Son feos, sí, pero ahí reside su encanto. Si no has elegido aún qué ponerte para cenar en Nochebuena con tus suegros, un suéter navideño es la mejor opción.
El próximo viernes, los estadounidenses celebran el Día Nacional del Suéter Navideño, una jornada durante la que lucen sin sonrojo todo tipo de jerseys coloridos, que parecen salidos de las pesadillas de un reno daltónico adicto a los estupefacientes.
Para que os suméis a la tradición y escandalicéis al jefe en la cena de empresa o a vuestra suegra en Nochebuena, he seleccionado para vosotros mis diseños preferidos de la firma Tipsy Elves (literalmente, “Elfos Achispados”). Sus creaciones, disponibles para hombre, mujer y niños, son festivas e irreverentes, en una palabra, tronchantes. Si otras firmas apuestan por la cursilería, ellos prefieren la mala leche y el horror vacui.
Mi tocayo cumpleañero, el Mesías, con cara de pocos amigos porque él es el único que no recibe regalos en estas fechas. Pero, claro, ¿qué le compras a alguien que lo tiene todo, hasta oro, incienso y mirra?
Parece un inocente suéter navideño, con los típicos copos y grecas, adornado con gráciles cornúpetas, pero no: estos animalitos han encontrado la manera ideal de combatir las gélidas temperaturas polares y se aseguran, además, plan para Fin de Año.
Este modelo nos descubre el lado oscuro del famoso reno de la nariz roja. Cuando nadie le ve, Rudolph se conecta al Grindr y busca entretenimiento. ¿No lo sospechabais? El villancico dejaba bien claro que Rudolph era diferente y que el resto de la manada se metía con él… Pobre, ha acabado entregándose al hedonismo sicalíptico zoofílico.
Este suéter bien podría ser el modelo “Incontinencia / Caligrafía Efímera”. Papá Noel tiene ya una edad y las noches de reparto de regalos se hacen muy largas…
¿Te alegras de verme o llevas una zanahoria en la entrepierna?
Pompones brillantes, lazos de raso y hasta cascabeles. Lo bueno de este suéter es que si das unos saltitos con él puesto, no hace falta que cojas la pandereta para cantar “Jingle Bells”.
Este cardigan ejemplifica la parte salvaje de las fiestas: un gingerbread man mutilado, un muñeco de nieve descabezado… Los excesos de la Navidad acaban pasando factura. Menos mal que con unos pompones dorados, las penas son menos penas.
Este modelo es ideal para recibir a los invitados, no hace falta que decores la puerta de casa con guirnaldas porque, en efecto, la guirnalda eres tú.
Por descontado, tampoco es necesario que inviertas en árbol y decoración de tu hogar si decides ponerte este suéter.
Por menos de 70 dólares puedes ataviarte con cualquiera de estos diseños y asegurarte de que ya no hará falta recurrir a hablar del tiempo para romper el hielo con tus parientes.
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