Mas allá del pixel

Este fin de semana se ha celebrado la segunda edición de Revela-T, un festival dedicado por completo a la fotografía analógica.

Vilassar de Dalt, situado en la comarca de El Maresme, Barcelona, es el escenario de este singular festival. Lo primero que se le viene a uno a la cabeza cuando descubre una iniciativa como esta, es la de un encuentro de freaks con sus cámaras del siglo pasado colgadas del cuello y revindicando al vacío la moda, ya un poco desgastada, de que “lo analógico mola más”.

Nada más alejado de la realidad. Este festival ensalza y defiende la fotografía analógica en todas sus vertientes y a sus protagonistas, o sea a aquellas personas que la practican y la utilizan para llevar a cabo su trabajo fotográfico personal, como una alternativa de expresión o que sencillamente disfrutan con el clásico arte fotográfico.

A mi llegada entendí inmediatamente que no asistía a un evento elitista y opaco sino a todo lo contrario. Este es un festival que abre los brazos al público asistente y a sus conciudadanos, implicando a todo un pueblo en un fin de semana donde lo importante es mostrar las posibilidades de la fotografía analógica.

Más de 50 exposiciones repartidas por todo el pueblo, una feria comercial, cursos, talleres y algo muy importante: Una serie de ponencias que abordaban temas determinantes de la fotografía analógica en nuestro presente, como la que ofrecieron Fernando Peracho, Vicenç Boned y Xénia Bagué, de Galería Valid Foto, Galería Tagomago y La Parada, sobre el punto de vista de los galeristas frente a la fotografía analógica actual y la fotografía como objeto o la del actor Gabino Diego, coleccionista fotográfico, que nos habló desde su experiencia de los puntos de vista e inquietudes del coleccionista fotográfico en el presente.

Ha sido también una gran oportunidad para conocer en persona a fotógrafos que practican la técnica del colodión húmedo y verlos trabajar en directo. Este era otro de los atractivos lúdicos del festival, que concentraba sus actividades al aire libre en el parque de Can Rafart, donde también nos encontramos con gran parte de la comunidad de fotógrafos minuteros que practican esta técnica en España. Grandes cámaras con un pequeño laboratorio fotográfico integrado en su interior y que ofrecen retratos al instante.

El acceso generalizado a la fotografía en nuestro presente desvela múltiples campos de acción. Y si algo puede ofrecer la fotografía analógica hoy, a parte del desarrollo artístico, es la satisfacción del proceso. Algo que nos hace cómplices de las imágenes que desarrollamos. Festivales como este son los cimientos de estos conceptos. Los apoyamos y les auguramos un futuro prometedor.