Plataformas digitales de música hay muchas, Juno Download, I-Tunes, Traxsource, Amazon son algunos ejemplos. Pero Beatport es la reina de la fiesta… y la noche.
¿Alguna vez te has preguntado por qué Richie Hawtin o John Acquaviva sólo pinchan con controladoras o con ordenador desde hace años? La respuesta la tiene Beatport. Hagamos un poco de historia.
En 1990, los dos canadienses se estrenan en el mercado discográfico con el sello Plus 8, donde dan salida a las producciones de Hawtin y productores afines al concepto que éste quiere desarrollar. Un minimalismo electrónico que creará escuela e impregnará la escena techno, en años posteriores. Un año más tarde inauguran el sello Definitive Recordings, para dar rienda suelta a otras producciones con un carácter más house.
Richie Hawtin y John Acquaviva se convierten así en habilidosos empresarios discográficos. Con ambos sellos logran un estatus mundial que les hace ganar dinero, mucho dinero. Por su parte, Richie siempre ha sentido una atracción fatal por las nuevas tecnologías. Pero en aquella época todavía reinaba en las cabinas de los clubs el vinilo, un formato “incómodo” y pesado para estos djs que viajaban de club en club todos los fines de semana. La alternativa para ellos estaba clara, el formato digital, que en un principio se reproducía en los primeros reproductores profesionales de CD, impulsados por la multinacional Pioneer.
En junio de 2004, como buenos y avispados empresarios que son, Richie Hawtin y su socio Acquaviva, junto a un reducido grupo de socios capitalistas, lanzan la primera versión de Beatport, la que denominaron la 1.0. En ese primer lanzamiento solo estaban las referencias de 79 sellos dedicados a la música electrónica. Medio año más tarde, entraba en juego Native Instruments, una empresa que desarrolla software para la reproducción de la música en formato digital. Un año más tarde el catálogo se nutría de las referencias de más 2.700 sellos, alrededor del planeta.
Esta expansión y crecimiento del formato digital, consecuencia del bajo coste de adquisición de los temas, debido a la ausencia de distribución y el ahorro en materia prima que suponía la fabricación de vinilos, sumado a la facilidad de acceso que tenían compradores que no residían en grandes urbes, donde poder comprar los vinilos, llevó al cierre de las pequeñas tiendas de discos donde la mayoría de djs se abastecían.
En Febrero de 2013, Beatport fue vendida a la compañía SFX Entertainment propiedad del millonario empresario Robert F.X. Sillerman por 50 millones de dólares.
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