A través del proyecto Cocineros con futuro, el centro cultural Rambleta (València) junto a Cervezas Alhambra y los creadores valencianos, plantea un nuevo ángulo desde el que vivir cada experiencia gastronómica. Esta particular visión fusiona conocimiento y aprendizaje, experiencia y talento, bajo coordenadas contemporáneas en las que el arte de crear –también en las cocinas– se fragua lentamente, dando importancia a cada ingrediente, cada técnica, cada elaboración.
El Restaurante Muí ha acogido la nueva edición (ya van cinco) de una iniciativa que ha contado con Alfonso García como protagonista. El chef de Bodega La Aldeana 1927 , el emblemático local del barrio El Cabanyal, ha partido de un prisma contemporáneo para devolver la memoria tradicional de las recetas e ingredientes más característicos de un distrito que tiene el mar como uno de sus límites. Guisos, arroces, pescado elaborado en salazón, adobo, delicados rebozados… verduras de kilómetro cero y embutidos con denominación de origen, son contemplados y elaborados desde el prisma contemporáneo sin perder de vista el legítimo protagonismo de la materia prima.
Alfonso García emprendió su carrera hace más de una década, trabajando en restaurantes como el Oceanográfico, Moltto, El Poblet y Vuelve Carolina, La Sucursal, Las Rejas de Manolo de la Osa o el Baret de Miquel (Denia). Desde hace menos de un año, Alfonso defiende desde La Aldeana, una bodega casi centenaria, una cocina que bucea en las raíces y nos hace reencontrarnos con nuestro pasado desde el presente.
El cocinero de raíces manchegas, radicado en uno de los barrios de más solera de la ciudad de València, elaboró para el evento un menú realizado en directo, prácticamente ante la mirada de los asistentes, propiciando una conversación que ha acercado su talento culinario al público. La propuesta gastronómica tuvo como fuente de inspiración el singular proceso de elaboración de las distintas especialidades de Cervezas Alhambra. Así, el menú se conceptualizó como un relato que recorre las etapas de creación de la cerveza –malteado, molienda, maceración, cocción, fermentación, etc.
Junto a Alfonso García, el maestro cervecero Julio Cerezo, guió a los invitados por una cata a través de los sentidos, ayudándoles a descubrir cómo los diferentes platos pueden potenciar los sabores y las notas de las tres referencias –Alhambra Especial, Alhambra Reserva 1925 y Alhambra Reserva Roja– que se han degustado.
El menú que el valenciano ha confeccionado para este nuevo encuentro ha comenzado con unas minicocas de dacsa acompañadas por una Alhambra sin; la Alhambra especial fue la encargada de maridar la exquisita sepia con mahonesa y su ya típico cremaet de bravas; la gamba de Mick Jagger (fritura de morro de cerdo con gamba blanca del Mediterráneo) y la ensalada de ventresca de atún fueron de la mano de la Alhambra 1925, mientras que la Alhambra Roja maridó el sepionet a lo brut y un blanc i negre (morcilla de cebolla y longaniza) con mermelada de higo, habitas baby y cebolla crunch, apodado del senyoret, por presentarse ya trinchado.
El broche final lo puso el “prepostre” dulce y salado: una coca escudellà (en otras ocasiones, sustituida por torta cristina o similar) cubierta con queso fresco a la plancha, sobrasada marineta, nueces de Viver, miel del Espadán y pebrella, una audaz receta que dio paso a dos postres: torrijas de coca de llanda y un arroz con leche con helado de limón, acompañado por una chuche muy natural consistente en una barrita de caña de azúcar, para saciar a los más golosos.
La experiencia gastronómica ha confirmado una vez más el éxito de una iniciativa de Cervezas Alhambra, que abre nuevas perspectivas a la fusión, la reivindicación de lo primigenio y el estímulo a la innovación.
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