Cada día llega a ti una lista nueva sobre cualquier tema que puedas imaginar: son el nuevo género periodístico en boga, un breve pack de asombro.
Existe cierto estrés en la cultura; nos hemos vuelto muy impacientes a la hora de desarrollar nuestra creatividad a través de cualquier disciplina, también a la hora de consumir la de otros. Ansiamos el éxito y el reconocimiento público y los queremos ya, porque nos comentaron que no sé qué escritor, pintor o músico triunfó con veintitantos: tal vez uno se acerca ya a la treintena y su sueño de ser un artista rockstar se desvanece a medida que pasan los días sin aparecer en la portada de una revista. Sin embargo, consolidar una voz propia que se pueda identificar y disponer de un público que disfrute con ella nunca ha sido una tarea sencilla. Requiere mucho trabajo, se tenga más o menos talento. El mundo del arte -en todo tipo de formatos- es una terrible tumba para la autoestima de muchos.
Internet nos ha posibilitado tener al alcance el trabajo de creadores de cualquier rincón del planeta: podemos perdernos en portfolios durante horas o saltar de artículo en artículo toda una mañana. Tal inmensidad de estímulos para nuestra curiosidad nos lleva a querer abarcarlo todo: en muchas ocasiones encontramos un artista que nos fascina, compartimos el descubrimiento, y nunca más volvemos a saber de él porque queda sumergido en un océano de referentes. Los medios, principalmente los digitales, están abarrotados de listas: ‘los diez discos…’, ‘las cien mejores fotos…’, ‘ocho modas virales que…’. Esta nueva tipología de contenidos responde a dos factores: uno, a la muy lógica ambición del ser humano por conocer; y dos, a la necesidad de que este conocimiento se produzca por la vía rápida. Se podría alegar que tal fenómeno se da por falta de tiempo, precisamos contenidos que podamos devorar rápido y que nos ofrezcan una perspectiva lo más amplia posible -que en realidad es muy limitada-.
Muchos redactores tampoco tienen demasiado tiempo para elaborar sus artículos por el propio ritmo de estas publicaciones online, así que la opción de la lista es sencilla y efectiva; por supuesto, algunas están muy trabajadas. Pero otras muchas no: son copias, traducciones o enumeraciones nada más; píldoras, muestras fugaces, índices. La lista es un nuevo género periodístico que representa este frenesí en la cultura. Afortunadamente, también han aparecido publicaciones de gran calidad que tratan de rebajar esta velocidad generando contenidos que nos obligan a detenernos y pensar, que dedican recursos, por ejemplo, a reportajes y entrevistas en profundidad. Son un auténtico soplo de aire cultural fresco y apacible, son una de las vías para superar el estrés.
Crear no es un proceso instantáneo, conocer, tampoco. El triunfo es enormemente relativo y no tiene siquiera que ser la meta. La meta es la obra en sí misma. El conocimiento, la herramienta para entender mínimamente nuestra realidad efímera. Prisa mata, se suele decir. No dejes tras de ti un bonito, frustrado e ignorante cadáver.
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