Lady Bird (Saoirse Ronan) siempre dice que vive al otro lado de las vías, en Sacramento. Más allá de ser una acertada metáfora del torbellino de emociones que siente la joven, también es una realidad. El debut de Greta Gerwig como directora presenta a Christine McPherson, apodada ‘Lady Bird’, una chica en su último año de instituto cuyas ambiciones van más allá de establecerse en Sacramento (California).
Tambaleándose entre la comedia melodramática y el cine romántico desesperado, Grewig ahonda en su historia personal –su juventud en Sacramento– y lo convierte en un bello relato universal sobre las dudas, miedos y sinsabores de la adolescencia.
La esperada obra de la actriz y cineasta norteamericana ya suma tanta popularidad como detractores. A pesar de partir de un tópico muy manido como es la contrariedad adolescente, Gerwig se esconde en el centro del guión para exponer una hilarante, cálida e intensa historia que indudablemente tiene algo de Frances Ha, Mistress America o incluso Juno.
Esta explosiva ‘chica-pájaro’ se siente alineada tanto en su círculo social como familiar. Son las ganas de salir del nido, la ambición por estudiar en artes en una universidad cosmopolita y la búsqueda por encajar las que convierten esta comedia en una delicada y quebradiza historia que rigurosamente reafirma que en todo proceso de autoaceptación existe buena parte de confusión. Básicamente porque la vida consiste en aprender a afrontarla por uno mismo y no tendría gracia que alguien nos enseñara cómo vivirla. Es decir, a base de prueba, error y disculpa es cuando uno alcanza la mejor versión de sí mismo.
Ser adolescente nunca fue fácil y ser madre, tampoco. Uno de los puntos fuertes de la cinta es la relación desesperante y honesta entre madre e hija, defendida con una brillante puesta en escena de ambas. Ronan, conocida por Brooklyn o El gran hotel Budapest encarna la rebeldía, el desasosiego y el ansia propio de un momento vital en el que el interior del ser humano es revolución, efervescencia e ilusión, donde las ganas de comerse el mundo pueden más que cualquier aceptación de la realidad. Actitud que choca con la melodramática sobreprotección que su madre Marion (Laurie Metcalf) ejerce sobre Lady Bird.
Marion también encarna el sentimiento maternal, que la lleva a la sobreprotección por miedo a aceptar la llegada del día en que los hijos ya no necesitan amparo, son autosuficientes y simplemente se van. Un tira y afloja tan tenso como tierno, que mueve a la pareja madre-hija entre la angustia y el amor.
El film es un recuerdo constante del memento mori, además de suponer un fresco relevo a las historias de chicos adolescentes dentro del panorama indie. Lady Bird es relato hecho por mujeres pero no para mujeres sino para adolescentes, que no habla de chicos sino de no desmoronarse cuando su interior se tambalea y de encontrar y perseguir sus pasiones.
Esa Lady Bird adolescente, incomprendida, ensimismada en sus circunstancias, hemos sido todos, con un comportamiento tan humano y universal como narcisista y ególatra. Un personaje fuerte y tozudo, capaz de seguir sus metas aunque cree conflictos en la familia, que no se rinde ni descansa hasta conseguir lo que pretende. Lady Bird no habla de la búsqueda del amor de su vida, sino que habla de la verdadera amistad, de lastimar a quien más te estima, de conocerse y pedir perdón.
Este también pequeño homenaje a la ciudad natal de la directora, completa su reparto con Tracy Letts (La gran apuesta), Lucas Hedges (Manchester frente al mar), Timothée Chalamet (Call Me by Your Name), entre otros.
Con este coming-of-age indie, Grewig se convierte en la quinta mujer nominada a la mejor dirección en los Oscar, además de sumar cuatro nominaciones más: Mejor Película, Mejor Actriz Principal para Saoirse Ronan, Mejor Actriz de Reparto para Laurie Metcalf y Mejor Guión Original.
El largometraje cuenta ya con dos Globos de Oro a Mejor Película de Comedia o Musical y Mejor Actriz de Comedia o Musical para Saoirse Ronan. La película recaudó 364.437 dólares sólo en su primer fin de semana en cartelera en EE.UU., en noviembre. Su estreno comercial en España, previsto para abril, se adelantó al viernes 23 de febrero debido a la celebración de los Oscar el 4 de marzo. Veremos qué ocurre con la taquilla española.
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