Escribo estas líneas confinado en casa, en cuarentena. Seguramente las estás leyendo en la misma situación. Vivimos tiempos inesperados, sin duda complicados, que nos van a poner a todos a prueba, como individuos y como sociedad. Es un escenario este, el de la propagación de un virus por todo el planeta, que hemos visto en infinidad de películas y que jamás se nos había ocurrido que podíamos acabar viviendo.
Pero si el cine se ha aproximado en numerosas ocasiones a esta desolación colectiva, también lo ha hecho, a menudo, a esta situación de encierro que la mayoría de nosotros tenemos que afrontar durante, como mínimo, 14 días. Muchas de estas películas se pueden recuperar en las plataformas de video on demand cuyos servidores, con toda probabilidad, también van a tener que pasar una dura prueba en los próximos días.
Ya avanzo que, en la mayoría de las ocasiones, cuando el cine retrata los efectos sobre las personas de una situación de confinamiento la cosa no suele acabar bien. Un ejemplo clásico, y probablemente la mejor película de todas las que van a aparecer en este artículo, sería La cosa (El enigma de otro mundo) (Atres Player, Google Play Movies, Rakuten TV). La obra maestra de John Carpenter nos enseñó a todos qué peligroso es quedarse aislado con un grupo de personas cuando un virus campa a sus anchas y transforma a las personas en innombrables monstruos.
Desde ese punto de vista, el mensaje es demoledor: cuando la vida de cada uno está en juego, muy pocos son capaces de mantener la integridad humana y todo el mundo se vuelve un depredador. Sus efectos especiales de maquillaje, incluso 40 años después, siguen siendo espeluznantes y congelan el aliento.
Doble aislamiento el que padece Tom Hanks en Náufrago, disponible en Amazon Prime Video, Apple iTunes, Google Play Movies, Microsoft Store, Rakuten TV, y Vodafone TV Online. Doble porque, al contrario que en la inmensa mayoría de películas con esta temática, no solamente padece un aislamiento respecto al resto de seres humanos, sino que lo padece lejos de la civilización, sin nadie a su alrededor, abandonado en una remota isla en el Pacífico.
Teniendo en cuenta esto, ciertamente el resultado final es de los mejores que vamos a poder encontrar: no solo consigue mantener la cordura (aunque le cueste lo suyo, ¿eh, Wilson?), sino que encima, al final, es rescatado y puede volver a su mundo. Nada mal el desenlace para una película que, sin pretender ni mucho menos entrar al trapo en las secuelas producidas por un aislamiento, sí que muestra, por momentos, aspectos realmente desoladores de lo que supone estar realmente a solas, y demuestra cómo de necesitados estamos de la cercanía respecto a otros seres humanos.
Otro fabuloso ejemplo de cómo nos puede afectar esto de pasar demasiado tiempo encerrados en el mismo lugar lo encontramos en El resplandor (Apple iTunes, Atres Player, Google Play Movies, Microsoft Store, Movistar Plus, Rakuten TV). Claro que, en este caso, el encierro ya está condenado de antemano al fracaso teniendo en cuenta que el lugar en cuestión es el Hotel Overlook, de cuyo pasado a estas alturas no hace falta añadir nada aquí.
Stanley Kubrick consiguió cabrear a Stephen King… cosa que yo aún no entiendo 40 años después: su adaptación es una de las más brillantes exploraciones de la locura humana precisamente a partir de un confinamiento absoluto, y cinematográficamente alberga tanta sabiduría en todos sus planteamientos (guion, fotografía, montaje, etc.) que incluso vista hoy en día es capaz de asombrar a cualquiera.
En términos de reclusión emocional máxima, quizás Náufrago comparta en este texto una posición de privilegio junto a Gravity (Amazon Prime Video, Apple iTunes, FuboTV, Google Play Movies, Microsoft Store, Netflix, Movistar Plus, Rakuten TV). El personaje interpretado por Sandra Bullock acaba a la deriva en el espacio y su compañero, un voluntarioso George Clooney, poco puede hacer para aliviar esa soledad inmensa. Una de las (muchísimas) habilidades que demostró Alfonso Cuarón con esta sorprendente película fue la de convertir algo literalmente infinito como el espacio exterior en una jaula que oprimía a la protagonista hasta el punto de que, al final, la manera en la que el personaje regresa a la Tierra es claramente una metáfora del nacimiento de un ser humano. Otra obra maestra indiscutible.
El confinamiento de un grupo de personas pocas veces ha tenido un significado tan ominoso en el cine como en esa pequeña maravilla llamada El bosque (Apple iTunes, Atres Player, Google Play Movies, Microsoft Store, Rakuten TV). M. Night Shyamalan se emplea a fondo en mostrar qué efecto tiene la manipulación y la mentira sobre una pequeña comunidad aislada por la presencia del Mal.
El giro final, sin embargo, además de ser tan típico del director, no hace sino mostrar un doble aislamiento que convierte a la película en una suerte de perversa metáfora social: los protagonistas ni tan solo imaginan el verdadero aislamiento que les somete, y que poco tiene que ver con el Mal con mayúsculas, sino más bien con el mal que anida en algunas personas. O lo que es lo mismo: el Mal realmente no reside ahí fuera, sino en el interior de nosotros mismos. Una locura, si nos paramos a pensarlo bien.
Tampoco eran muy conscientes de su aislamiento (algunos de) los protagonistas de Dark City (Apple iTunes, Atres Player, Microsoft Store, Rakuten TV). Pero alguien tenía que cuestionar, por supuesto, la vida en una ciudad en la que siempre es de noche. Y a partir de ahí… uno de los argumentos más alucinantes que ha dado el cine fantástico en toda su historia: a una determinada hora, todos los días, los habitantes de esta extraña ciudad caen misteriosamente dormidos durante unos instantes, en los cuales los edificios cobran vida y se transforman, modificando sus medidas, sus dimensiones, sus espacios.
Alex Proyas supo no solo producir unas imágenes difíciles de olvidar para cualquier aficionado al fantástico, sino que, con un inesperado y tremendo giro final, construyó la parábola sobre el aislamiento posiblemente más salvaje jamás filmada.
Seguramente la visión más salvaje que el cine ha dado sobre el tema sea Buried (Enterrado) (Apple iTunes, Microsoft Store, Movistar Plus, Rakuten TV). Un solo personaje que durante toda la película está encerrado en un ataúd. Y ya está. Parece simple, pero Rodrigo Cortés fabricó con esta premisa una de las películas más angustiosas jamás filmadas, no solo un brillante ejercicio de suspense, sino también una sutil, pero brillante, reflexión sobre el aislamiento: al confinar cuerpo y mente en un espacio tan reducido, respirar no es ya sólo una cuestión física, sino también mental, y la muerte asimismo no es sólo física, es también existencial en el sentido más filosófico del término.
Obviamente, esta lista de películas sobre gente aislada podría extenderse tanto que el confinamiento por cuarentena, a causa del coronavirus, acabaría y aún no habría terminado de escribirla. Pero entenderéis que no es plan. Existen docenas, cientos de maravillosas aproximaciones al asunto. La filmografía de John Carpenter casi en su totalidad habla de aislamiento, por ejemplo. Hay películas que abordan la cuestión desde diferentes puntos de vista, desde diversos géneros, mostrando las consecuencias de un confinamiento de maneras bien distintas y complementarias. Pero permitidme cerrar este texto con una película que, desgraciadamente, no podréis ver en casa durante esta cuarentena, porque no está disponible en ningún servicio online en España, aunque sí en otros países como Estados Unidos, donde se puede disfrutar por ejemplo en Amazon Prime Video, Google Play Movies o YouTube.
Se trata de Tower Block, estrenada eso sí en formato doméstico en España como Francotirador. Y quiero terminar particularmente con esta película porque su premisa, aunque no hay virus por ninguna parte, me parece una versión muy perversa y muy hardcore de lo que estamos viviendo colectivamente estos días de confinamiento: los vecinos de un bloque de pisos se ven obligados a actuar conjuntamente cuando un misterioso francotirador les ataca desde el exterior y descubren que también les ha encerrado en el edificio.
La película es brutal, por momentos de una violencia ensordecedora, y apuesta decididamente por la tensión para componer un dibujo aterrador del significado de la palabra “aislamiento”. Sin embargo, y aquí me parece que entronca sorprendentemente con lo que estamos viviendo en la actualidad, es también una reflexión sobre la incomunicación que demuestra lo efectiva que puede llegar a ser la colaboración solidaria de individuos totalmente ajenos entre sí. Me recuerda a esos aplausos diarios de las 20:00h en los balcones de nuestras casas. Esos aplausos nos unen sin conocernos y, al mismo tiempo, nos definen bastante como colectivo. Y de manera muy positiva.
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