Propuestas gastronómicas de otoño en VLC

El otoño se presenta interesante gastronómicamente en la ciudad de Valencia. Estos cuatro restaurantes acaban de abrir sus puertas y ya merecen estar en nuestra lista Hype de imprescindibles.

Mes y medio después de que haya acabado oficialmente el verano y una vez que los propósitos de enmienda post estivales (ya saben aquello de comer sano, hacer ejercicio, dejar de fumar y aprender inglés) han quedado olvidados en el saco donde descansan las buenas e incumplidas intenciones, es hora de volver a dejarse llevar por el hedonismo (una vez más) y recorrer las mesas de los últimos restaurantes abiertos en Valencia, que auguran grandes dosis de felicidad. Para estar en la pomada gastronómica, es imprescindible que en los próximos meses visite los siguientes nombres, o al menos sepa de qué tratan:

#1 Habitual

Habitual se define como un local de comida confortable. Así es. La nueva propuesta de Ricard Camarena, ubicada en la planta baja del Mercado de Colón, se caracteriza por una carta donde las verduras y hortalizas, cultivadas en la huerta valenciana por agricultores locales, son las protagonistas. Una cocina sin estridencias que permite que los comensales disfruten de la comida sin la obligación de dirigir la conversación a los platos que desfilan sobre la mesa. ¿No les resulta agotadora esa tendencia que se ha impuesto en los restaurantes de tener que alabar cada plato que sacan como si de una obra de arte se tratara? En Habitual proponen un recorrido por sabores mediterráneos de la mano de recetas tradicionales, que Camarena y su equipo actualizan con ese toque de genialidad que les distingue y que sirven de excusa para pasar un buen rato. Muy recomendables sus canelones de pollo a l’ast y sus croquetas al pesto, puré de tomate seco y rúcula. Precio medio, 35 euros. Tienen menú diario por 18,50 euros.

#2  2 estaciones

2 estaciones es, junto a Habitual, el gran estreno gastronómico de la temporada. Atención a estos dos nombres, porque darán que hablar. El chef gallego Iago Castrillón y Alberto Alonso, jefe de cocina de Ricard Camarena durante nueve años, abrieron las puertas a principios de septiembre de este pequeño local, que ocupaba anteriormente Casa Botella. Siete mesas enmarcan una cocina de 10 metros cuadrados totalmente abierta, en la que los cocineros ejecutan esa armoniosa partitura que da como resultado platos sencillos, pero con un importante trabajo detrás. Una carta escueta en la que proponen una cocina de producto de proximidad, muy de temporada, con destellos creativos a un coste razonable, 35 euros.  El menú degustación consta de aperitivo, tres entrantes, pescado, carne y dos postres por 36 euros. A diario, hornean un pan gallego de kilo y medio.  Su milhojas de manzana y vainilla está de infarto.

#3 Fierro

Una sola mesa. Doce comensales. Un espacio en el que se respira gastronomía en cada rincón y dos cocineros de primera, Germán Carrizo y Carito Lourenço. Después de trabajar como jefes de cocina en El Poblet y Vuelve Carolina, los discípulos de Quique Dacosta hace tiempo que vuelan solos y no paran de darnos alegrías. Primero fue Tándem Gastronómico, una marca que a través del asesoramiento y la formación persigue que pequeñas y grandes empresas del sector mejoren su funcionamiento. Un año más tarde nace Fierro, su centro de operaciones, un local en el que se desarrollan talleres, cursos, catas y presentaciones dirigido a  profesionales y aficionados de la cocina. Su objetivo es claro, transmitir la pasión que ambos sienten por la cocina. Además de celebrar eventos gastronómicos, Fierro abre ciertos días al mes para ofrecer cenas con un menú degustación. Uno puede compartir la mesa con otros clientes o reservarla en exclusiva. Entre sus propuestas para diciembre, berberechos caramelizados, caballa ibérica o arroz de espinacas y calamar de playa. 50 euros, 20  euros más con maridaje.

#4 98º Dim Sum

El restaurante 98º Dim Sum está especializado en cocina asiática al vapor. Bajo este particular nombre se esconde una de las propuestas más originales de la temporada. El dim sum es una comida china que se acompaña con el té y que se sirve en el recipiente tradicional de bambú del mismo nombre. Son pequeños bocaditos de diferentes masas que pueden estar elaborados con verdura, carne o marisco y cocinados fritos o al vapor. 98 grados es la temperatura exacta en la que el agua se convierte en vapor, de ahí el nombre de este local situado en la calle Roteros. Su chef, Eddie Phillips sorprende con curiosos dim sum, entre los que destacan el de bogavante, seta shitake y bambú o el de pato asado, cebolleta china o mando demi. En su carta se ofrecen también ceviches (los más atrevidos pueden pedirlo de medusa) y otras recetas tradicionales asiáticas como el arroz de lotus o el tofu ahumado. El restaurante cuenta además con una zona para tomar cócteles y una ludoteca para los más pequeños.