La música, como cualquier arte que se precie, permanece estrechamente ligada a las convulsiones sociales de su tiempo. Aunque los músicos de todos los períodos han vehiculado su inquietud y preocupación sobre el entorno político, social y económico, a través de notas y estrofas, solo unas pocas han permeado en el imaginario colectivo.
Las canciones protesta tuvieron su esplendor en los años 60, pero dos décadas antes Billie Holiday y su “Strange Fruit” marcaron su acta fundacional. Desde entonces, multitud de artistas han expresado su descontento y ardor alrededor de temáticas e injusticias de diversa índole. Proponemos doce temas contestatarios y revolucionarios que trascendieron a su tiempo.
Billie Holliday – “Strange Fruit” (1939)
Este desgarrador canto de denuncia de los linchamientos y la segregación racial del sur de los Estados Unidos fue la puerta de entrada de Billie Holliday al panteón de las grandes voces. Escrita y compuesta por Abel Meeropol, después de una noche de insomnio tras ver una foto del linchamiento a Thomas Shipp y Abram Smith, el tema fue recogido por la cantante de jazz en 1939. Su delicada y alicaída voz potencia la desgarradora escena que describe su letra: De los árboles del sur cuelga una fruta extraña. / Sangre en las hojas, y sangre en la raíz. / Cuerpos negros balanceándose en la brisa sureña. / Extraña fruta cuelga de los álamos./Escena pastoral del valiente sur. / Los ojos saltones y la boca retorcida. / Aroma de las magnolias, dulce y fresco. / Y el repentino olor a carne quemada. Aquí está la fruta para que la arranquen los cuervos. / Para que la lluvia la tome, para que el viento la aspire, para que el sol la pudra, para que los árboles lo dejen caer./ Esta es una extraña y amarga cosecha. Este es un tema supremo para el movimiento de los derechos civiles y la primera canción antiracista de proyección internacional.
Woody Guthrie – “This Land is Your Land” (1940)
Canción insignia del movimiento folk y arma arrojadiza antifascista. Woody Guthrie la escribió en 1940 mediante una melodía ya existente y como respuesta al “God Bless America” de Irving Berlin, tema patriota que se escuchaba a todas horas y que Woody consideraba irreal y autocomplaciente. Desde su salida en 1944, artistas de todo pelaje han versionado este tema que se convertiría, y en esas sigue, en himno antifascista y canción de inclusión.
Nina Simone – “Mississippi Goddam” (1964)
Otra antorcha para el movimiento de los derechos civiles la encendió Nina Simone como una catarsis al asesinato del activista Medgar Evers y al fatídico atentado perpetrado por el Ku Klux Klan en una iglesia de Birmingham, Alabama, donde murieron cuatro niños negros. La canción fue interpretada por primera vez en el Village Gate del Greenwich Village, aunque su recuerdo más vivaz llegaría unos días después en un show en el Carnegie Hall de Nueva York ante un público eminentemente blanco. El tema fue prohibido en varios estados del Sur, y boicoteado en radios y programas de televisión, ante el temor que incitara revueltas. Pese a los intentos, la canción fue acogida como himno por el movimiento de derechos civiles de los años 60.
Edwin Starr – “War” (1970)
La proclama antibelicista de la Motown pronto escaló puestos en los charts hasta coronarse como emblema sonoro de la contracultura y el movimiento pacifista de los 70. Escrita por Norman Whitfield y Barrett Strong para el sello de Berry Gordy, la canción iba inicialmente destinada a The Tempations, pero su receptor fue finalmente Edwin Starr, en lo que supuso el mayor éxito de su carrera. Esta canción protesta se enmarca en el clima de protesta y oposición a la guerra del Vietnam.
Bob Marley – “Get Up, Stand Up” (1973)
Chuck D se refirió a este tema como un grito de guerra por la supervivencia. Lanzada en 1973 como una de las pistas cumbre de Burnin’, la canción adquirió de inmediato su resonancia como canción de los derechos humanos. La semilla fue un viaje de Bob Marley a Haití, donde quedó conmocionado por la pobreza de la isla caribeña. Peter Tosh entendió pronto su enfoque de resistencia ante las injusticias y entre ambos parieron este himno que llama a la acción. Fue, además, el último tema que Marley tocó en vida.
The Clash – “White Riot” (1977)
Una de las bandas más militantes, comprometidas y políticas de la escena punk y de la música británica increpó al respetable con esta proclama social alrededor de los blancos acomodados y el trato injusto que la policía dispensaba a la población negra. Su intrahistoria se remonta al carnaval de Nothing Hill de 1976, en el que la policía detiene a un joven negro por un supuesto robo. La población negra se lanza sobre ellos, Paul Simonon y Joe Strummer se unen al riot. Poco después nacía este primer himno acelerado, caliente y mordiente del punk en su ola más alta. Lo que vendría después es historia del rock.
U2 – “Sunday Bloody Sunday” (1983)
Antes que Bono se codeara con los mandatarios del G7 y demás élite política, el grupo del irlandés incidía en la epidermis con esta canción sobre el “domingo sangriento” de 1972, una manifestación convocada por la Asociación de los derechos civiles de Irlanda del Norte, que terminó con catorce víctimas civiles por disparos del régimen de paracaidistas del Ejército británico. Estos hechos trágicos fueron recogidos por Paul Greengrass en un filme homónimo donde se incluía este memorable tema incluido en el álbum War.
Robert Wyatt – “The Wind of Change” (1985)
De batería de una de las bandas faro de la escena Canterbury a figura clave de la canción de autor protesta. En 1984, el ex de Soft Machine, con la producción de Jerry Dammers (Specials/Special AKA), engendró este sencillo benéfico a favor de SWAPO (The South West Africa People’s Organization), una organización política a favor del movimiento de liberación de Namibia.
Public Enemy – “Fight the Power” (1989)
Public Enemy han hecho gala de su nombre durante toda su carrera. Hace menos de una semana, lanzaron un artefacto incendiario al inquilino de la Casa Blanca con “The State of The Union”. Pero, si hay un tema que sintoniza con su espíritu desafiante y contestatario ese es sin duda “Fight the power”, un demoledor cóctel molotov que fue concebido para la banda sonora de Haz lo que debas, el film de Spike Lee que sale a colación, cada vez que en los Estados Unidos se produce el asesinato de un individuo de raza negra por parte de la policía. Tanto la película, como la canción, capturaron el estado de malestar que sentía la población negra durante el mandato de Ed Koch en Nueva York. Compuesto por Chuck D, el corte se inspira en el tema homónimo de Isley Brothers, pero con la producción de la época y la ira y la rabia incorporada por la banda neoyorquina, y el impulso que le propició la obra clave de Lee. El videoclip que les dirigió el director de Nola Darling es tan arrollador como las estrofas que acompaña.
Rage Against the Machine – “Killing in The Name” (1991)
Si hubo una banda en los 90 que pudo colgarse la insignia de banda de rock contestataria esa fue Rage Against the Machine. La banda californiana fabricó a las primeras de cambio (fue su primer single) esta bomba de racimo, lista para subir el mercurio en cualquier sarao. Es una bola de furia y rabia nacida como respuesta a la violencia racial de la época, en concreto, al trauma colectivo que provocó la grabación de la paliza a Rodney King por parte de LAPD. Zack de la Rocha canalizó todo ese odio, incomprensión y pulso agriado en esta llamarada de rock-metal que, treinta años después, sigue agitando conciencias y poniendo en apuros cervicales.
Kendrick Lamar – “The Blacker The Berry” (2015)
Si Bob Dylan ha sido el gran cronista musical del S.XXI (y parte de este), pocos hay más adelantados que Kendrick Lamar para tomar su relevo. El de Compton ha inoculado en su cancionero una crítica social como aventajado retratista de su tiempo y de la realidad afroamericana en los Estados Unidos. Una de las muestras más significativas de ese rol de observador crítico que desempeña se haya en este tema incluido en su celebrado To Pimp a Butterfly. Una diatriba mordiente y feroz al racismo sistémico, al destino fatalista inscrito en su comunidad y la rutina de sangre y tiza sobre el asfalto de los barrios donde creció. Un trabucazo de honestidad, odio y ferocidad marcado a ritmo de boom-bap demoledor.
Kate Tempest – “Europe is Lost” (2015)
La llama de la canción protesta parece a buen recaudo en pleno siglo XXI, gracias a voces como la de Kate Tempest. La joven artista británica se ha erguido como un clarividente y elocuente altavoz sobre la Inglaterra del Brexit y sus grietas sociales, poeta del malestar generacional y de la amenazante deriva política local y global, un spoken word guiado por la verdad y la voluntad de diseccionar su entorno que encontró una de las balizas más firmes en este “Europe is Lost”. Es este un título inequívoco para describir la deriva europea e inglesa en un mundo aquejado por la ausencia de valores y moral. Dispara a bocajarro hacia los políticos, la publicidad, así como la cultura del selfie y el individualismo creciente de nuestro presente.
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