El Centre del Carme de València es el marco para la exposición El largo viaje, un proyecto que repasa el recorrido vital y creativo de la artista Teresa Cebrián (Losa del Obispo, 1957), donde aborda en profundidad su trayectoria profesional con un reconocido recorrido internacional. La muestra hace hincapié en su faceta de creadora que ha gestado, en mayor parte, en el extranjero, en museos de Estados Unidos, Holanda, Canadá, Alemania, Suiza, Hungría, Polonia, entre otros. Con El largo viaje –que estará abierta al público del 15 de junio al 23 de septiembre– el Centro de Cultura Contemporánea inicia el programa Trajectòries, en la Sala Ferreres, donde pretende revisar y dignificar las carreras de artistas y colectivos en su madurez.
El largo viaje es un proyecto expositivo comisariado por la curadora Marisol Salanova (València, 1982), primera comisaria premiada en este certamen de proyectos curatoriales retrospectivo, donde revisa más de tres décadas de producción que se resumen en 14 conjuntos escultóricos o instalaciones que resumen las series más controvertidas de esta artista nómada, que ha vivido solo de crear y vender obra, con todas las dificultades que ello conlleva.
Esta exposición está planificada para poner en diálogo una o varias obras anteriormente no relacionadas y que tanto comisaria como artista quieren ofrecer al público desvelando una historia cuyo relato dependerá de los que la observen, ya que cada espacio contiene múltiples revelaciones y preguntas existenciales sobre la condición humana, que nos invitan a reflexionar, y con las que cualquier visitante puede empatizar, lejos de todo elitismo intelectual.
Se trata de una forma de desvelar la problemática de llevar adelante un trabajo artístico por el hecho de ser mujer, de la puesta en valor de la senectud como cúmulo de experiencias vitales en un mundo en el que el envejecimiento y la enfermedad tienden a ocultarse, de cómo se perpetúa la lucha contra el machismo dentro y fuera del hogar, de la toma de decisiones sobre la maternidad, de los vínculos familiares, de la infancia, de la resiliencia y el dolor, en definitiva, como algo inherente al ciclo vital, son algunos de los temas principales del proyecto de Teresa Cebrián inspirado en la novela distópica de Margaret Atwood El Cuento de la Criada (1985).
Más de 400 máscaras de rostros irreconocibles sobre suelo, tomadas como moldes de personalidades del mundo del arte representan lo rápido que olvidamos y somos olvidados con la instalación Faces/Faceless (2006).
O cómo una ermita de cinco metros en la que es imposible entrar desvela la sensación de soledad y aislamiento que a menudo se vive en las estancias de investigación o creación, cuando aún no conoces el idioma de un país extranjero con la obra The Hermits (1991).
Aquí representa la idea de soledad e introspección, como en Linternas marinas (1988) y Dark Water (1987), inspiradas en la literatura japonesa.
Por último, El infinito dolor (2015), cierra la exposición integrada por 13 piezas directamente relacionadas con el proceso de la enfermedad, aquello que la sociedad no soporta ver y que Teresa Cebrián muestra sin pudor.
La exposición contiene, además, obras inéditas. A pesar de que la artista ha anunciado varias veces su retirada del trabajo artístico debido a su enfermedad, sigue produciendo. Se ha publicado un catálogo en forma de libro de artista en el cual la comisaria actúa de biógrafa con material documental tanto del proyecto expositivo como de la vida personal de la artista, diseñado por Antonio Ballesteros de Estudio Formo.
Completa el proyecto un taller didáctico ofrecido por Teresa Cebrián y Marisol Salanova el 15 de septiembre de 2018 en torno al concepto Resiliencia y una mesa redonda presentación del catálogo con los ponentes Orlando Britto (Director del Centro Atlántico de Arte Contemporáneo) Pilar Tebar (Presidenta de la Asociación Valenciana de Críticos de Arte) y Maite Beguiristain (Catedrática de Filosofía) el 7 de septiembre.
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