Cuando en tu foto de perfil te acompaña tu pareja no pareces más guay, pareces menos tú. Podrías poner la foto del fósil de una ameba y parecería que tienes más personalidad. En serio.
Partiendo de la premisa «mi Facebook es mío y melofo como quiero», una de las cosas más perturbadoras de esta red social son las fotos de perfil. En esta ocasión dejamos de lado las cuentas de personas que utilizan un nick/pseudónimo/similar porque, por lo que sea, no quieren identificarse. Entiendo que si quieres mantener el anonimato la foto de perfil tampoco te identifique. Porque quieres jugar, porque a Facebook vas a divertirte, decir tus cosas y salir indemne, por lo que sea. Tu cuenta no es objeto de este post.
Así que, centrándonos en las cuentas que sí, que identifican a las personas por su nombre y apellidos, esas que tienen de contactos a amigos y conocidos ¿por qué, por todos los santos, utilizas fotos con tu pareja, los niños, el perro, la pandilla o la vecina del quinto? ¿Por qué eliges que te represente otra persona? ¿Por qué te despojas de tu individualidad y eliges diluirte en tu papel de padre/madre, amiga, hija o vocal de asociación? ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ?
Como en cualquier otro ámbito de la vida, una imagen vale más que mil palabras, especialmente si es la imagen que eliges para que te identifiquen. Dice mucho de ti. De ti, no de vosotros. Tu foto de perfil de Facebook es tu tarjeta de visita, tu carta de presentación, dice quién eres y qué esperas de tu presencia en este entorno. De la tuya, no de la vuestra. No es la tarjeta de visita de tu matrimonio, de tu unidad familiar o de tu panda, es la tuya. Te identifica como individuo, por eso se llama foto de perfil.
¿Crees que molas más porque sales con tu novia o tu marido? ¿Qué quieres demostrar? ¿Qué quieres decir? ¿Lo dices tú o lo dice tu costillo, que sale contigo en la foto?
Cuando utilizas una imagen en la que aparecen otras personas para identificarte desapareces un poco de tu propia cuenta. Dejas que otra persona tome el protagonismo y represente tu papel en esa relación. Pasas de ser Fulanito a ser Fulanito, el marido de, o el padre de, o el amigo de. Si ese es tu objetivo, si lo que quieres es pasar a un segundo plano, enhorabuena, lo has conseguido: no eres tú, eres una parte de un vosotros.
Si eso no es lo que quieres, no pasa nada, estás a tiempo de cambiar, estás a tiempo de reivindicarte, de ocupar el espacio que te corresponde en tu propia cuenta. Seguramente tus contactos lo agradecerán.
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