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Joan Jett Blakk: derecho a tener derechos

En Lifestyle 3 julio, 2022

Irati Martínez

Irati Martínez

PERFIL

El sueño americano está construido de la siguiente manera: no hay nada que no puedas alcanzar si trabajas duro y crees en América. Por eso se le llama sueño, ya que la realidad dista mucho de ser tan idílica. Pero aquellos intentos que se quedan en el camino hacia esa vigilia del sueño pueden ser tan maravillosos como peculiares, como este próximo en el que nos hemos de zambullir, protagonizado por Joan Jett Blakk y presenciado por la Norteamérica de mitades de los años 80 y toda la década de los 90.

Joan Jett Blakk, nombre artístico y alias de Terence Alan Smith (Michigan, Detroit, 1957) fue un sueño que quiso ser realidad. Y como todo sueño, sembró la tierra y trascendió en las generaciones futuras como el eco de un gong pausado pero firme del cual es difícil despedirse. Activista, candidata política, defensora de la raza, la libertad, la diversidad sexual, drag queen que creó su alter ego en 1974 inspirándose en artistas como David Bowie, Grace Jones o Divine y una larga lista de muchas denominaciones más, a la que la polémica y el escándalo la persiguieron durante toda su carrera política, serían algunas de las palabras que definen, entre otras tantas, a esta persona pública que usó su imagen, su voz y brío para reivindicar el simple y puro derecho a tener derechos. Empezando por el más básico de todos, al cual todo ser humano por cierta inercia tiende a aferrarse: el derecho a vivir una vez se ha nacido.

Echemos la vista atrás y tratemos de asimilar el clima de acontecimientos en el que se coció este caldo. Podría decirse que el ingrediente principal fue el VIH, gran protagonista de la escena ochentera pero con unos inicios borrosos y dispersos. Los primeros casos occidentales se atribuyen a tres marineros: un inglés (allá por 1959), un americano (en 1969) y un noruego (1976) que habían viajado a países africanos y habían contraído el virus al haber mantenido relaciones sexuales sin protección con personas seropositivo. No es más o menos hasta 1983 cuando un grupo de nueve hombres homosexuales de la ciudad de LA, que habían mantenido relaciones sexuales entre ellos y habían contraído el virus, comenzaron a presentar el mismo cuadro clínico de síntomas (o muy similares) y sirvieron como base para establecer un patrón de contagio típico de las enfermedades infecciosas. Pero realmente sus orígenes se sitúan en África central alrededor de los años 20 del siglo XX.

Joan Jett Blakk

Para el año 1984 el VIH se había extendido por todo occidente, anidando inicialmente en la comunidad homosexual. El rechazo que esto generó en la población fue desmesurado. La falta de información y escasez de remedios, junto con lo peor de cada ser humano, hizo que la comunidad fuera rechazada y repudiada (eso por no decir algo demasiado feo) y en algunos colegios a los niños contagiados se les negó el derecho a la educación presencial. Los hospitales se llenaban cada vez más de seropositivos y por consiguiente, los amantes y los familiares comenzaban a separarse. Cuántas veces habremos leído y escuchado esa frase de Se me murió en los brazos. Incluso se le llegó a llamar la “peste rosa”, además de por la connotación homófoba hirientemente evidente, también por las manchas de color rosáceo que aparecían por lo general en el paciente infectado. El virus no tardó en propagarse masivamente también entre los heterosexuales y comenzó la desmitificación hacia la comunidad LGTBIQ+, aunque esto no hizo que los insultos, vejaciones y agresiones dirigidas a la comunidad cesaran.

Es ahí, en medio de esta vorágine, confusión y caos, con las morgues llenas, los hospitales sin respuestas y los políticos dentro de sus despachos y ocupando lujosos asientos en galas benéficas en (flaco) favor de los más desfavorecidos, cuando Blakk da un puño en la mesa y dice: ¡Hasta aquí! Y ¿qué hace Joan? Se presenta como candidata a las elecciones de la alcaldía de la ciudad de Chicago contra Richard M. Daley, derrota que le formó y curtió para la verdadera batalla: la candidatura a la presidencia de EEUU en el año 1992. ¿Su slogan? Agárrense…“Lick Bush in ’92” (se presentó contra Bush padre y Bill Clinton). Literalmente significa «chúpate esa Bush», pero figuradamente el significado es aún mejor: «cómete este coño», ya que bush en inglés a parte del apellido del político George H.W. Bush, padre de George W. Bush, también significa arbusto o matorral, entendido en slang como vello púbico.

Más tarde, en el año 1996, se volvió a presentar bajo el slogan de “Lick Slick Willie in ‘96”. No ganó ninguna de las dos candidaturas, pero visibilizó varias cosas al presentarse, en ambas ocasiones, por el Queer Nation Party, del que también resultó ser una de las fundadoras en 1990. El cartel de promoción de la campaña del 92 es digno de ocupar una pared entera de un museo o del salón de tu casa, mismamente. Fue una mezcla de grito de guerra fotografiado en el que Joan aparecía sentada en un espléndido sillón de mimbre, con lo que simula ser una metralleta de juguete algo abstracta y con una pose que imita brillantemente y nada casualmente a la famosa fotografía del periodista, cofundador y líder inspirador de la organización política socialista del Poder Negro conocida como Panteras Negras (Black Panthers, en inglés), Huey Percy Newton. También realizó un vídeo de promoción de campaña que podéis encontrar en YouTube si escribís en el buscador Drag Queen Blues (altamente recomendable).

Joan Jett Blakk

Y siendo completamente consciente de que ni siquiera llegaría a pisar el césped del jardín donde defecaba el Primer perro de América, Joan Jett Blakk inició una campaña de concienciación y divulgación de derechos: Derecho a la vida, derecho a ser atendida en hospitales sin tener que vender un riñón en un callejón oscuro, derecho a amar, a no morir de SIDA sin recibir atención médica decente, derecho a una sanidad pú-bli-ca y gra-tu-i-ta!. Derecho a coger de la mano a tu pareja sin que te griten Maricón (¡Maricón, de qué!). Derecho a tener un presidente o presidenta que fuera conocedor de realidades, alguien que Hubiera sujetado en sus brazos a su amante y supiera que estaba muriéndose, escribió la fotógrafa Zoe Leonard en un maravilloso discurso. Derecho a vivir y amar libremente, en definitiva. Joan también fue una de las varias activistas que visibilizó el grupo ACT UP (AIDS Coalition to Unleash Power o Coalición del SIDA para desatar el poder) del que era fiel integrante, un importantísimo colectivo en defensa de los derechos de las personas seropositivo y creado entre otras cosas, en 1987, para favorecer la concienciación sobre la crisis del sida, conseguir legislaciones favorables, promover las investigaciones científicas, optimizar y recalcar la asistencia a los enfermos y mejorar la educación en torno a las políticas sexuales.

Joan Jett Blakk

Y es que durante la década de los 80 los activistas del VIH ya estaban saliendo a las calles a protestar fuertemente contra la pasividad del gobierno y la homofobia institucionalizada, dos de los pilares que acrecentaron la crisis social de los 90. En 1991 había registrados 340.000 casos de personas contagiadas y la situación continuaba en un ascenso insostenible. Por ello, su objetivo nunca fue el de ganar, sino el de hacer ruido y dejar huella, y convertir ya de paso a América en una nación Más fabulosa, más fructífera y más glamurosa, como declaró en una ocasión nuestra Joan.

Necesitamos salir a las calles a protestar por cada estúpida decisión que tomen (los políticos), debemos salir a la calle y ser abiertos sobre quiénes somos con todo el mundo. Necesitamos cogernos de la mano en público. Necesitamos confiar los unos en los otros incluso si no coincidimos en ciertas opiniones. Necesitamos avisarnos los unos a los otros cuando esa camiseta no conjunta en absoluto con esos pantalones. Y necesitamos salir y votar. Quiero decir, no es la única manera de la que apoderarnos del país y avanzar hacia una vía más glamurosa, pero es una manera segura de hacerlo. ¡Y no pienso que ninguna piedra en el camino interrumpa nuestra lucha hacia la libertad y hacia un gobierno decente! Os amo, lo digo en serio.

(Fragmento de un discurso de Joan Jett Blakk, candidata a la presidencia de EEUU, en otoño de 1992 en un artículo publicado por Shari James para la revista THING: Chicago’s national black underground queer arts magazine).

Joan Jett Blakk

No alcanzo a imaginar cómo debió ser vivir en los 90, abrir una revista y leer aquello. Contagiada o no, Blakk luchaba por que todos los seres humanos de este mundo tuviésemos el derecho a sobrevivir a una crueldad institucional pasiva y cínica que no miraba más allá de su blanco y acomodado ombligo. Y a pesar de no lograr ser la primera presidenta de los Estados Unidos de América negra, drag radical, queer y en pro de los derechos sociales (pero en pro de verdad, me refiero), estoy convencida de que dibujó sonrisas, sonsacó lágrimas, hizo que dos manos o dos bocas de un mismo género se agarrasen y besasen en público, concedió esperanza y resultó ser un pilar firme y reluciente en la construcción de la sociedad en la que hoy vivimos, que a pesar de no ser perfecta, es un poquito más abierta, hizo las cosas Un poquito más fáciles, según declaró años después y tiene más libertad de presencia y diversidad gracias a personas como nuestra Joan Jett Blakk. Diosa, reina, drag y figura… hasta la sepultura.

Podréis encontrar un pequeño documental de 10 minutos disponible en Vimeo llamado The Beauty President donde reconocer a una Joan Jett Blakk del futuro, haciendo una retrospectiva de lo hermoso que fue su pasado. Hasta entonces… Beauty all around me.

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