Ya sé que mi teoría es absurda, pero me gusta pensar que, como los Oscar, los Emmy Awards le deben su nombre a la tía abuela del señor que diseñó la estatuilla, una señora -Emilia, Emi para los amigos- a la que imagino nonagenaria y enganchada a la culebrones y a la telerrealidad. Esta misma mujer parece ser la estilista a la que recurrieron algunas de las celebrities que pisaron la alfombra roja de los premios por antonomasia de la televisión estadounidense.
Claire Danes eligió el dorado para su vestido y el bronce para su piel: Schiaparelli firma el diseño y el betacaroteno su dermis.
Con un fantástico Delpozo, apareció una de las actrices de Downtown Abbey, Laura Carmichael. Hubo mucho amarillo en la gala pero ninguno combinado de forma tan audaz como este.
Empeñada en lucir como la protagonista de una canción de Thalia y ejercer de “hembra-sandunguera-caliente-como-un-fogón”, Sofía Vergara se enfundó un Versace horripilante.
Su compañera en Modern Family, Ariel Winter no se llevó ningún Emmy pero quedó finalista en la categoría de Peor Vestuario. Que nadie me malinterprete: curvas, sí; mal gusto, no.
Ariel compartió nominación con su hermana en la ficción, Sarah Hyland. La mayor de los Dunphy optó por un forzadísimo estilismo de Monique Lullhier. Querida, hay que ser muy Emma Watson para lucir bien pitillos y faldones (o lo que sea que fuera eso) sobre la alfombra roja.
Entre lo mejorcito de la noche, en cambio, el vestido en tono albaricoque que eligió Mamen Mendizábal Mandy Moore. Un pelín vespertino para los cánones de una gala así, la verdad, pero con un aire relajado muy de agradecer entre tanto cuerpo enfundado en satén y brilli-brilli.
Me chiflan los motivos florales del Zuhair Murad de Kristen Bell: apostar por los estampados y acertar puntúa doble en el ranking del estilo.
¿El mejor complemento para el Marchesa fucsia de Viola Davis? Esa sonrisa radiante (y la pajarita al tono de su marido).
Llegó, vio, lució Prada de pedrería verde y venció: como intérprete y como reina del estilo. Sarah Paulson merece un 10.
Valentino firma el fabuloso-increíble-quiero-uno-ya vestido de Nina García, la directora creativa de Marie Claire y jueza de uno de los grandes programas de televisión sobre moda (no como otros).
Las reglas, para saltárselas: de negro y de largo, justo todo lo que no debe hacer una niña sobre la alfombra roja. La protagonista de Stranger Things, Millie Bobby Brown, fue la más elegante de la noche con un Valentino (otra vez, sí) hecho a su medida. ¡Aprended divas embutidas y sin bragas!
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