El Premio Nacional de Moda reconoce la labor de Gratacós, la empresa de tejidos que provee a las grandes casas internacionales de costura.
La mayoría de chefs no cultiva sus tomates, ni cría sus pollos. Normal es, por tanto, que buena parte de los diseñadores de moda tampoco cree sus tejidos desde cero. ¡Échense las manos a la cabeza, lectores! Retírenlas. Recompónganse del shock. Prosigamos. Son ustedes -no me permito tutearles- una audiencia fácilmente impresionable. Si Adriá y Arzak se abastecen en negocios de su entera confianza, ¿cómo no van a contar Chanel o Armani con un proveedor favorito? Ese nombre destacado en la agenda de los buyers de las maisons es español, de Barcelona, y lleva siete décadas y media surtiendo de textiles a firmas de medio mundo. Se trata de Gratacós, Premio Nacional de Moda 2015. Y ustedes, sin saberlo.
Del mismo modo, ignorarán que los tejidos de esta empresa han protagonizado noches de alfombra roja -en los Goya, en los Oscar, en los Globos de Oro– y mañanas históricas, como la de la proclamación de Felipe VI. Así funciona el despiadado fashion business: un fabuloso tejido sirve para confeccionar el diseño de un tercero, que es quien firma la pieza y acapara los flashes. Ha ocurrido esta semana por enésima vez. En Nueva York, en la front row de un desfile, Sarah Jessica Parker se enfundaba un Tracy Reese, confeccionado con una fantasía de paillettes en negro de Gratacós. Servidor, que ve algo injusto que se diluya la autoría del tejido, se consuela al pensar que en un restaurante uno felicita al cocinero cuando la carne está deliciosa y en su punto: jamás piensa en el ganadero que crió a la vaca.
SJP, vistiendo diseño español, sin saberlo
Desde dentro, los Gratacós lo tienen asumido y viven con naturalidad que sus tejidos figuren en piezas de Pertegaz u Óscar de la Renta. «Estamos muy orgullosos de que esas grandes casas formen parte de nuestra clientela -explica Juan Gratacós, que representa la tercera generación al frente de la empresa-, pero nuestra cartera incluye nombres muy diversos. No podemos convertirnos en subsidiarios solo de uno: si nos fallase, habría demasiado en peligro. Además, seguimos fomentando la relación con las modistas de toda la vida que nos compran dos o tres metros de tela y apoyamos con becas a jóvenes diseñadores».
«El chaval que viene aquí con 19 años a mirar retales -cuenta Gloria Casacuberta, madre de Juan- será nuestro cliente cuando se gradúe y desarrolle su colección. ¿Quién sabe si será el póximo gran genio de la moda?».
De momento, el miércoles habrá tejidos Gratacós en el desfile de Pedro Covelo en la MBMFW -no, no me ha dado una embolia, son las siglas impronunciables de la antigua Cibeles-, igual que los hubo en las colecciones SS16 de buena parte de los diseñadores de 080 Barcelona Fashion. En unos años, cuando alguno de ellos sea director creativo de una gran maison, ya saben de qué presumirán los Gratacós.
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