Aunque su nombre no es muy conocido, su trayectoria y sus clubs, sobre todo Limelight y The Tunnel, supusieron un antes y un después en el devenir de la música electrónica en Estados Unidos.
Peter Gatien es un nativo canadiense que asimiló muy bien la filosofía yankee del self made man y encarnó el sueño americano. Aunque con el tiempo, tras llevar con éxito varios clubs, su vida dio un giro radical, y fue repatriado a su país, Canadá.
Su historia corre en paralelo a lo que se vivió en los 80 en nuestro país, y desembocó en la famosa Ruta del Bakalao. Incluso hay detalles en su vida que resultan familiares y coincidentes con lo que aquí ocurrió durante esos años.
Tras recibir una indemnización por un accidente, que le llevó a la perdida de un ojo, hace los primeros escarceos en el mundo de la noche en Cornwall, Ontario, su ciudad natal. Tras el éxito, decidió emigrar a Estados Unidos porque consideraba que disponía de más oportunidades. Su primera incursión fue en Florida, a mediados de los 70, inaugurando el primer Limelight. Su esencia musical en aquella época se nutría de música disco, tras un breve periodo inicial rockero.
El éxito de este primer Limelight, le convence para inaugurar un segundo en Atlanta, en los 80. Sus ingredientes para el éxito tenían mucho que ver con la filosofía que las discotecas de la ruta tuvieron aquí: Diseñadores de moda, artistas, músicos famosos, mezcla de tribus urbanas, hedonismo, libertad sexual, y vanguardia musical. Pero Peter sabía que si no triunfaba en Nueva York, no llegaría a transcender a nivel mundial.
En 1983, tras meses para localizar un local donde diferenciarse, inaugura el Limelight de Nueva York en una antigua iglesia gótica de 1884. En un principio recoge el testigo de los primeros Limelight, pero en los 90 y tras la explosión en Europa de la música electrónica con el Acid House y las primeras raves, se introducen los nuevos sonidos electrónicos.
Aunque Estados Unidos ha sido la cuna de las principales corrientes de música de baile desde el funky, disco, house o techno, su escena de clubs nunca ha llegado ser tan importante como la europea, hasta la llegada del Limelight.
Un éxito que se truncó, cuando Rudolph Giuliani llegó a la alcadía de Nueva York. Una ciudad que veía con preocupación los altos grados de violencia y delitos en los que estaba inmersa, y que Rudolph intentó atajar demonizando esta nueva droga y como consecuencia los clubes donde se consumía. Hasta ese momento el consumo y distribución de la cocaina y heroína, eran los principales focos de atención.
Gracias al éxito de Limelight en Nueva York, abre más clubs con ese nombre en Londres, o Chicago, y otros clubs como The Tunnel, Palladium y Club USA. Poco a poco, Peter se iba convirtiendo en el rey de la noche. Un imperio que le llevo al éxito y el reconocimiento, pero que también fue el motivo de escarnio. Y como en el caso de Capone, tras varios juicios intentando implicar a Peter Gatien en una red de distribución de drogas en sus clubs, la única manera que encontraron para deshacerse de él, fue acusarlo de evasión de impuestos, debido a supuestos errores contables.
Peter Gatien fue la cabeza de turco y el chivo expiatorio para una persecución que, como aquí en Valencia, intentaba desviar la atención a problemas más serios. Y una vez más, demonizaba y estigmatizaba la vida nocturna y cultural y musical de una generación.
En la actualidad el Limelight es un centro comercial y Peter Gatien vive en Canadá, porque no puede volver a Estados Unidos, y está alejado del mundo de la noche.
pope 13 diciembre, 2016 12:24 pm
Muy bueno el articulo, conocía muy poco sobre este asunto, gracias!