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Guía para descubrir Bruselas: Los cines

En Cine y Series martes, 31 de enero de 2017

Inés Calero

Inés Calero

PERFIL

Bruselas presume de ser cosmopolita y dar cobijo a un público multicultural que, a pesar de encontrarse de paso en muchas ocasiones, no por ello deja de ser exigente. Ello, sumado a que los comercios cierran sobre las 18.30 –a excepción de los supermercados, que sólo algunos apuran hasta las 20.00–, provoca que el entretenimiento tras la jornada laboral sea un reto y una obligación que la capital europea debe afrontar.

En un intento de desentramar la actividad de la ciudad más allá de las cuatro calles grises que emplazan el centro de operaciones de occidente, desde EL HYPE buscamos y paseamos por la capital para descubrir que, efectivamente, hay Bruselas más allá del barrio desde donde la prensa firma la sección de Internacional.

Comencemos por el séptimo arte. Lejos de quedarse rezagada, comparada con otras capitales, Bruselas cuenta con salas cinematográficas de todos los formatos y para todos los gustos: multisalas grandes, a la altura de la calidad de las superproducciones, cines de barrio más modestos y acogedores y salas históricas cuidadas, donde programan cine independiente y de autor.

La cadena francesa y belga UGC cuenta con dos grandes multisalas en Bruselas. UGC De Brouckère se enclava en el centro histórico. Es un multiplex de 12 salas que cuenta con los últimos estrenos y combina la versión original con películas dobladas en francés.

UGC Toison d'Or

Además, ofrece un ciclo de “imprescindibles” donde proyectan películas francófonas recientes, con pases puntuales que se deben consultar con detalle, y otro dedicado al cine de culto, donde proyectan mensualmente alguno de los incunables de Hitchcock, Kubrick, Lynch, Ford Coppola, Scorsese o Tarantino. Como complemento, desde 2010 se ha comprometido también en programar ópera en sus salas.

Los cinéfilos que se entretienen de compras antes de llegar al centro pueden disfrutar de las mismas características en UGC Toison d’Or, enclavado dentro del complejo comercial con el mismo nombre. Las entradas en ambos UGC van desde 6 € para las sesiones matinales o los ciclos de culto, hasta 9,10 € para los estudiantes y 10,70 € la entrada general. Un pequeño apunte: los estrenos suelen ser en VO con subtítulos bilingües: en holandés y en francés, y los ciclos de culto, en versión francesa; aún así es aconsejable comprobarlo antes de asistir a la proyección.

El mejor reclamo para ver un blockbuster en alta calidad es el Kinepolis (en la comuna de Laeken). Con su apertura en 1988, fue el primer cine abierto en Europa bajo el nombre de esta empresa, y el primer y más grande megaplex en el mundo. Gracias a estos cines, en Bruselas se puede disfrutar de películas con las innovaciones visuales, sonoras y tecnológicas más punteras. ¿Inconvenientes? La localización, ya que está realmente alejado, junto al Atomium, y no hay facilidades para llegar hasta allí. Se llena especialmente los fines de semana y no hay zona de restauración en los alrededores ni cafeterías en el interior. Además, los baños son de pago (0,40 cent.) y el parking cuesta un mínimo de 3 €.

Exterior de la cinemateca belga. | David Orban

Exterior de la cinemateca belga. | David Orban

White Cinéma es el benjamín de los cines bruselenses. Se inauguró el pasado noviembre y está dirigido por la distribuidora Belga Films. Su decoración es minimalista y de un blanco virginal, únicamente unos leds de las paredes juegan a caldear la atmosfera en función del color que desprenden.

Está pensado para complementar la oferta cinematográfica de la ciudad. Ofrece cine en 4K y aunque sus ocho salas sean bastante pequeñas, las filas de butacas son muy anchas por lo que el espectador puede estirar las piernas y acomodarse. Y para quienes aman tener la nariz pegada a la pantalla, tranquilidad porque no están penalizados: hay reposapiés para garantizar el confort también en la primera fila. El precio ronda los 12 €, sin suplemento para las películas largas o 3D.

Pero si Bruselas enamora a los cinéfilos, es sin duda por sus salas más coquetas. Sin salir del casco histórico, las lujosas e icónicas Galeries Royales Saint-Hubert, esconden el Cinema Galeries, un antiguo y señorial cine que otorga un prestigio añadido a la experiencia añadida del visionado. Tiene una programación rica y variada y es menos frecuentado que los anteriores. Su precio es muy razonable, entre los 6,50 y 8,50 €.

No muy lejos, cerca de la Grand Place y escondido en un pequeño pasaje rocoso, se encuentra Cinéma Adventure. Dispone de tres salas con una programación muy selecta que no suele durar demasiado, entre los que hay tanto estrenos como alguna que otra joya cinematográfica. Las entradas cuestan entre 8 y 9,50.

Cinéma Galeries

No muy lejos, en Ixelles, el distrito que vio nacer a Agnès Varda, se alza Cinema Vendôme, un edificio realmente antiguo, donde los más puristas adoran encontrarse. Es un pequeño cine de barrio con cinco salas que apuesta por la versión original y organiza numerosos cine-forums y proyecciones gratuitas en colaboración con festivales de cine de la ciudad, como Festival des Libertés o Peliculatina. Sus entradas son las más baratas de la ciudad y oscilan entre los 4 y 7,50 euros.

Cinema Nova es también en sí una experiencia. Aquí no podrán ver las últimas superproducciones, ni mucho menos. Cinema Nova es un centro que fue inaugurado como centro de investigación en 1997, en el corazón de Bruselas. Se trata de un proyecto que en principio duraría dos años y que ahora cumple dos décadas; tiempo en el se ha convertido en un referente para los enfoques audiovisuales alternativos del país. Es una organización sin ánimo de lucro gestionada por voluntarios. Su programa gira en torno al cine independiente y a la difusión de las nuevas producciones contemporáneas. A través de este propio trabajo en la programación, Nova ha devenido en una pequeña empresa de producción y distribución. Además, es un centro abierto a otras disciplinas relacionadas con la imagen, por lo que la velada allí trasciende el mero hecho de ver un largometraje.

La cinemateca belga es uno de los sitios que no deben pasar desapercibidos para los amantes del buen cine. CINEMATEK, fundada en 1938, es una institución bicultural, dirigido a las dos comunidades lingüísticas que conviven en el país. Enclavada en el museo de arte contemporáneo BOZAR, en 2009, se modernizó y proyecta películas todos los días, enmarcadas dentro de diferentes ciclos sobre films inéditos, de autor y de vanguardia europea. Por su función de servicio público, las entradas cuestan entre 2 y 4 euros. De particular interés es el festival L’Âge d’Or, dedicado al cine experimental, que se celebra a principios de octubre.

Le stockel

También es reseñable el cine Le Stockel. Situado en el distrito con el mismo nombre, es un cine de barrio pequeño y vintage, aunque no por ello desactualizado. Dispone de un buen equipo de sonido en la única sala con la que cuenta, por lo que ofrece una programación de actualidad muy cuidada y limitada. No obstante, todos los largometrajes están doblados al francés. Las entradas tienen un precio único de 7 euros.

Por último, y no por breve es menos importante, es reseñable la labor de la treintena de centros culturales que programan ciclos semanales para acercar la cinematografía a las 19 comunas que conforman Bruselas. Flagey (que en coproducción con la CINEMATEK propone a diario alguna perla, además de documentales y cine-conciertos, etc), el Centro Cultural Jaques Frank, Atelier 210, BOZAR, Beursschouwburg, Botanique o La Venerie, que contribuyen a hacer de Bruselas una ciudad menos gris.

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