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El patio

El himno panamericanista: cantos por la unidad latinoamericana

En Música, El patio lunes, 28 de febrero de 2022

Óscar Carrera

Óscar Carrera

PERFIL

Hablar de música en español sin tener en cuenta América Latina es como pensar que en el mar solo viven marineros. Compositores como Silvio Rodríguez o Tom Jobim son ya clásicos en la liga de Chuck Berry y Bob Dylan (esa Violeta Parra de Estados Unidos). La síntesis musical que encontramos en Cuba, Colombia o México es la fiel radioscopia de un continente donde se mezclaron culturas como en ningún otro. Y no sería argentinismo por mi parte decir que Buenos Aires tenía en los años ochenta uno de los mejores rocks del planeta. 

Cuándo será ese cuándo,

señor fiscal,

que la América sea

solo un pilar

(Violeta Parra, 1965)

Compilar y clasificar la música del continente más apasionadamente musical supera los límites de este y de cualquier artículo. En esta ocasión solo queremos llamar la atención sobre un formato muy particular: el himno panamericanista, aquel que llama a la unidad entre los pueblos latinoamericanos. E incluso esta relativa rareza se prodiga por las discografías de unos veinte países, por lo que tendremos que contentarnos con una breve selección. 

No es que la conciencia de unidad esté generalizada en los países americanos. Incluso Maná denunciaba, en 2011, que están discriminando latinos. Ya en 1984, los chilenos Los Prisioneros describían Latinoamérica como un pueblo al sur de Estados Unidos con veintitantas banderitas cada cual mas orgullosa de su soberanía. Un continente, por cierto, donde cada país llama a su propio rock rock nacional, a pesar de que haya decenas de ellos. 

Si los americanos siempre actuaran de modo fraternal, no habrían hecho falta canciones como la clásica “Si somos americanos”, del chileno Rolando Alarcón, que a ratos se convierte en un pequeño sermón: Si somos americanos, / seremos buenos vecinos, / compartiremos el trigo, / seremos buenos hermanos (1966).

Así el uruguayo Daniel Viglietti en “Canción para mi América”: Dale tu mano al indio, / dale que te hará bien. / Te mojará el sudor santo / de la lucha y el deber. (1968)

El chileno Patricio Manns compuso en 1965 una de las más bellas odas al continente, “América novia mía”, versionada posteriormente por Inti-Illimani. Aquí América era una abstracción personificada, aunque una bastante carnosa: América, novia mía: tómame, / entre tus brazos mulatos cíñeme, / en la boca tus dulzores viérteme, / y el pecho de resplandores lléname (1965).

No eran los intelectuales del Cono Sur los únicos que tenían sueños húmedos con la idea de una América fraternalmente unida. En Brasil, Caetano Veloso adaptaba su canción de amor al humor surrealista y el rupturismo (en este caso, también gramatical) del movimiento tropicalista: Soy loco por ti, América… / soy loco por ti de amores. / Tenga como colores / la espuma blanca / de Latinoamérica / y el cielo como bandera (1968).

Más solemnes eran los argentinos Armando Tejada Gómez y César Isella, compositores de una “Canción con todos” que se haría mundialmente conocida bajo la interpretación de Mercedes Sosa. Quizá lo más influyente de esta canción fueron sus guiños explícitos a diversos países latinoamericanos: Sol de Alto Perú, / rostro Bolivia, estaño y soledad, / un verde Brasil, / besa mi Chile cobre y mineral. / Subo desde el sur / hacia la entraña América y total, / pura raíz de un grito / destinado a crecer y estallar (1969).

En adelante, se multiplicarán las enumeraciones de países, como la que abre el álbum clásico de Rubén Blades y Willie Colón, Siembra (1978). Pablo Milanés (autor, años antes, de una “Canción por la unidad latinoamericana”) proclamaría desde su rincón cubano: Buenos días, Brasil, mi gigante, / cuánto tiempo sin ti, adelante. / Nicaragua sin Somoza / sigue más hermosa que ayer. / Haití, la negra, llorando está. / Colombia, Ecuador, Uruguay, Venezuela, Argentina / van creciendo para hacerlo mejor (“Buenos días, América”, 1987).

Y, salvando distancias quizá no solo temporales, es el mismo formato del que se sirve el grupo de cubatón (reggaetón a la cubana) Gente D’ Zona en su hit “La gozadera”: Y se formó la gozadera:/  Miami me lo confirmó. / Y el arroz con habichuela: Puerto Rico me lo regaló. / Y la tambora merenguera: Dominicana ya repicó. / Con México, Colombia y Venezuela, / y del Caribe somos tú y yo (2015).

Porque, aparentemente, el sentimiento de hermandad de los pueblos al sur del río Bravo sigue emocionando a día de hoy. En 2011, el grupo de rap fusión puertorriqueño Calle 13 lanzaba “Latinoamérica”, apostando por una serie de referencias menos explícitas, pero que no se olvidan de esas habichuelas que alicatan la alimentación de millones de latinoamericanos: Una canasta con frijoles, / soy Maradona contra Inglaterra / anotándote dos goles. / Soy lo que sostiene mi bandera; / la espina dorsal del planeta es mi cordillera. / Soy lo que me enseñó mi padre: / el que no quiere a su patria no quiere a su madre. / Soy América latina, / un pueblo sin piernas pero que camina (2011).

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