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John Carpenter, al fin en Sitges

En Cine y Series lunes, 23 de julio de 2018

Javi Cózar

Javi Cózar

PERFIL

El titular de este artículo no esperaba ya poder escribirlo nunca. El principal motivo, pero no el único, es que a John Carpenter no le gusta mucho viajar fuera de Estados Unidos ni le gusta tampoco demasiado aparecer en festivales de cine. Además, Carpenter ha expresado públicamente en numerosas ocasiones que no le apetece dirigir más películas, y de hecho su última realización es de hace ya ocho años y ni siquiera llegó a estrenarse en España en salas de cine.

Con todo esto, y con el hecho de que el director cumplió 70 años el pasado enero, resulta lógico que el anuncio de su presencia en el 51 Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya Sitges 2018 haya sido una sorpresa mayúscula. No es la primera vez que Sitges intenta traer al director, algo comprensible teniendo en cuenta la importancia capital de su filmografía, especialmente la de los años 70 y 80, en el cine fantástico moderno. Fue 2001 el año en que estuvo a punto de materializarse la visita: Sitges inauguraba con Fantasmas de Marte y las negociaciones estaban ya muy avanzadas con Sony… pero entonces vino el 11-S y todo se fue al traste.

Atención porque la visita de Carpenter a Sitges tiene formato musical: es una de las paradas de su Anthology Tour en el que repasa algunas de sus composiciones cinematográficas más famosas. Ahora mismo es lo único anunciado. Si luego hay tiempo para ruedas de prensa o algo más, ya se verá. Ojalá. De momento, y como sintetizar aquí la importancia que tiene John Carpenter en el cine fantástico moderno es una tarea titánica, en un próximo artículo le dedicaré el espacio que se merece.

John Carpenter

John Carpenter, dándolo todo en directo

La de Carpenter no será la única presencia destacada en Sitges 2018. En realidad, es necesario reconocer que este año el festival va sobradísimo en este tema, que es un tradicional blanco de críticas por la (supuesta) falta de glamour de sus celebrities. Esas críticas, en su mayoría, han pasado por alto que Sitges, a diferencia de Venecia o Cannes o San Sebastián, no es un festival generalista, y por lo tanto el (presunto) grado de glamour no puede medirse por comparación con festivales de ese tipo, que es lo que suele hacerse erróneamente. Si echamos la vista atrás y nos ceñimos a lo que es Sitges, un festival de cine fantástico con un presupuesto que no tiene nada que ver con el de eventos como los citados, veremos que los nombres que han pisado la alfombra roja sitgetana son del todo significativos.

Pero este año, insisto, la cosa va muy fuerte en este aspecto y seguramente ni los que han criticado al festival en años anteriores podrán quejarse. Porque ojo al dato, Sitges entregará un Gran Premi Honorífic a nada más y nada menos que a Nicolas Cage y Ed Harris. Que me aspen si no estamos ante dos actores como la copa de un pino que han ofrecido en las últimas décadas más de uno y más de dos recitales de interpretación. Por poner dos ejemplos recientes: Cage el año pasado en Sitges en Mom and Dad hacía de su histrionismo un show inenarrable, y Harris en la serie Westworld compone de forma memorable un personaje complejísimo que es al mismo tiempo víctima y verdugo. Y sí, ya lo sé, Cage hace años que está en horas muy bajitas, por decirlo moderadamente, pero ¡ey!, estamos hablando del tipo que protagonizó La Roca, Birdy, Leaving Las Vegas, Cara a cara (Face/Off), y Arizona Baby, entre otras. Punto final: se merece este y cualquier otro premio que Sitges le quiera otorgar.

Mamá y papá (Brian Taylor, 2017)

Nicolas Cage, dando rienda suelta a su cara en Mom and Dad.

Respecto a los nuevos títulos anunciados, como es habitual, hay de todo y para todos los gustos. Pero algunos aspectos merecen un destacado aparte, y uno de ellos es la definitiva consolidación del cine iberoamericano en Sitges, una cinematografía que el festival hace algunos años que viene potenciando, porque cada vez son más los directores de esa parte del mundo que presentan obras de una calidad excepcional: dos películas argentinas, una colombiana y una portuguesa estarán dentro de la sección oficial a concurso.

El cine independiente norteamericano, de presencia tradicionalmente destacada en sección oficial, contará este año con títulos que llegan a Sitges después de haber causado muy buenas impresiones en festivales como South by Southwest, Sundance, o Seattle. Es el caso, por ejemplo, de Elizabeth Harvest, un thriller en el que la Elizabeth del título se traslada a vivir con su marido a una mansión donde es agasajada con toda clase de lujos y donde se le permite hacer de todo… excepto entrar en una habitación. Lo que hay dentro de esa habitación, por supuesto, es el eje en torno al cual gira esta película escrita y dirigida por Sebastián Gutiérrez, que hace algunos años fue el guionista de Serpientes en el avión, y no digo que esto sea malo (ni tampoco bueno).

I Think We’re Alone Now enmarca la acción en un futuro apocalíptico y juega con la baza de un reparto ciertamente espectacular: Peter Dinklage, Elle Fanning, Charlotte Gainsbourg y Paul Giamatti, nada menos. Y Prospect nos lleva al futuro para ofrecer un thriller en el que un padre y su hija viajan a un lejano planeta en busca de riquezas pero allí se encuentran con que no son los únicos que han tenido la misma idea, y lo que era en un principio una misión rutinaria se transforma en una desesperada lucha de supervivencia.

En el capítulo de directores que regresan a Sitges, dos nombres destacadísimos. Por una parte, Jim Hosking, que en 2016 fue el culpable de un memorable sold out en el cine Prado con su polémica The Greasy Strangler, y que este año presentará An Evening with Beverly Luff Linn. Sólo un dato: Ángel Sala, el director del festival de Sitges, ha dicho que es aún más what-the-fuck que la película del estrangulador grasiento, ahí queda eso.

The Greasy Strangler (Jim Hosking, 2016)

Jim Hosking contraataca después de The Greasy Strangler

Y otro que regresa es Quentin Dupieux, director francés al que Sitges ha tratado siempre con mimo y del cual se han proyectado aquí todas sus películas excepto la primera: Rubber, Wrong o Wrong Cops son todas suyas y generaron en su momento una división de opiniones bastante marcada debido a su peculiar y surrealista sentido del humor. Habrá que ver si pasa lo mismo con Au poste! Pero, guste más o menos, en cualquier caso nos permitirá disfrutar de ese grandísimo actor que es Benoît Poelvoorde.

Au poste! (Mr. Oizo, 2018)

Au poste! (Mr. Oizo, 2018)

Por último, un pequeño disgusto en medio de nombres y títulos tan interesantes como los que se han anunciado para este Sitges 2018: La noche de Halloween de Carpenter no se proyectará en el Auditori sino en el cine Prado. Ángel Sala lo ha justificado porque es el único de los cines de Sitges que dispone de proyector en 35 milímetros y la organización ha decidido primar este aspecto sobre la espectacularidad del Auditori. Una decisión cuestionable (¿en realidad es tan complicado poner un proyector de 35 milímetros en el Auditori?) que, sin embargo, no empaña una impresión global excelente: Sitges 2018 es, que yo recuerde, la edición en mucho tiempo que presenta mejores vibraciones a dos meses vista. Esperemos que estas buenas sensaciones se confirmen en octubre.

John Carpenter

Por fin Carpenter pisará Sitges…

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