Hace unos meses descubrimos a Jimmy Savile como el primer star dj, debido sobre todo a su exposición mediática en la televisión y el programa de televisión Top of the Pops, pero su faceta no es la imagen que tenemos hoy en día de lo que es un dj. Para ser un buen dj hay que mezclar los temas, y uno de los padres de la mezcla es Francis Grasso.
Francis Grasso nació en Nueva York en 1949, y su formación académica se desarrolló en el Brooklyn Technical High School y la Long Island University. Aunque posteriormente decantó su profesión hacia el baile, su carrera como bailarín fue corta. Su empleo en una tienda de ropa le puso en contacto con la gente que trabajaba en los clubs Salvation I y Salvation II. La espantada que hizo el dj residente Terry Noel en Salvation II un viernes noche, fue propicia para que el dueño del local le propusiera llevar la cabina esa velada. Corría el año 1968 y esa noche determinó el devenir de Francis Grasso como dj.
Es posible que su formación musical –había aprendido a tocar la batería, acordeón, guitarra y saxofón– y su carrera como bailarín ayudaran a la hora de saber llevar el ritmo, pero fueron su carisma, talento, cultura musical y transgresión los que definieron su estilo. Antes de él, los discjockeys se tomaban las sesiones como una lista de éxitos para agradar a la mayor parte del público, mientras que para Francis las sesiones eran como sinfonías con sus crescendos y sus partes más relajadas.
Si al concepto de sinfonía/viaje le añades algunas innovaciones técnicas que Francis desarrolló, nos encontramos con uno de los padres de los djs actuales. Para él la sucesión de los hits de la época era una manera burda de plantear una sesión. Para Francis era más importante crear un ambiente y llevarlo al clímax sin concesiones a la galería, y con la naturalidad que el agua tiene al fluir en un río. Y aunque la música disco no estaba inventada, los platos no eran Technics y el ritmo que había en las canciones no era de una caja de ritmos, Francis lograba mezclar los temas para dar esa sensación de viaje, de río, de sinfonía.
Una de las técnicas que introdujo fue el slip-cueing, esto es, mientras un disco está sonando, el otro plato se mantiene en movimiento pero manteniendo estático el disco que queremos mezclar, para lanzarlo en el punto de beat que consideramos que va el compás. Este método se utiliza para dar continuidad a la música empezando con un disco nuevo en el ritmo beat del disco anterior, y deslizando los volúmenes para crear una mezcla continua y sin interrupciones.
Otra de las técnicas era hacer coincidir los ritmos de dos discos diferentes, mucho antes que naciera el concepto de BPM (beats por minuto), y como decíamos antes, con unos equipos reproductores de vinilo que carecían de controlador de velocidad (pitch). Sus primeros platos de vinilo fueron Thorens. Las armas musicales para estas mezclas podian ser Aretha Franklin, Led Zeppelin, Chicago, Santana o Gladys Knight.
La psicología en la pista era otro de los puntos fuertes en las sesiones de Francis, una manera incendiaria y enérgica de entender los movimientos del dancefloor. Su reputación lo encumbró a lo más alto de la fama, llegando a participar en la película Klute, ser pareja de Liza Minelli y tener entre sus amistades a Andy Warhol, Calvin Klein o Jimi Hendrix, cuya novia fue más que consolada por el crápula de Francis Grasso… pero esa es otra historia.
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