A vé zi ahora amo’ a tené que peí perdón por ettá zembrao’ (Manuel Jesús Rodríguez Rodríguez)
Candidato favorito en las recientes elecciones generales, el Partido Popular (PP) esperaba que el pueblo español le otorgara una confianza plena, sin fisuras, para poder gobernar con una holgada mayoría. No ha sido del todo así, quizá porque había que olvidarles demasiadas cosas… No es que los españoles tengamos en mente un memorial de agravios; de hecho, olvidamos que da gusto. Con un partido de historia tan intensa y dilatada como el PP era inevitable que pasáramos cosas por alto, que perdiéramos de vista incluso aquello que roza lo imperdonable. Por ejemplo, el día en el que copiaron a El Koala.
A El Koala le pasa al revés: a nadie se le olvida lo que hizo. Quién no se asoma con nostalgia a aquel 2006 en el que este rústico malagueño contagió al país entero con su baile cateto. En esos días, Manuel Jesús Rodríguez Rodríguez representaba a todos los Rodríguez de campo y urbe. “Opá, yo viazé un corrá” se convirtió en la canción de aquel verano, y se ha demostrado una de las canciones más interesantes y sólidamente rockeras de la histórica lista (aunque quizá demasiado campera para las retrospectivas especializadas). El disco Rock rústico de lomo ancho vendió más de 40.000 copias, por ser “el álbum del corrá”.
Se trataba, en realidad, de una propuesta original y de calidad consistente, donde el campo se mostraba desde el campo y no desde la parodia urbanita, que es lo único que habíamos tenido desde La Charanga del Tío Honorio y otros productos que perdían la gracia horas después de salir. Esta vez no era la voz desafinada de un humorista, sino el grito agudo de alguien que llevaba veinte años buscando su hueco en el rock. Grabado dos años antes y con material escrito para su anterior banda. “Mu basto”, “Un cabrero desayunando en la ciudad”, “Tengo un berraco”… Poderosos himnos de un rock primario pero efectivo, un rock agreste y emotivo.
A pesar de este disco redondo, para el pueblo llano El Koala siguió siendo “el del corrá” (y después, brevemente, “el del corrá en Gran Hermano”). Así como en las últimas elecciones el PP se reducía, para muchos, a “derrocar el sanchismo“, así también El Koala fue reducido a su mayor éxito. Él mismo asumió la presión, con varios intentos de repetir el megahit… Rodríguez parecía destinado a terminar en el respetable circuito de la verbena de pueblo, donde uno sueña con verlo un día en su salsa.
Algunos singles memorables aunque predecibles desde el título (“Soy arbañí”, “Me viá comprá una puch”…) recordaban sus raíces lírico-rockeras, pero el grueso de su carrera posterior es una especie de huida estilística: desde dueto con Manolo Escobar hasta el reguetón, el flamenquito, la pachanga, lo latino, lo eroticofestivo o la canción infantil, por no hablar de composiciones que ni el proteico Koala se atrevió a grabar. Si bien el año pasado se percibía un tibio retorno al rock rústico, su más reciente producción de nuevo nos deja patidifusos…
El lector no estará menos confundido a estas alturas, pues comenzamos hablándole de un partido político. Resulta que dos años más tarde, en abril de 2008, el Partido Popular presentaba una nueva sintonía para la campaña de su líder Mariano Rajoy, en una intrigante defensa de “la revuelta popular” (no confundir, por favor, con el tema homónimo de los argentinos Sudor Marika). Como lo expresaba la Cadena SER, La llamada a la ‘revuelta popular’, al ‘mundo de igualdad’ y la convocatoria a ‘soñar’ resultan paradigmas tradicionales de la izquierda, pero el arte puede con todo… Fuentes cercanas admitían que su estilo “pop-rock” trata de “enganchar” al electorado más juvenil; aunque no deja de ser curioso que el conservador Mariano Rajoy lograse que le dedicaran un vallenato colombiano antes que un rock…
Sea como fuere, “Revolución Popular” resulta sorprendentemente pegadiza, que es a la vez lo único que se le puede pedir a una canción electoral y lo que casi ninguna logra (excepción reciente, la que cantó Tomasito para la confluencia de izquierdas). Sobre todo por ese estribillo que reza:
Uniremos nuestras ilusiones.
Lucharemos por defender nuestros valores.
Por el futuro de los españoles.
Avanzaremos en todas direcciones.
Espera un momento…
Comprensiblemente quizá, el autor de la canción deseaba permanecer anónimo: sólo trascendió que hacía sus pinitos musicales y que había colaborado con las Nuevas Generaciones del Partido. También que “ejerce de abogado”… No de arbañí, como alguien hubiera podido sospecharse.
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