La crisis del coronavirus ha obligado a millones de personas a permanecer recluidas en casa en cuarentena, por un tiempo prolongado. El silencio y la desolación reinantes en las calles provocan inquietud y aflicción al mismo tiempo. No obstante, pese a lo dura que resulte la medida es más que necesaria, salir del domicilio es una insensatez que supone correr un riesgo innecesario. Las evidencias han demostrado que al virus no se le vence únicamente mediante la labor científica, sino también con la voluntad y la prudencia de la ciudadanía. Es un ejercicio arduo y difícil, pero solo con esfuerzo y solidaridad venceremos esta pandemia.
Para hacer más llevadera la cuarentena y, de paso, concienciar sobre la necesidad de no salir a la calle en situaciones críticas, ofrecemos una watchlist de películas sobre confinamientos domiciliarios entretenidas e interesantes. Disfruten y permanezcan en sus casas.
La noche de los muertos vivientes (Night of the Living Dead, Georges A. Romero, 1970)
Los muertos salen de sus tumbas y se alimentan de la carne de los vivos para, luego, convertirlos en zombis. Ante tal panorama ¿serías capaz de salir de casa? Los protagonistas de este clásico del cine de terror lo tuvieron muy claro: la supervivencia radica en la cuarentena y en la voluntad de mantenerla. El coronavirus, no requiere barricadas delante de la puerta, ni ventanas tapiadas con tablones; salir victorioso ante una amenaza pandémica es más fácil que en esta obra de ficción, ya que la mejor arma en este caso no es un fusil, sino la responsabilidad.
[·REC] (Jaume Balagueró y Paco Plaza, 2007)
Las autoridades sanitarias afirman que la cuarentena no está hecha únicamente para defenderse del virus, sino también para prevenir su extensión. A pesar de ser también una película de zombis, sucede todo lo contrario al clásico de George A. Romero. Aquí el virus que convierte a la gente en seres antropófagos está dentro de casa, por lo tanto, los vecinos deben permanecer en sus domicilios con el fin de que la humanidad no se convierta en un ejército de muertos vivientes. Si usted se encuentra afectado, sea responsable, llame al teléfono pertinente y evite el contacto externo.
La habitación del pánico (Panic Room, David Fincher, 2002),
La sobreinformación y las fake news acerca del coronavirus ha provocado una pandemia psicológica paralela: el pánico. A más de uno le habría dado un soplo de tranquilidad el disponer de un habitáculo como este en casa. David Fincher ha demostrado, a lo largo de su filmografía, ser un maestro a la hora de crear suspense, y esta no es una excepción. Las casi dos horas de metraje de esta cinta son un frenesí de claustrofobia y tensión continuas, que hacer sentir al espectador la angustia de sus dos protagonistas.
La historia de Anna Frank (Anne Frank: The Whole Story, Robert Dornhelm, 2001)
¿Existe un peligro mayor a que te persiga una horda de zombis? Sí, un mundo real de nazis aplicando sus consignas de exterminio. La familia Frank fue plenamente consciente del peligro que suponía para sus vidas la ocupación nazi de su país. Estas circunstancias les empujarían a enclaustrarse en el famoso achterhuis, una especie de zulo adyacente a un edificio residencial. El plan era perfecto, pero una denuncia anónima supondría la captura y muerte de la joven Anna.
En las páginas del diario de la pequeña de los Frank, puede leerse cómo las dos familias escondidas hacían frente a la rutina del día a día, para hacer frente a la agonía de la reclusión. En una situación de convivencia tan prolongada y estrecha, donde surgen conflictos,con el miedo a ser descubiertos, estas personas viven su cotidianidad con toda la valentía y serenidad que son capaces.
La niebla (The Mist, Frank Darabont, 2008)
Junto a las plataformas digitales, los negocios que menos han sufrido el perjuicio de esta pandemia han sido los supermercados. Legiones de ciudadanos entran todos los días en estos establecimientos a comprar cantidades ingentes de víveres con el fin de permanecer el mayor tiempo posible dentro de casa. Los protagonistas de esta adaptación de la novela homónima de Stephen King fueron conscientes de la importancia de comprar comida en este tipo de situaciones críticas. No obstante, en vez de verse obligados a permanecer en casa, no tienen más remedio que acabar durmiendo en el propio supermercado. Hay que decir que este tipo de comercios pueden resultar un buen lugar para esperar el paso de una niebla llena de monstruos, siempre y cuando no reine la locura y la desesperación, como aquí ocurre.
Un lugar tranquilo (A Quiet Place, John Krasinski , 2018)
Mucho se ha hablado de la responsabilidad y de las precauciones a la hora de combatir el virus. Lavarse las manos adecuada y frecuentemente, no tocarse la cara, mantener la distancia de seguridad… El mínimo despiste o falta de higiene serían una irresponsabilidad que podría poner en peligro a las personas de nuestro alrededor y a nosotros mismos. Los Abbott también tuvieron que ser precavidos y cuidadosos para garantizar su existencia. En un mundo donde monstruos carnívoros sensibles al sonido campan a sus anchas, esta familia debe ser precavida y no hacer ni un solo ruido. El mínimo tropiezo o resbalón puede provocar la llegada de tales bestias comedoras de humanos. Si queremos prevenir el contagio, debemos ser tan cautelosos como los Abbott.
El día de mañana (The Day After Tomorrow, Roland Emmerich, 2004)
El coronavirus ha eclipsado otros problemas de igual o superior importancia, entre ellos el cambio climático, aunque nos hace reflexionar sobre la huella ecológica del ser humano. En este filme, la humanidad se encuentra en peligro no por una pandemia zombificadora, ni por monstruos interdimensionales. Esta vez, la raza humana debe hacer frente a una catástrofe climática capaz de acabar con el mundo tal como lo conocemos y con la vida de millones de personas. La icónica ciudad de Nueva York queda arrasada y congelada por una tormenta producto de la fundición de los polos. Ante esta situación, un grupo de supervivientes permanecerá confinado en una biblioteca pública con tal de mantenerse calientes. Aquellos que hicieron caso al climatólogo protagonista (Dennis Quaid), sobrevivirían, mientras que aquellos que prefirieron huir del frío acabaron murieron. Tomen nota, queridos lectores y hagamos caso a los expertos.
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