¿Qué ocurrirá con todos esos perfiles que mantienes en funcionamiento en las redes si de pronto dejas de respirar?
En Facebook, una foto del desayuno, un “asistiré” a un evento, un par de respuestas a mensajes del buzón, un comentario en un vídeo y algunos likes a noticias interesantes; en Twitter un par de retweets, y una publicación ingeniosa sobre alguna novedad en el panorama político; en LinkedIn un post ajeno sobre últimas tendencias en marketing online -para que la comunidad vea que estás en activo-, en Instagram un “buenos días” con una imagen de la calle desde el umbral de tu portal. El día empieza con una buena dosis de comunicación, como siempre. Casi puedes sentir la cercanía de toda esa gente al otro lado de la pantalla. Has bajado al perro y se te ha hecho un poco tarde, el autobús está llegando a la parada, corres, cruzas el paso de peatones sin mirar, esquivas un coche que casi te atropella -por poco- alzas el brazo para indicarle al conductor que llegas y en ese mismo instante un cartel publicitario de grandes dimensiones de una conocida de marca de vehículos se desprende de una fachada y todo el peso del outdoor advertising cae sobre ti.
Tus cenizas ya vuelan por algún paisaje bucólico y sin embargo sigues estando muy presente en las redes. Las condolencias digitales de tus contactos hacen todavía más notorio tu perfil de Facebook. Tus familiares están hartos de recordar tu último desayuno y tú no has podido dejar un mensaje final con el que rubricar en condiciones tu paso por internet. Para colmo, nadie se sabe tu contraseña, creo que era el nombre de su perro, no, seguramente fuese el nombre de su novia seguido de 1234, de tal manera que no se puede borrar tu cuenta. Y ahí queda tu memoria digital, como un barco a la deriva, un legado residual que a la larga acaba haciéndose incómodo.
Redes sociales
Dado que Facebook en concreto no es precisamente demasiado ágil en lo que a la atención al cliente se refiere, es de agradecer la funcionalidad que acaban de implementar en su red: el legacy contact, o contacto de legado. Esto no es más que la posibilidad de designar a alguien de tu entorno como una especie de albacea, que podrá acceder a tu cuenta si de pronto te pasa algo trágico y así gestionarla. Además de escribir un mensaje informativo para tus contactos, podrá descargar tus fotos y seguir publicando en tu nombre (ojo con el material privado). De momento no se ha activado en España, pero próximamente estará disponible.
Ya sabes, ¡fallecer ya no será una excusa para perder visibilidad nunca más! Alguien hablará por ti cuando hayas muerto. Así, sí.
PD: ¿Cómo cerrar cuentas de familiares muertos en otras redes sociales? Aquí tienes el proceso para varias de ellas.
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