One, Two, Three, Four, Ramones!

En One, Two, Three, Four, Ramones!, los guionistas Bruno Cadène y Xavier Bétaucourt, y el dibujante Éric Cartier, se embarcan en una empresa no necesariamente sencilla como es abordar la biografía de la banda punk neoyorquina.

A la hora de asomarse a una biografía musical en formato de cómic, la concisión y el saber escoger los pasajes más importantes de la trayectoria artística —sin descuidar la faceta personal de los protagonistas— resulta sencillamente imprescindible. Si, en muchas ocasiones, resulta complicado trazar el recorrido vital y musical de alguien desde la supuesta tranquilidad que confieren varios miles de palabras, no digamos ya cuando nos constreñimos a varias decenas de páginas de narrativa secuencial.

Primera página de One, two three, Ramones!

Así pues, resulta bien merecido el reconocimiento a Cadène y Bétancourt, periodistas de profesión, a la hora de rastrear fuentes y testimonios y enlazar hitos, vivencias y canciones.

Igualmente, Èric Cartier se encarga de convertir este One, Two, Three, Four, Ramones! en mucho más que una colección de estampas devocionales protagonizadas por Johnny, Joey, Dee Dee, Tommy y Marky. El dibujante logra recrear la época y los ambientes de manera ejemplar, escenificando por primera vez algunos sucesos que antes solo habían sido vistos con los ojos de los propios Ramones, y enlazando fechas, situaciones y momentos de una manera dinámica y que se mantiene en pie por sí misma.

Hay, desde luego, un acercamiento riguroso a los momentos que, de manera canónica, se consideran más importantes en la vida de la banda, pero también un interés por abundar (sobre todo en el caso de Dee Dee) sobre el cómo y el porqué de la intensa y radical personalidad de los componentes de la banda.

La perspectiva hacia los músicos nunca es complaciente y no se evita retratar las complicadas personalidades con las que tuvo que convivir la banda. Lejos de una aproximación hagiográfica, los autores apuestan por una proximidad respetuosa, pero también sincera.

En One, Two, Three, Four, Ramones! se puede ver un uso inteligente y apropiado del cómic como medio narrativo. No se utiliza el cómic como excusa o recurso diferenciativo, sino que se trata de una obra que aporta genuinamente componentes de interés al grueso de libros, reportajes y documentales publicados sobre el grupo y, sinceramente, no se me ocurre mejor cumplido.