A raíz de la inminente catástrofe climática, nosotros, como especie humana, necesitamos cambiar la forma en la que interactuar con el planeta, y eso afecta a casi todos los aspectos de nuestra vida. Poco a poco, la industria de la música también ha ido tomando conciencia al respecto, lo cual nos lleva a penar con más detenimiento en nuestra relación con las giras, los clubs y el consumo de música en general, nos guste o no.
El dj y productor danés Kasper Bjørke, uno de los artistas de largo recorrido más visibles y bailables en Europa, es un claro ejemplo de ello. Los poderes curativos y lisérgicos de la música y la protección del medio ambiente son dos temas que se encuentran en el epicentro de su trabajo, ya sea a través de la hermosa obra de arte de su último álbum, titulado Nothing Gold Can Stay (hfn music), o su decisón de rechazar algunas fechas de gira para reducir su huella de carbono. Y de estos alicientes parece volver a estar plagado este nuevo disco.
Junto al dj valenciano y socio en la promotora Chromatic, Josep Llop, intentamos desentrañar la inspiración detrás de su último lanzamiento y el porqué de la urgencia de tomar medidas para proteger las poderosas y hermosas fuerzas que la naturaleza nos brinda.
Da la sensación de que en una sociedad donde la velocidad reina al mismo nivel que la ansiedad, si no reducimos la velocidad y aumentamos las pausas y las esperas, tarde o temprano nos precipitaremos al abismo. Así lo subraya el mismo Bjørke Yo diría que en esta sociedad de ritmo rápido, lo único sensato que cabe hacer es reducir la velocidad. Trato con el estrés, y siempre surge cuando viajo en avión. Incluso empiezo a sentir ansiedad el día antes de que tenga que partir, así que viajar en tren es la manera perfecta para relajarme más… ¡Es así de simple para mí!.
Su último álbum, Nothing Gold Can Stay, un mini-LP de 7 canciones que explora a fondo tanto su lado más analógico y rítmico, como su incansable pasión por el pop sintético de fisonomía orgánica, se presenta como una puesta a punto de muchos de los principios de este singular artista. Este nuevo lanzamiento cuenta con las colaboraciones de artistas tan reconocidos como Toby Ernest, Christian d’Or, Tomas Høffding (WhoMadeWho y Bon Homme) y Justin Strauss.
Nothing Gold Can Stay se erige como un homenaje a la naturaleza, desde cada nota hasta el diseño de la cover.
Mientras su trabajo en la part A se decanta por lo electrónico y cercano, la part B se dispara con el cosmic-disco y house de los 90s. Dos caras de una misma moneda donde, por una parte, se reivindica la pausa y la contemplación sonora, y por otra, se hace gala del poder catártico de la música de baile. La idea era combinar dos estados de ánimo diferentes, así que pensé que sería una idea interesante lanzarlos en un mismo disco, pero separados […] La part A es para escuchar en casa, mientras que la part B está pensada para bailar en los clubs.
Ese interés por la naturaleza, por lo orgánico en sus formas, en la combinación de sus sonidos, está presente en toda la obra de Kasper Bjørke. Pero a diferencia de sus anteriores discos, en Nothing Gold Can Stay se da un equilibrio muy cuidadoso entre la ambición de sus intenciones y la grandeza de sus resultados, consiguiendo condensar dos ideas que parecía que ya no íbamos a recuperar: futuro y permanencia.
Además, demuestra que sabe lo que busca y que además de saber hacia dónde va, es capaz de llegar a su destino aportando satisfacción. Concebido con calma y descanso, este Nothing Gold Can Stay se erige como un homenaje a la naturaleza, desde cada nota hasta el diseño de la cover.
Escogí esas dos hermosas imágenes de una jungla para la part A y un desierto para ilustrar la part B, y obviamente, le di crédito al fotógrafo. Quería algo simple y poderoso, un homenaje a las fuerzas y elementos naturales, que también se refieren al título del disco. Las plantas florecientes, el desierto, el agua y el poema son una celebración del mundo natural […] Quería crear una imagen de cómo todo está cambiando, y que necesitamos reflexionar y movernos para preservar la naturaleza y apreciar el planeta en el que vivimos.
En su regreso, Kasper vuelve a prestar toda su atención al sonido que consagró su nombre, y esta vez lo hace regalándonos Nothing Gold Can Stay, un tesoro musical que abre fronteras, incitando cuerpo y alma, mientras nos mueve tan pronto al baile como a la acción.
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