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Cine y Series

«El asesino», el método y la infalibilidad

En Director's Cut, Cine y Series 25 octubre, 2023

Eva Peydró

Eva Peydró

PERFIL

Metódico, limpio, tranquilo, con un manual de instrucciones propio transformado en mantras, El asesino acecha, ejecuta y desaparece. Todo está predeterminado sin espacio a la improvisación y, en principio, a prueba de fallos. En las primeras imágenes de la película encontramos a Michael Fassbender despertándose al alba, todavía sentado en una incómoda silla desde la que vigila, esperando el momento propicio para cobrarse su presa. En una gama infinita de grises, la luz parisina comienza a iluminar un espacio en el que el asesino profesional inicia su saludo al sol en un espacio semi-vacío, sobre su delgada esterilla. Delgado, fibroso, proteico, flexible, concentrado, practicando yoga, ofrece la imagen absoluta de la infalibilidad, reforzada por su voz en off, que enumera sus mandamientos, haciendo gala de su experiencia y su eficacia. El francotirador del siglo XXI tiene la frialdad del Edward Fox de Chacal, pero con ropa deportiva almacenada en serie que parece salir del guardarropa de Zuckerberg. Ese vacío helador en el que le encontramos es una metáfora de la muerte, la que él es capaz de provocar,  y él define así La mayoría de la gente no quiere creer que el más allá no es nada más que un vacío frío e infinito.

el asesino. the killer

Para El asesino (The Killer, David Fincher, 2023), estrenada en el 80º Festival de VeneciaAndrew Kevin Walker (Seven, 1995) adapta la novela gráfica ilustrada por Luc Jacamon del escritor francés Alexis Nolent, conocido como Matz , y algo de ello permanece en las viñetas animadas de la obertura de la película, que nos hacen pensar en la ventana indiscreta, donde la visión parcial puede salvar vidas o, por el contrario, llevarnos al desastre por el equívoco. Aquí suceden ambas cosas. En una gran ironía, base sobre la que se eleva el filme, la profesionalidad cae rendida ante el azar. El asesino teme al aburrimiento más que al fracaso, creyendo éste garantizado, pero la impecabilidad de la rutina se desvela frágil. A partir de esta escena con que se abre la primera película que el director rueda tras Mank (2020), también para Netflix, se desencadena una serie de sucesos que desmentirán casi todas las máximas de su manual.

Fan absoluto de Smiths, sus auriculares le entregan a una música que quizá actúe como ancla de su perfeccionismo, de su eficiencia probada, pero ahora debe huir, volver a su refugio tropical, para encontrarse de nuevo en fuga. El asesino no tiene nombre y tiene muchos, atesora sets de documentos, seis espacios de almacenaje a través del mundo con armas y herramientas de disfraz, coches, para adaptar diferentes y falsas identidades con las que serpentear por salas VIP de aeropuertos y colarse en cualquier parte, Florida, Nueva York, Chicago, Nueva Orleans… La gran humillación infligida a esta perfecta máquina de matar es como una broma y Fincher nos cuela otras, como ese guiño con los nombres que adopta, convirtiéndose en Felix Ungar, Oscar Madison (La extraña pareja) o Lou Grant…, personajes entrañables del imaginario cinematográfico y televisivo en las antípodas del crimen y de la violencia que el asesino es capaz de desplegar.

Lo rutinario del trabajo criminal, sin más accesorios que sus útiles, está despojado de la parafernalia más anecdótica que dotaría al protagonista con un carácter reconocible o empatizable, pero es precisamente el minimalismo con que aquél es descrito, lo que conforma su personalidad, justo a través de sus procesos. Fincher nos transmite que la letalidad es una tarea low key, tan fría y sencilla que cualquiera con una cuenta de amazon y suficiente autocontrol podría realizar, y en este sentido, los tiempos nos aportan un ritmo natural con el que fluye El asesino. La trama no es de las que se cuecen lento, sino de las que suben peldaños, en este caso hacia la venganza total, aquella que supone la definitiva contradicción y traición a unos principios rectores del método que, al final, han resultado demasiado débiles para soportar un edificio de alto riesgo. La máquina de matar no es una máquina, después de todo.

Fassbender, perfecto en su rol y a quien hace tiempo que no veíamos en una buena película, comparte el casting con Tilda Swinton, que merecía un retrato más a su altura, y de cuya presencia anticipábamos mayor disfrute.

El asesino se estrenará el 11 de noviembre en Netflix.

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