La banda de Brooklyn The Pains Of Being Pure At Heart inicia este sábado una amplia gira hispana en la que presentarán el inminente Days of Abandon, un tercer disco que se debate entre el hervor conocido y una veta más convencional y chata.
Con la cadencia propia de esas bandas que no rompen los lindes del ámbito independiente, pero cosechan el fervor de una reducida pero fiel legión de fans, los neoyorquinos The Pains Of Being Pure At Heart recalan nuevamente en nuestro país. Lo hacen con un flamante nuevo álbum bajo el brazo, el tercero de una carrera en la que no han dejado de presentar puntualmente cada nueva entrega en generosas giras hispanas. El retoño se llama Days of Abandon y parece marcar un punto de inflexión en su carrera, ya que no solo es fruto de un cambio de sello (de Slumberland al más modesto Yebo Music) sino también de la confirmación de que su concepto del pop ha clareado hasta abrazar la luminosidad por la vía rápida.
Guiñando algo más que el ojo a una comercialidad poco disimulada, en la que los teclados han ganado terreno a las guitarras y los medios tiempos a los fogonazos. Y algo tendrá que ver, desde luego, el cambio en su formación, en la que Peggy Wang y Alex Naidus han dejado su sitio en favor de Kelly Pratt (Beirut, Arcade Fire) y Jen Goma ( A Sunny Day In Glasgow). Aunque en esta gira no vengan con ellos, sino con el ya habitual Christoph Hocheim a la guitarra y Jacob Sloan y Abblebody a la base rítimica).
Su música suena ahora menos enmarañada que nunca, aunque los mejores cortes de este nuevo disco aún conserven su filo, cortesía de Kip Berman. Así que el escenario será el mejor testigo para valorar si por el camino han perdido también la frescura de sus inicios. Esa que les señaló hace ya cinco años como banda revelación.
En honor a la verdad, el revuelo creado a su alrededor era lógico, pero quizá algo desmedido: los de Brooklyn responden de forma casi milimétrica al canon de banda contemporánea que asume las enseñanzas de sus mentores, pero apenas malea su legado.
Son hábiles artífices de melodías sin adulterar, refulgentes (y a veces desarmantes) en su propio candor, ese que se nutre de la melancolía de la hornada C-86, las primeras generaciones de bandas shoegazing y ahora incluso el twee pop, casi todas radicadas al otro lado del océano, en el Reino Unido. Tan brillantes en su evocación de modos añejos (The Pastels, My Bloody Valentine, The Field Mice) como académicamente reverentes. La del próximo miércoles 4 de junio será su tercera visita a Valencia, donde ya estuvieron en noviembre de 2009 (Greenspace) y en enero de 2012 (Wah Wah). Aunque la gira se inicia el sábado 31 en Basauri (Maz) y continúa en Barcelona el día 3 (La [2] de Apolo), el 5 en Madrid (Sala But), el 6 en Sevilla (Teatro Central) y el 7 en Badajoz (Contempopranea).
Nadie ha publicado ningún comentario aún. ¡Se tú la primera persona!