ni siquiera cuando las extenuantes sesiones de danza no bastan para transformar su cuerpo con la flexibilidad necesaria. El carácter de Lara la revela responsable, constante, animosa, cortés y humilde, bella… es la adolescente perfecta.
Sin embargo, sus frustraciones, la impaciencia hasta lograr los cambios que desea ver van royendo su interior en un doloroso proceso que no comparte con nadie y sus bloqueos empiezan a hacer mella en su tenacidad. La adolescencia es agravada por la disociación entre quién se es y quién se quiere ser, y en este caso, además, con la necesidad de definir su sexo y liberarse de la carga que supone aquél con el que se ha nacido. La metáfora de la danza clásica, donde las bailarinas y los bailarines exhiben diferentes cualidades, es un recordatorio brutal para Lara y su cuerpo en construcción.
A pesar del apoyo absoluto de su familia, profesores y entorno, la transición de la joven bailarina no es feliz. El control que aparenta sustentar su camino, las fases de su evolución, amaga con fallar en algún momento del filme, confiriendo profundidad y aportando matices que convierten a Girl en una de las mejores películas sobre temática transgénero.
El gran acierto de Dhont es no abandonar nunca la low key, la perspectiva interna, rechazando el morbo, el previsible rechazo de pares o progenitores, y es justo en un entorno de comprensión donde puede emerger nítido el conflicto íntimo, en este caso la pura impaciencia, el agotamiento a los quince años, el deseo inaplazable de ser quien deseas ser.
El extraordinario Victor Polser es todo dulzura, determinación, dolor reprimido… La dificultad para encontrar actor/actriz protagonista –ya que a su talento interpretativo debía sumarse su cualificación en danza clásica–, se superó con éxito tras audicionar a más de 500 jóvenes entre 14 y 17 años. La interpretación de Polster es sobresaliente, considerando además que carga con todo el peso del film, comprometido en la visibilización de sus emociones. Deslumbrante, brilla en una película intimista sobre un proceso de reasignación de sexo que es vivido por su familia, equipo médico-psicológico y entorno escolar con la mayor naturalidad y comprensión.
El realismo de Girl y el amor que rebosa cautivan con su minuciosidad y calado emocional, lejos de sensacionalismo, pues la pretensión (lograda) era la claridad, la limpieza, la “inocencia” que nace del personaje de Lara y la exploración de su identidad. La primera película de Lukas Dhont consiguió en el Festival de Cannes la Cámara de Oro y el premio al mejor actor.
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