Cualquier hora del día puede ser una hora verde si sabes cómo. Aprende a beber absenta como corresponde, de tal forma que Degas, Verlaine o Rimbaud pudiesen sentirse orgullosos de ti.
Reconozcámoslo: la mayoría de brebajes que nos venden en los locales bajo la etiqueta de absenta no pasan de ser anises baratos pintados de verde de manera artificial. La verdadera absenta, el hada verde de la Belle Époque y de l’heure verte de los bohemios, la descendiente del antipirético original que tomaron los soldados franceses en la colonización de Argelia y que siguieron consumiendo a su regreso a casa, probablemente no la hayas probado nunca.
Elaborada a partir de ajenjo, flores de hinojo y anís, la absenta es una bebida potente, capaz de inspirar a artistas -según la parte más espectacular de su leyenda- o de provocar estados de embriaguez de proporciones bíblicas que acaben con los afectados tratando de recordar su propio nombre. Existen distintas formas de beberla, siendo el ritual francés clásico una de las más extendidas en los círculos alejados del vaso de chupito de plástico y el trago rápido. Este ritual se lleva a cabo con un recipiente característico llamado vaso Pontarlier, parte del cual se encarga de limitar la cantidad de absenta que hay que utilizar. Sobre él se coloca una cuchara perforada encima de la cual depositaremos un terrón de azúcar. A continuación hay que verter agua muy fría sobre el azúcar, que se irá disolviendo. Al mezclarse el agua, el azúcar y la absenta, obtendremos un líquido lechoso que procederemos a beber emulando a históricos de este preparado como Baudelaire, Van Gogh o Hemingway.
También puedes consumir absenta en cócteles; veamos cómo elaborar dos de ellos:
- Death in the Afternoon: Inventado por el último de los ilustres bebedores mencionados, es bien fácil de realizar, para ello vierte unos cuarenta mililitros de absenta en una copa de champán, y después añade champán helado tipo brut hasta que el combinado adquiera el color lechoso apropiado. Por último intenta que el nombre no se convierta en una profecía autocumplida. Suerte con la resaca posterior.
- Sazerac de absenta: Este es de nota, puro sabor de Nueva Orleans. Enfría un vaso ancho y corto e imprégnalo con absenta. Muévelo y desecha el exceso. En una coctelera, introduce hielo, Amargo de Angostura al gusto, una cucharada de azúcar, y unos treinta mililitros de whisky de centeno. Agita y sirve sobre el vaso con una cáscara de limón como adorno.
Con esto ya tienes deberes para un fin de semana para recordar, o todo lo contrario.
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