El diseño escandinavo engloba las propuestas de Dinamarca, Finlandia y Suecia. Precisamente en este último país es donde se dan los primeros pasos hacia el funcionalismo en Escandinavia con la fundación en 1845 de la Sociedad Sueca de Artesanía y Diseño Industrial que abogaba por un diseño simple, económico y de buen gusto.
El diseño escandinavo moderno se denomina también sueco moderno, finlandés moderno y danés moderno. Evoluciona durante la década de los 30 y en la actualidad continúa realizando productos para el hogar tanto en países escandinavos como en el resto del mundo.
Hablar de diseño escandinavo es hablar de diseño orgánico fundamentado en líneas suaves y fluidas, formas escultóricas, diseños integrados que tienen en cuenta el entorno, uso de materiales que resultan fáciles de moldear adquiriendo formas orgánicas, empleo de madera clara.
Alvar Aalto es la figura indiscutible del diseño nórdico, aunque no el único. El diseño escandivano ha seguido las pautas de respeto por la naturaleza que él marcó. Aportó en la década de los 30 una reinterpretación del funcionalismo del Movimiento Moderno que rechazaba la estética de la Bauhaus, incorporando formas orgánicas y materiales naturales en sus diseños de mobiliario funcionales, intentando establecer una conexión entre productos y usuarios.
Los primeros antecedentes del diseño escandinavo se remontan al siglo XVIII, una época en la que se confunden las figuras de artesano y diseñador con objetos suntuarios de estilo rococó, posteriormente neoclásicos, románticos, el estilo dragón (inspiración neovikinga), Art Nouveau…
Pese a que Alvar Aalto no parte de los mismos principios de la Bauhaus, es indiscutible la impronta de la escuela en sus trabajos. Uno de los primeros ejemplos es la la vajilla Liljebla (1917) de Wilhelm Kåge conocida como “vajilla obrera”, se trata de un modelo muy popular, realizada industrialmente, decoración sencilla que recuerda los Arts & Crafts. Posteriormente, en 1933, desde una estética ya puramente funcionalista diseña un servicio de loza muy utilitario con piezas de diversos tamaños, apilables y que se vendían por separado, es la conocida como vajilla Praktika.
Progresivamente, el diseño industrial fue considerándose fundamental para emprender el cambio social y así el racionalismo funcionalista del Movimiento Moderno representó el modelo arquitectónico adecuado para construir viviendas, considerar el mobiliario como equipamiento para vivir y la estandarización. La recepción de las ideas funcionalistas en Suecia recibe el nombre de ideas funkis (funcionalismo sueco).
En 1930, el movimiento funki organizó una exposición en Estocolmo que encumbró al movimiento y que puso de relieve la máxima de todo lo funcional es bello. La mayoría de diseñadores suecos optaron por el funcionalismo racionalista, aunque con una visión menos dogmática, suavizando contornos más duros de los productos y de las idas de la Bauhaus, armonizar racionalidad y eficacia con organicismo y humanidad y la producción industrial con la tradición artesanal.
Los diseñadores más destacados del movimiento fueron Bruno Mathsson (arquitecto y diseñador sueco), Kaare Klint (diseñador de mueble danés), Poul Henningsen (diseñador danés), Kay Fisker (danés), Alvar Aalto (finlandés). El funcionalismo escandinavo se pone de manifiesto en diseños como la silla Eva (1934) de Bruno Mathsson de sueves líneas onduladas que alcanzó fama internacional por su ergonomía y comodidad.
Kaare Klint se considera el padre del diseño moderno danés combinando en sus obras las ideas racionalistas con el dominio de los materiales artesanos escandinavos. Es un diseñador de mueble con múltiples influencias, entre la que se incluye la ebanistería oriental que se caracteriza por realizar obras de madera sin barnizar y el empleo de telas lisas. Se le considera un punto medio entre el Art Decó y la modernidad de Le Corbusier.
Poul Henningsen realiza un diseño utilitario para mejorar las condiciones de vida de la gente, es un diseñador de iluminación con conceptos innovadores como el concepto de iluminación sin sombras, realiza tanto series de lámparas de techo como de sobremesa. Uno de sus principales diseños es la Lámpara PH Alcachofa (1925), versionada en 1957, que se caracteriza por estar montada con varias pantallas que difuminan la luz, de modo que eliminan los reflejos y crean ambientes cálidos y agradables.
Kay Fisker destaca por la armonía de sus productos, la desnudez de las formas geométricas y la unión entre el Movimiento Moderno y la tradición. Uno de los diseños donde esto se pone de manifiesto es con el diseño del decantador de vio (1926).
Alvar Aalto (1898-1976) es uno de los fundadores de la corriente orgánica, el arquitecto-diseñador finlandés influyó de manera decisiva en la obra de los Eames. Creía en el empleo de materiales naturales como forma de cubrir las necesidades funcionales y psicológicas del usuario. Aalto, que trabajó estrechamente con su esposa Aino es el diseñador escandinavo de mayor repercusión internacional, entre sus principales edificaciones en la década de los 20 destaca el Turun Sanomat de Turku, Biblioteca de Viipuri y Sanatorio de Paimio.
En el campo del diseño de muebles introduce sistemas y formas revolucionarios que se conservan en la actualidad. Emplea las formas curvas frente a las rectas, lo que le enfrenta con el racionalismo estricto y los diseños orgánicos, en arquitectura,, realiza edificios a escala humana y, en el diseño piezas que “humanicen el producto”. Aalto es un racionalista organicista que considera que los racionalistas han llegado a un extremo demasiado rígido por conservar las formas puras de la geometría, pero que continua vinculado a ellos porque plantea diseños funcionales sin olvidar la tradición o el empleo de materiales naturales como la madera y también realizaron diseños con vidrio.
Aino y Alvar experimentaron con las posibilidades de curvatura de la madera, para ello se inspiran en las sillas Thonet o en los modelos tubulares de Breuer, así como en el procedimiento de fabricación de esquíes. Experimentaron con la curvatura de la madera de abedul, no únicamente empleando el vapor como Thonet, sino utilizando la humedad natural de la madera de abedul para poder curvarla. El abedul es una madera muy elástica que los finlandeses emplean para realizar esquíes. Partiendo de estos estudios desarrollaron un proceso que partía de láminas de madera contrachapadas superpuestas y pegadas entre sí, que luego se serraban al ancho deseado y se curvaban.
La pieza más conocida es el Sillón 41 o Paimio (1941-1942) que hizo para el sanatorio de Paimio, se trata de un sillón funcionalista de corte racionalista que dulcifica las líneas y redondea los bordes y que introduce como novedad el empleo de la madera contrachapada en lugar del acero, es un modelo flexible con asiento continuo de madera prensada que queda suspendido en el aire permitiendo a la persona que se sienta acomodarse de forma relativa a su peso.
Fue un modelo que se ajustó a las necesidades de un centro sanitario, siendo higiénico, sólido, pero no rígido y de estructura ligera. Es una pieza de bajo precio, puesto que la producción no requería una tecnología costosa. La pieza adquiere forma de cinta continua, que extenderá a la mayoría de sus diseños. En otros, incorpora asientos y respaldos de tela. Partiendo del modelo del sillón 41 realizó el Carrito de té 98 (1936) creado a partir de las patas del sillón Paimio o los Taburetes L- leg (1932-33) que por la forma innovadora de las patas pueden apilarse.
En 1935 fundaron la empresa Artex, empresa de mobiliario a través de la cual realizaron la mayoría de sus diseños. La filosofía de la empresa buscaba crear una gama de mobiliario cálido y funcional a partir de variaciones sobre una serie de sencillos y estandarizados elementos.
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