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Regalos baratitos para agasajar a un recién nacido (I)

En Lifestyle domingo, 30 de marzo de 2014

Jesús Andrés

Jesús Andrés

PERFIL

La llega de un retoño es siempre motivo de alegría y de gasto. Que las abuelas se dejen la pensión en regalos es razonable, pero los tíos y tías postizos estamos pobretones y no tenemos fondos para estipendios estupendos. Con estos consejos, no malgastaréis ni un céntimo en patucos.

Hace unas semanas, charlando con una amiga, le comenté que una conocida nuestra había tenido un bebé. “Pues, ¿sabes qué? -me contestó- Que me alegro de no ser muy íntima suya porque así me ahorro tener que hacerle un regalo”. Antes de que califiquéis su respuesta de desalmada, os recuerdo el alivio que sentís vosotros cuando podéis escaquearos de ir a una boda… Si está socialmente bien visto no participar en la celebración del amor de otros, ¿por qué criticáis a mi amiga cuando no se entusiasma por la llegada al mundo de un retoño ajeno? La crisis, fijaos lo que voy a decir, al final va a tener hasta alguna consecuencia positiva: nos arraiga los pies en el suelo a la hora de pensar quién merece (o no) que nos rasquemos el bolsillo por compartir su felicidad.

De momento, la economía va a seguir maltrecha una temporadita y lo más probable es que pronto unos y otros nos enfrentemos al momento de “mi mejor amiga ha sido madre”. Por eso, he aquí una lista de propuestas para quedar la mar de bien con el recién nacido (y con la recién parida) y no arruinarse.

Hipster desde la cuna.

Hipster desde la cuna.

1. CHUPETE CON BIGOTE

Esta es la más cara de las opciones, porque según el punto de venta puede llegar a los 15 euros, pero no me resisto a que encabece la lista. Después de que el omnipresente bigote se haya estampado sobre tazas, bolsos, blusas y hasta que haya quien estúpidamente se lo haya tatuado en un dedo sólo para subir una foto a Instagram, la moda llega al universo infantil. En adultos, es una tendencia ya agotada pero para bebés aún la apoyo. Este chupete está disponible en un sinfín de comercios reales o virtuales (haced un Google y veréis) y hasta los grandes almacenes del triángulo verde lo han incluido en su catálogo. Como los fabricantes de productos infantiles todavía promueven el sexismo, tienen una versión para niña en la que el bigote lo sustituyen por unos labios rojos… Os propongo que seáis malotes y regaléis el modelo del sexo opuesto al del bebé.

Para que hagan un rato el indio.

Para que hagan un rato el indio.

2. UN PÓSTER ANTIGUO

Un mural en una habitación infantil queda muy decorativo, es verdad. Amante de los excesos como soy, me imagino que el día que adopte a mi bebé, lo más probable es que haga como Mitch y Cam, los de Modern Family, y acabe pintando un alegórico autorretrato neoclásico sobre la cuna de la criatura. No me critiquéis, la mayoría llenáis sus cuartos de grecas con ositos, payasitos y cursiladas semejantes… Una buena y barata opción para decorar las paredes entre las que duerme el recién nacido son estos pósters vintage con motivos de lo más diverso, desde viajes hasta animales. Los podéis descargar en alta resolución e imprimirlos en cualquier lado donde os hagan un buen precio.

Come y calla.

Come y calla.

3. LETRAS IMPRIMIBLES TRIDIMENSIONALES

Las impresoras 3D cuestan un ojo de la cara pero con la vuestra, la de inyección de tinta de toda la vida, y una barra de pegamento podéis hacer un regalo tridimensional, decorativo y baratito. Hace falta algo de mañana, unas tijeras afiladas y unos dedos ágiles. La única pega de esta opción es que os pondrá en evidencia: si erais de los que recurrían a papá para hacer los trabajos de plástica en el colegio, estáis perdidos. Mi consejo es que imprimáis letras de sobra y que no dejéis la manualidad para el último momento. Tampoco os decantéis por la sosería de componer el nombre del bebé o palabras que podrían titular álbumes de Pinterest (love, baby, cute…), elegid lemas inesperados: caca, culo, pedo, pis es un clásico que nunca falla.

"Muérdeme (la trompa)".

“Muérdeme (la trompa)”.

4. MORDEDOR DE MADERA ORGÁNICA

Si tenéis amigos hippies, os acompaño en el sentimiento y me compadezco por el pobre bebé, que crecerá a base de leche de soja, algas y sopicaldos de nabo. Estos especímenes (me refiero a los padres), encantados de sí mismos y de su vida reiki, os mirarán por encima del hombro si os acercáis a su retoño con cualquier regalo que no sea sostenible, reciclable, orgánico, etc. Este mordedor de madera les satisfará a ellos, porque es de una materia prima chachipiruli extraída de explotaciones megaguays, y a vosotros, porque tiene un diseño molón. Además, este presente puede cumplir una doble función: si mientras estáis visitando al recién nacido los padres comienzan con su perorata sobre lo bueno que es parir sin epidural y lo saludable que es la terapia con imanes, huevos y ajos crudos, cogéis el mordedor, os lo ponéis vosotros mismos en la boca y contáis hasta 100. Eso… o lo empleáis como arma arrojadiza. Compradlo, aquí.

Hasta aquí la primera tanda. En breve, más.

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