El conocido como Festival de Sitges calienta motores y ya se han anunciado los primeros títulos y las primeras presencias.
Quedan exactamente tres meses para que comience la edición número 49 delSitges Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya, y ya se han anunciado los primeros títulos y las primeras presencias. El anuncio lo ha hecho el director del certamen, Ángel Sala, en la habitual rueda de prensa que se convoca en julio. La cita no suele responder tanto a criterios informativos sino más bien estratégicos: aún es muy pronto para anunciar un número significativo de películas o de visitas (que se cierran habitualmente en septiembre y hasta incluso días antes del comienzo del festival), pero con la excusa de anunciar cuatro títulos mal contados se genera un hype, se habla del festival en redes sociales, y en definitiva se calientan motores.
Sin embargo este año ha sido diferente, y nos encontramos ya en estas fechas con una cantidad bastante generosa de películas y de visitas ya confirmadas.
Entre las visitas aseguradas hay un nombre propio que destaca por encima de todos. Y es que será difícil que ninguna otra presencia destacada, que pueda confirmarse de aquí a octubre, pueda eclipsar la de Max von Sydow, a quien se le otorgará el Gran Premio Honorífico Sitges 2016. No intentaré resumir sus más de 60 años (un momento, lo vuelvo a escribir: ¡60 años!) de carrera, pero por lo que respecta al fantástico, parece obvio que su Padre Merrin de El exorcista (The Exorcist, 1973, William Friedkin) ha quedado grabado a fuego en el subconsciente popular. Sydow es uno de esos escasos actores cuya sola presencia en cualquier producto, en cualquiera, le otorga un empaque per se. Deberíamos dar gracias cada mañana de que aún haya actores vivos y en activo como Max von Sydow.
Quien recibirá la Máquina del Tiempo y es super extraño que no la tenga aún seráBruce Campbell. Este es uno de esos actores que genera consenso: cae bien a casi todo el mundo, es un actor decente, y ha demostrado a lo largo de toda su carrera (no son 60 años, pero sí 44 bien buenos) una adscripción incondicional alfantastique que le hace merecedor del más grande de los afectos por parte del fan. Estuvo en Sitges en 1992 presentando El ejército de las tinieblas (Army of Darkness, Sam Raimi), y los que tuvimos la suerte de tropezar con él lo recordamos como un tipo accesible, simpático, siempre dispuesto a dejarse fotografiar, pero también discreto y educado, lejos de estridencias innecesarias, por desgracia nada infrecuentes en las celebrities de hoy en día. Gente como Bruce Campbell es la que debería pasearse por Sitges año sí año también, y no mindundis como Eli Roth cuyo único mérito es… en fin, ninguno.
Y una última visita confirmada que me sirve a la vez para abrir el apartado de películas que veremos en Sitges 2016: la de Rob Zombie, al que el director del festival ha descrito como posiblemente el mejor director de cine fantástico actual. Es una afirmación atrevida teniendo en cuenta que, si bien es cierto que sus dos primeras películas, La casa de los 1000 cadáveres (House of 1000 Corpses, 2003) y Los renegados del diablo (The Devil’s Rejects, 2005) eran dos títulos que revelaban una personalísima mirada hacia el género fantástico, Zombie dilapidó ese crédito con un torpe, torpísimo remake de La noche de Halloween(Halloween, 1978, John Carpenter). El Halloween. El origen (Halloween, 2007) que propone Zombie pierde por completo el norte y demuestra que el director no ha entendido ni una sola imagen, ni una sola idea apuntada por Carpenter. Michael Myers era allí una representación abstracta del Mal en estado puro, y la razón por la que daba tanto miedo es porque nunca se aclaraba de donde venía ese Mal. El remake perpetrado por Zombie se empeña precisamente en lo contrario, en explicarnos ese origen, y casi una tercera parte de la película es ni más ni menos que la tediosa, farragosa contemplación de la vida del niño Michael Myers, justificando sus posteriores fechorías merced a una desestructuración familiar de primer orden.
No es solo que la recreación no haya entendido nada del original, es que como film de género, sin tener en cuenta la de Carpenter, es una estupidez de narices. Ni la continuación que el propio Zombie rodó dos años después ni tampoco la fallida The Lords of Salem (The Lords of Salem, 2012) sirvieron para recuperar esa iconografía abyecta, sucia, bastarda, de sus dos primeras películas, las únicas interesantes de su filmografía hasta el momento.
Pero es posible que la película que viene a presentar a Sitges este año sirva para volver un poco a aquel primer Rob Zombie. No hay más que ver el tráiler para darse cuenta de que muy posiblemente en 31 (2016) confluyan de nuevo esos personajes insanos, esa putrefacción moral que tan buenos resultados le dio al principio. Un título que no pasará desapercibido en Sitges.
Como seguramente tampoco lo hará The Girl with All the Gifts (2016, Colm McCarthy). Primero, porque no todos los días se reúnen para hacer una película de zombis Glenn Close, Gemma Arterton y Paddy Considine. Y segundo porque, a juzgar por las primeras imágenes que hemos visto y por lo que Ángel Sala ha explicado, todo apunta a un acercamiento más que original a una temática, la de los muertos vivientes, que en este principio de siglo está viviendo sin duda un momento dulce de popularidad aunque rayando la sobreexplotación tanto en cine como en tele.
Otro highlight garantizado será The Neon Demon (2016, Nicolas Winding Refn). En este festival todo el mundo adora incondicionalmente a Refn desde que deslumbró con Drive (Drive, 2011), se ha convertido en uno de esos directores que llena el Auditori del Melià de Sitges haga lo que haga. The Neon Demonllenará, eso está fuera de toda discusión, y lo hará a pesar de (o precisamente por, que el público de Sitges es bastante morbosillo) la controversia generada en Cannes, donde la película fue abucheada, destrozada, aniquilada, exterminada. Contra ese vapuleo generalizado, Sala lo deja bien clarito: para él, The Neon Demon es una obra de arte, una película que mira al futuro.
Hay muchas más películas ya confirmadas, y casi todas tienen en principio un punto de interés. Digo “en principio” porque no he visto ninguna de las películas anunciadas, e incluso es la primera vez que oigo hablar de muchas de ellas. A diferencia de las crónicas de festival, los textos de este tipo de crónicas previas se escriben antes de ver las películas y no después, y en todo lo que se puede confiar es en la intuición y en la información previa.
Así pues, más que una opción se vuelve una obligación proceder cautelosamente y no caer en aseveraciones demasiado categóricas. Con toda la prudencia del mundo, pues, ahí van unos últimos títulos que, por un motivo u otro, me parece que resultará interesante no perderse en Sitges 2016: Before I Wake (2016, Mike Flanagan), porque su director consiguió con Oculus. El espejo del mal (Oculus, 2013) una película de sorprendente efectividad en lo que a asustar respecta;Busanhaeng [Train to Busan] (2016, Sang-ho Yeon) porque parece una especie de Snowpiercer (Rompenieves) (Snowpiercer, 2013, Joon-ho Bong) pasado por el filtro de las películas de zombis; Don’t Kill It (2016), porque seguramente nos reiremos mucho viendo a Dolph Lundgren matando demonios; y finalmenteBeyond the Gates (2016, Jackson Stewart), porque es un homenaje a nuestro querido cine de terror de los años 80 y porque nos permitirá volver a ver a todo un icono de aquella época, Barbara Crampton, a quien el festival otorgará una merecidísima Máquina del Tiempo.
Y acabo con, esta sí, una apuesta segura: habrá un pase de Aliens, el regreso (Aliens, 1986, James Cameron) para celebrar la muy recordada proyección en el festival de Sitges de 1986. Se pasará la misma versión que hace 30 años, es decir la que se estrenó en cines, no la edición extendida. Sin duda será un pase que, por la calidad de la película (hoy pocos cuestionan que se trata de una obra maestra) y por la evidente cuestión sentimental, tiene todos los números para convertirse en uno de los grandes momentos de Sitges 2016.
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