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76 Mostra de Venecia #1 Kore-eda, Polanski y Joker

En Cine y Series 31 agosto, 2019

Gian Giacomo Stiffoni

Gian Giacomo Stiffoni

PERFIL

La 76  Mostra de Venecia  no ha empezado, como era costumbre durante las últimas ediciones, bajo el eje de la cinematografía estadounidense. Para inaugurar el certamen, ha llegado la última obra del aclamado director japonés (ganador en Cannes hace dos años con Un asunto de familia) Kore-eda Hirokazu con su primer largometraje rodado fuera del Japón, La vérité. El mundo de las relaciones familiares llevado hasta sus más imprevisibles consecuencias sigue siendo el terreno privilegiado del cineasta japonés. Sacado de un texto teatral de Kore-eda nunca llevado a los escenarios, La vérité se desarrolla casi en su totalidad dentro de la casa de familia de Fabienne, idolatrada estrella del cine francés, a la que visitan la hija Lumir con su familia (marido e hija) llegados desde Estados Unidos para la presentación de autobiografía.

La conmixtión que se genera entre “personaje-actor” y “persona” —y las consecuencias que esto genera dentro del marco familiar— viene dibujado por el director con su estilo habitual, con delicadeza y sutil ironía y se confirma una vez mas la habilidad de Kore-eda para describir las relaciones y las ambiguas actitudes entre adultos, y entre adultos y niños, esta vez sin giros argumentales imprevistos, pero sacando a luz con elegancia cómo la verdad de las cosas y de los afectos, la mayoría de las veces, se encuentra justo donde parece vivir la mentira. La excelente actuación de dos pesos pesados del cine francés, Catherine Deneuve y Juliette Binoche añade espesor al excelente valor artístico de la cinta.

La vérité (Hirokazu Koreeda, 2019). Mostra de Venezia 2019

Catherine Deneuve y Juliette Binoche en La vérité.

La directora de Arabia Saudí, Haifaa Al Mansour —una de las dos cineastas presentes en el certamen veneciano, junto a Shannon Murphy, con su debut, Babyteeth— con su quinto largometraje, The Perfect Candidate, relata la difícil situación de una doctora que quiere cambiar el sistema patriarcal saudí participando por casualidad como candidata a las elecciones municipales, para así poder arreglar la carretera que lleva a su clínica.

Mila Alzahrani consigue entrar perfectamente en el papel de la fuerte y decidida doctora que vive su nueva experiencia, entre el universo machista que caracteriza la sociedad saudí y su entorno familiar, con las hermanas y el padre músico. Entorno que finalmente se ve anclado a un sistema que parece ser aceptado como irremisible.

La directora, probablemente cuidadosa de no entrar demasiado en un tema difícil de tratar en su tierra, cuenta la historia con cierta eficacia, pero sin vuelos estilísticos, mientras que dibuja el entorno con circunspección, dejando algo débil la polémica feminista como cabía esperar.

The Perfect Candidate (Haifaa al-Mansour, 2019). Mostra de Venecia 2019

Mila Alzahrani en Perfect Candidate.

Otro retrato familiar, un tema que parece sin duda el eje de estas primeras jornadas del la Mostra, caracterizó también la primera película de Estados Unidos presentada en el concurso. Noah Baumbach con Marriage Story sondea su vida personal y el divorcio con su ex mujer Jennifer Jason Leigh para contar la historia de como un amor puede transformarse en una terrible pesadilla judicial, existencial y humana, a causa de la separación.

Retratan la pareja que progresivamente se arrastra hacia la deriva Adam Driver y Scarlett Johansson, que interpretan a un director de teatro que trabaja en Nueva York y una actriz de Los Angeles incapaces de llevar adelante su matrimonio y de solucionar, sino después de fuertes altercados y momentos de gran dramatismo, la custodia del hijo de ocho años.

Baumbach alterna tonos trágicos con momentos de comedia en una película donde sobresale esencialmente el trabajo de los actores, sobre todo el de un intenso Adam Driver, pero que a nivel argumental y estilístico no luce por originalidad, presentando un metraje a veces excesivo, pareciendo asimismo una especie de Kramer contra Kramer del siglo XXI, por suerte con tono de patetismo menos marcado. La película se estrenará el 6 de diciembre en la plataforma Netflix.

Marriage Story (Noah Baumbach, 2019). Mostra de Venecia 2019

Scarlett Johansson y Adam Driver en Marriage Story.

Los pesos pesados estadounidenses —Ad Astra de James Gray con Brad Pit y Tommy Lee Jones y Joker de Todd Phillips— se programaron por otro lado, como era de prever, el primer fin de semana del festival. La película de Gray utiliza la ciencia ficción —nos encontramos en un futuro próximo donde la humanidad ha colonizado Marte e intenta viajar hasta las profundidades el sistema solar, para encontrar vida extraterrestre— para contar la historia de la búsqueda del padre, famoso astronauta perdido desde hace años cerca de Neptuno, por, parte de su hij que ha seguido sus pasos dentro del programa espacial.

El tema de la búsqueda enmarcado dentro del género resulta a momentos cautivante, pero también a menudo anodino, frágil y pretencioso, a lo largo de una cinta que llega a resultar algo repetitiva. Las secuencias en el espacio son sin duda impactantes, aunque bastante inverosímiles, pero el resultado final termina por ser un híbrido mal cosechado entre Solaris y  2001 Odisea en el espacio con el añadido de la voz en off del protagonista (un bastante inexpresivo Brad Pitt), que parece sacada de las películas se Terrence Malick.

Ad Astra (James Gray, 2019). Mostra de Venecia 2019

Brad Pitt en Ad Astra.

Bastante mejor, Joker de Todd Phillips, la película mas esperada en esta primera parte del festival, que recibió una tremenda atención por parte de la crítica, así como un considerable éxito en la sala. La razón principal fue la soberbia interpretación de Joaquin Phoenix que consigue entrar por completo, con su cuerpo y su rostro, en el inquietante Arthur Fleck y en su progresiva transformación en el famoso Joker, destinado a ser el “malo” más conocido del universo DC que tiene como eje el personaje de Batman.

En la película de Phillips, Batman no aparece. Lo que interesa al director estadounidense y a su guionista Scott Silver es lo que ocurre antes de su aparición, o sea la evolución psicológica enfermiza que lleva a Fleck, un hombre frágil, marginado, pisoteado por amigos y sociedad e incapaz de suprimir una risa compulsiva, a derrumbarse dentro de un abismo de locura, derivada después hacia el crimen. La cinta mantiene constantemente tonos oscuros que desenbocan en grados de violencia casi insoportables. Lo positivo es que el director nunca se recrea en todo esto, interesado como está en contar sobre todo su personaje y  su relación y evolución con lo que lo rodea, real o imaginado por su mente.

La narración es potente, el ritmo logrado, pese a algunas pequeñas caídas en el desarrollo del guion y muy eficaz la manera con que una lágrima dark pintada en un rostro se pueda convertir en un puro estado de horror.

Joker (Todd Phillips, 2019). Mostra de Venecia 2019

Joaquin Phoenix en Joker de Todd Phillips.

Dentro de la selección oficial sorprendió la película de Mario Martone. El director italiano lleva a la pantalla, con un estilo totalmente cinematográfico, la puesta en escena teatral que realizó el año pasado,  de un clásico de la comedia napolitana del siglo XX, Il sindaco del Rione Sanità de Eduardo De Filippo.

Martone actualiza el argumento, que originalmente se desarrollaba en los años sesenta, acercando al sindaco (“alcalde”) a la criminalidad de hoy, actualizando así su dramaturgia centrada en una visión de la ciudad de Nápoles dividida entre dos abrazos ambiguos, uno de ellos feroz: el de los delincuentes defendidos por el protagonista Antonio Barracano y de su antagonista el panadero Arturo Santaniello, y el de las personas honradas como el doctor Della Ragione, un personaje ambivalente que parece sacado de una obra de Pinter, que lucha entre el deseo de una honestidad originaria y la imposibilidad de poder realizarla por completo.

Martone realiza una obra muy interesante, que podríamos casi definir como brechtiana, dejando que la actuación de los magníficos actores (algunos de ellos los mismos de la versión teatral), los diálogos y los tiempos dramáticos se queden anclados al escenario, pero moviendo la cámara y utilizando un montaje estrictamente cinematográficos. El resultado es una obra que consigue crear una cierta distancia del espectador hacia los temas tratados y que si puede no ser del agrado de los puristas del cine, consigue sin embargo cautivar por su eficaz planteamiento y su meticulosa realización.

Il Sindaco del Rione Sanità (Mario Martone, 2019). Mostra de Venecia 2019

Un momento de Il sindaco del Rione Sanità de Mario Martone.

Con sus 86 años Roman Polanski consigue ser un vez mas el protagonista de estos primeros días de la Mostra con una de sus películas más logradas de los último años, sin duda entre las mejores de su larga carrera de cineasta. Es increíble la capacidad que Polanski demuestra para convertir en historia de espionaje y misterio los hechos reales del celebérrimo affaire Dreyfus que inflamó la sociedad francesa a finales del siglo XIX y que desembocó en famoso alegato J’accuse publicado por Émile Zola. En J’accuse, también título de la cinta, el director no sigue la vida de Dreyfus, sino el punto de vista y las investigaciones de George Picquart (excelente en el papel Jean Dujardin), un comisario del contraespionaje militar que desató todo el escándalo con sus descubrimientos.

Es él el verdadero protagonista de la cinta (como de la novela de Robert Harris, El oficial y el espía, base del guión original de Polanski) y el enésimo personaje del director que lucha contra mecanismos siempre más grandes que él, en una permanente sensación de claustrofobia, persecución y desasosiego, tema recurrente en la filmografía del cineasta. A esto la película añade el tema, nada secundario, de la intolerancia y de la ciega entrega de los altos cargos a la preservación del poder, prescindiendo de la libertad de opinión; problema que sigue siendo de increíble actualidad, sobre todo en nuestra época.

El ritmo narrativo de la película, la interpretación de los actores y la reconstrucción de una especifica época son modélicos en todo momento, sin rastros de caídas de tensión y con los habituales toques irónicos de Polanski. Sin duda una de las mejores obras presentadas en estos primeros día del festival.

J'accuse (Roman Polanski, 2019). Mostra de Venecia 2019

Jean Dujardin y Louis Garrel en J’accuse de Roman Polanski.

Fuera del concurso, citando por deber de crónica, la película de Benedict Andrews sobre Jean Seberg (Seberg) con una excelente Kristen Stewart —nada más que un honesto y bien confeccionado film biográfico—, tenemos que destacar el cortometraje (40′) Electric Swan de la directora griega Konstantina Kotzamani. El marco visual visionario y el tratamiento totalmente surrealista del argumento por parte de esta joven realizadora (la vida absurda de los habitantes de un edificio con un peculiar portero) no deja indiferentes, también por la extrema coherencia y fuerza con que persigue su peculiar estilo cinematográfico. Esperaremos así con interés su primer largometraje en el que esta trabajando en estos momentos.

No menos impactante, la primera película de Costa-Gravas rodada en Grecia que es una denuncia fuerte y eficaz del desastre económico sufrido por su país en 2015. La tesis de Adults in the Room es que Europa está gobernada por un grupo de cínicos desconectados de las preocupaciones de la gente, de la política y de la cultura. Sin duda es la manera de ver del antiguo ministro de economía griego, Yanis Varoufakis, protagonista de largometraje de ficción basado en su notorio libro. El estilo de Costa-Gravas recuerda el de cierto cine político italiano de los años sesenta-setenta, con ecos casi surrealistas de comedia angustiosa.

La narración de un acontecimiento dramático realmente ocurrido hace muy poco y que ya ha caído en el olvido de la opinión pública, sigue las características de un thriller con una excelente capacidad de entretener el espectador. Por esto se hace, si cabe, todavía más inquietante visto en la perspectiva de la realidad social que vivimos en ésta última década.

Adults in the Room (Costa-Gavras, 2019). Mostra de Venecia 2019.

Adults in the Room de Costa-Gavras.

Por último, pocas palabras, por lo que se refiere a la competición, para Ema de Pablo Larraín, un melodrama con mucha música y baile, basado en la historia de una profesora de danza y su marido coreógrafo, quienes tras adoptar a un niño viven toda una serie de vicisitudes con consecuencias también dramáticas. La idea de Larraín era presentar una idea novedosa de lo que es la familia hoy en día. Lamentablemente, el resultado es un largometraje caótico, a ratos incomprensible, excesivamente recargado y donde lo que debería ser provocativo se hace pretencioso, los momentos de intimidad exacerbados y la actuación de los actores excesivamente subrayada, hasta ser finalmente aburrida. La bella fotografía no salva una de las películas sin duda menos logradas del director chileno.

Ema (Pablo Larraín, 2019). Mostra de Venecia 2019

Ema (Pablo Larraín, 2019)

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