Las mujeres seguimos teniendo dificultades a la hora de llegar a puestos directivos y de gran responsabilidad. Sin embargo cada vez encontramos más casos en nuestra sociedad de mujeres con esa capacidad de liderazgo y gestión. Mujeres inteligentes que tienen una alta capacidad organizativa y de gestión, independientes, valientes y resolutivas, como es el caso de las tres protagonistas de hoy, cuya feminidad aporta un valor añadido a esos puestos de responsabilidad y poder.
Jessica Pearson (Gina Torres) en Suits, la serie de abogados ambientada en la ciudad de Nueva York, aunque la mayoría de las escenas se rodaron en Toronto, y disponible en Netflix.
Diane Lockhart (Christine Baranski) en la serie, también de abogados, The Good Fight y en su predecesora The Good Wife, ambas ambientadas en la ciudad de Chicago aunque se rodaron en la ciudad de Nueva York. La primera está disponible en Amazon Prime y la segunda en Movistar +.
Y, por último, Miranda Priestly (Meryl Streep), en la película El diablo viste de Prada (David Frankel, 2006) también en Amazon Prime. Esta última es la única de las cuatro que fue rodada íntegramente en Nueva York, salvo su parte final en París.
Ellas tienen la sensibilidad necesaria para elegir el mobiliario, la decoración, el vestuario, para crear un buen ambiente de trabajo en el que se rinda más y mejor. Son mujeres justas a la hora de dirimir los problemas en su equipo, capaces de detectar y valorar el talento, aunque este no se encarne en personas convencionales. Sus relaciones con las otras mujeres sean amigas o colegas siempre es de igualdad, buscando la complicidad y promocionando a las que vienen detrás y evitando la enemistad o la envidia.
Teniendo en cuenta que el lugar donde realizamos nuestro trabajo es muy importante, tenemos que ser conscientes de que la gestión de un buen espacio pasa por un buen diseño del mismo, para optimizar las dimensiones, crear pequeños o grandes espacios que permitan la movilidad del trabajador y le den opción a disponer tanto de un lugar para compartir con sus compañeros, como para reunirse en privado, o para estar solo.
Hoy en día, los nuevos espacios de trabajo cuentan con una estética cada vez más alejada de lo tradicional en los que la luz natural y las vistas juegan un papel fundamental. Un buen ejemplo de ello son las oficinas donde trabajan Jessica Pearson, Diane Lockhart y Miranda Priestly, todas ellas con grandes ventanales que favorecen la entrada de luz natural y ofrecen unas fantásticas vistas. Es verdad que esto depende en buena parte de la ubicación de nuestra oficina y del número y disposición de las ventanas, algo que muchas veces es difícil de conseguir, pero hay que intentarlo.
El despacho de Jessica Pearson es una auténtica caja de cristal, ya que el tabique que delimita su oficina con el resto de estancias del bufete es un enorme vidrio templado que recorre longitudinalmente el espacio. Las únicas paredes macizas que existen son las que le separan del resto de despacho y están pintadas en un color verde azulado.
En el caso de Diane Lockhart, en The Good Wife, su despacho está delimitado con unas modernas mamparas que combinan parte acristalada y parte ciega en madera. En The Good Fight las puertas de acceso al despacho son similares, pero lacadas en color blanco, y observamos un cambio y es que sustituye las tradicionales mamparas de cristal con marco por enormes vidrios templados que van del suelo al techo como ocurre en Suits.
Lo mismo ocurre con las oficinas de Miranda Priestly que tienen más similitudes con las de Suits, ya que mantienen que el acceso a todos los despachos sea a través de puertas de cristal. No obstante, existe una pequeña diferencia, mientras en El Diablo viste de Prada todas las paredes de los pasillos y las zonas comunes están pintadas de color blanco, en Suits los revestimientos de las paredes están realizados con paneles de madera.
Otro elemento que también es esencial y contribuye a la creación de espacios armoniosos y amables es el mobiliario y los objetos de decoración. La mesa de escritorio del despacho de Jessica Pearson se diferencia de la de sus compañeras en que es la única realizada en madera maciza, tanto sus patas laterales (dos “U” invertidas) como el tablero que soportan mediante unas pletinas de acero negro. La parte central del tablero es de piel negra, en combinación con los soportes. Una mesa robusta, con una marcada presencia en el despacho, muy bien respaldada con los muebles inferiores sin tiradores, de madera, que situados debajo de los ventanales recorren longitudinalmente el frente enmarcando todo el espacio como símbolo de autoridad y liderazgo. Su silla, uno de los modelos Eames para oficina, también está realizada en madera y cuero, pero de color blanco para endulzar el espacio y hacerlo más femenino y acogedor.
Siguiendo en esta línea, para aligerar visualmente el espacio ante tanta madera, pero sin perder un toque de sofisticación, utiliza un imponente sofá de tres plazas en color crudo con cojines estampados con motivos florales y un plaid sobre ellos, en tono gris en consonancia con dos butacones de líneas rectas, con forma de cubo en gris antracita con cojines de dos tonalidades diferentes. Para integrar estas piezas, más propias de un salón, emplea tres mesas auxiliares de vidrio templado y patas de acero inoxidable pulido. Sobre dos de ellas, colocadas al lado de sofá, descansan dos imponentes lámparas con tulipa rectangular en color crudo, pie de acero en forma de V y base de mármol negro y, una tercera rectangular en el centro, con un frutero con manzanas verdes Schmidt.
Todo el conjunto combina a la perfección con la mesa de reuniones con soporte central situada al fondo, completamente de color blanco rodeada de seis sillas de oficina de aluminio y cuero blanco con patas giratorias, en la serie para la oficina de los Eames.
La decoración del despacho de Diane Lockhart tiene muchos más puntos en común con Jessica Pearson en cuanto a la gestión del espacio y la línea decorativa comentada al principio donde el espacio de trabajo tiene cierto aire de residencial. Sin embargo, en cuanto a mobiliario, coincide en algunas cosas con Miranda Priestly (Meryl Streep).
Por ejemplo, ambas optan por una mesa de escritorio de cristal con patas de acero inoxidable, en el caso de Diane, y lacadas en blanco, en el de Miranda. Tanto uno como otro son materiales de gran durabilidad y belleza, caracterizados por unas líneas sencillas y bien definidas, sin florituras, que aportan mucha elegancia, a la vez que transmiten autoridad. Sus sillas de ejecutivas también son de piel, como la de Jessica, pero de diferente color. En el caso de Diane, el tono elegido es el granate, en The Good Wife. Más tarde cambiaría a una tapizada en gris con brazos de acero inoxidable. En el de Miranda se eligió el negro. La de esta última fue diseñada por Fabricius & Kastholm y fabricada por Kill International en 1970.
Las tres se sirven de pequeñas butacas de salón o sillas decorativas de confidente, huyendo de las clásicas sillas básicas de oficina, para suavizar y hacer más acogedor el momento en el que te sientas delante de tu jefe.
Las de Jessica son de corte clásico con forma de media circunferencia en madera y tapizadas en tono marrón claro. Las de Diane, en las primeras temporadas de la serie The Good Wife, son el modelo Cara, de respaldo alto en piel de color rojo y posteriormente se remplazaron por unas tapizadas con un estampado geométrico en color hueso, una versión contemporánea de las sillas conocidas como barril, inspiradas en un diseño escandinavo de finales de la década de 1960. Ambos modelos pertenecen a la firma Mitchell Gold + Bob Williams.
Y en The Good Fight cambiaría a unas tapizadas en color crudo con brazos de acero inoxidable a juego con la del escritorio. Las de Miranda son menos acogedoras, más ligeras y un poco frías, como ella: son en cuero negro y patas de acero inoxidables.
Tanto Jessica como Diane utilizan muebles bajos en madera o en gris para el almacenamiento y la organización de los expedientes y sus casos. Pero Diane los combina como muebles de corte clásico, un aparador que combina la madera de nogal con el negro y una cómoda japonesa o un mueble de recibidor en cristal y patas de bronce. Mientras que Miranda solo utiliza una sencilla mesa de madera con cajones.
Las vistosas alfombras de colores cálidos también juegan un papel muy importante en la decoración de sus espacios porque enmarcan la zona de trabajo y la de relax, aportan calidez al conjunto, equilibran y complementan a los rojos, grises, azules verdosos…Todo es elegante, sobrio y ordenado.
No debemos olvidarnos de la luz artificial, el complemento ideal si no necesitamos iluminar toda la oficina, solo lo esencial. Atentos a las dos grandes lámparas de sobremesa con el fuste en cristal en lagunas temporadas con tulipa negra y en otras en color beige situadas en el aparador justo detrás de la mesa de Diane.
Los objetos de decoración de los despachos de todas ellas, en función de su personalidad y su edad, tienen también un papel muy importante pero encontramos semejanzas y diferencias teniendo en cuenta que la película se estrenó en el 2006, la primera temporada de The Good Wife en el 2009, la primera de Suits en el 2011 y The Good Fight en el 2017. Podríamos decir que el despacho de Miranda es el más actual, los de Diane, los más elegantes y sobrios (sobre todo en The Good Fight, por su paleta de colores) y el de Jessica, el más sofisticado. A Jessica y a Diane parece que les interesa más el arte. La primera tiene en una de sus paredes tres cuadros en un potente color rojo y la segunda, un inquietante cuadro Girl with peony del artista estadounidense Andy Zig que aparece en The Good Fight.
Miranda opta por una magnífica composición de cuadros en la que destaca un espejo porque no es común encontrar espejos en una oficina, son objetos más propios de un recibidor o sala de estar, sin embargo, en su oficina le da un toque de clase y distinción.
Otro elemento decorativo son los libros actuales, clásicos o profesionales: dan buena impresión y, sin quererlo, hablan un poco de tu estilo y tu personalidad. En cuanto a fotografías familiares, profesionales o premios, las tres tienen alguna, pero poco más. Los jarrones que aparecen en los despachos de las tres, normalmente combinados con flores, dan un toque natural que realza la belleza del lugar y aporta calidez, evidenciando la presencia femenina en la oficina.
Las rosas blancas, calas u orquídeas, son perfectas para espacios minimalistas, porque suavizan el espacio sin robarle la atención a la pieza principal. Pero también es posible verlos vacíos, como en The Good Wife o sustituir las flores por un arreglo floral más colorido, como hace Jessica en alguna temporada. Y objetos tan variados como un reloj de pared, uno de arena, algunas figuritas…
Mención especial merece el vestuario, sobre todo el de Jessica y Diane ya que ambas trabajan en un entorno más masculino. Las dos apuestan por vestidos, faldas de tubo y chaquetas ajustadas, monocromáticas, de colores vivos, brillantes, plateados, neutros. También visten con estampados felinos, geométricos, incluso extravagantes con mangas imposibles o poco prácticas, atentas a las de algunos modelos que luce Jessica Pearson. Las blusas se adornan al cuello con lazadas, utilizan tacones altos y estolas de pieles. Sus looks no son nada casuales y ambas sienten predilección por la bisutería XXL, pendientes de gran tamaño y collares destacables que les aportan un toque de elegancia y poder.
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