Es uno de nuestros monstruos favoritos y tiene una filmografía que, entre cine y televisión, suma más de doscientas producciones. Boris Karloff fue y será siempre un caballero del terror y un actor de carácter destacadísimo, de ahí que su extensa carrera pida ser revisada de forma constante.
Aprovechamos la fecha de Halloween para recomendar cinco gemas ocultas de su filmografía. Películas y series que merecen ser redescubiertas y que nos dejan clara una cosa: el carisma y el savoir faire de Karloff siguen intactos.
Horror en el cuarto negro (1935)
Roy William Neill no tiene tanta tirada como Tod Browning o James Whale, pero es un director básico para entender el cine de horror de los años treinta. Horror en el cuarto negro es una de sus mejores obras, y se beneficia de un Karloff por partida doble, en la piel de unos hermanos gemelos. En esencia, recupera la historia de Caín y Abel en clave de terror psicológico y con la elegancia macabra de Edgar Allan Poe. Y ojo, a pesar de gastar ya 82 años, es una producción que sigue sorprendiendo por su crudeza y oscuridad.
Los muertos andan (1936)
Michael Curtiz, director de Casablanca, tiene un puñado de obras fantastique más que interesantes. Entre ellas, esta historia de venganza de ultratumba cocida a fuego lento y cercana a la manera de entender el género de Val Lewton, sobre un mafioso de poca monta, interpretado por Boris Karloff, que es injustamente ajusticiado en la silla eléctrica tras ser traicionado por su gang. Un mad doctor logrará resucitarlo, y ahí empieza la fiesta. Contenida y elegante a la hora de representar el elemento sobrenatural, su título original es el visionario de The Walking Dead.
El velo (1958)
Una de esas series a reivindicar con urgencia y, además, editada en DVD en España a un precio más que razonable. El velo fue una co-producción anglo-norteamericana que apostó de forma pionera por lo sobrenatural y las historias de miedo en la pequeña pantalla; se adelantó un año a The Twilight Zone y a One Step Beyond. Cada episodio estaba presentado por Karloff, y también tenía un personaje interpretado por el actor inglés. Vamos, todo un disfrute para los fans del intérprete del mejor monstruo de Frankenstein de la historia.Pasillos de sangre (1958)
Pequeña joya del terror inglés de finales de los cincuenta con parte del equipo artístico de la Hammer y antecedente clarísimo de la estupenda y perturbadora La carne y el demonio de John Gilling. Es una de las pocas películas que puede presumir de tener escenas compartidas por Karloff y otro icono del terror, Christopher Lee. Situada en la Inglaterra victoriana, con una puesta en escena clásica y un tono enfermizo, sitúa su acción en el mundo de la medicina y en la búsqueda de las primeras anestesias para acabar con el dolor en las operaciones.
Los brujos (1967)
Terror swinging London bastante loco y retorcido, con la firma del llorado Michael Reeves, una rara avis del género británico que nos dejó prematuramente; murió con solo veinticinco años a causa de una sobredosis accidental de alcohol y barbitúricos. En Los brujos, Boris Karloff interpreta a un especialista en hipnosis que, gracias a una máquina, es capaz de transmigrar su conciencia al cuerpo de un joven. Su anciana mujer también se apunta a la fiesta y hace lo propio con una chica. Ahora bien, ese proceso convierte a los huéspedes en asesinos. Despiadada y sucia, se trata de un genial delirio de Reeves.
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