fbpx

Zombis tristes

En Cine y Series jueves, 11 de febrero de 2016

Javi Cózar

Javi Cózar

PERFIL

Maggie es una nueva vuelta de tuerca al género de los muertos vivientes, esta vez desde una perspectiva dramática. Nadie en su sano juicio le negaría a George A. Romero la paternidad del género de zombis. Mucho ha llovido desde la seminal La noche de los muertos vivientes (Night of the living dead, 1969), y los zombis del siglo XXI poco o nada tienen que ver con aquellos no muertos clásicos, los que salían de sus tumbas bajo tierra y se ponían a caminar. 28 días después (28 days later…,Danny Boyle, 2003) inventó el zombi moderno, el que corre como si compitiera en unos Juegos Olímpicos. Y también impuso una cierta humanización del no muerto: tal y como explora de manera bastante convincente la serie The Walking Dead, ahora ellos son las víctimas de un error humano, y no simples monstruos a los que hay que exterminar.

Maggie (Henry Hobson, 2015)

Maggie

En efecto, Maggie recoge esta nueva iconografía del muerto viviente y la transforma en un drama paterno-filial que desactiva casi por completo cualquier constante vital que tradicionalmente se asocia con el género. La protagonista es una adolescente que está infectada por un virus que transforma lentamente a quien lo padece en zombi caníbal. La apuesta de Hobson no pasa por el terror ni por el gore, que es a lo que estamos acostumbrados, sino por el drama médico: se trata de una exploración en toda regla del desarrollo de unaenfermedad, de sus consecuencias físicas en el paciente y de las consecuencias sociales tanto a nivel íntimo como a un nivel más general.

Este patrón ha estado más o menos detrás de casi todas las variantes del género que en este nuevo siglo nos han llegado. Quizás es pronto para hablar de agotamiento cuando fenómenos como la citada The Walking Dead aguantan el tipo, pero la mera existencia de una película como Maggie (Maggie, 2015, Henry Hobson) obliga a replantear el futuro de este género.

Maggie (Henry Hobson, 2015)

La película se entretiene de manera contemplativa en estos avatares para enseñarnos tanto la cruda realidad de la paciente, como de su padre, que además ha de soportar estoicamente la estigmatización de la gente: la enfermedad no tiene vuelta atrás y, para evitar posibles infecciones, los afectados son recluidos en centros especiales a donde el bondadoso padre se niega a enviar a su hija. Esto le genera algunos problemas con los más intransigentes del pueblo.

Maggie (Henry Hobson, 2015)

Con todo esto, Maggie acaba resultando una película terriblemente triste, desgarradora en su dibujo del mazazo brutal que una enfermedad letal supone en el cuerpo y la mente de una joven a la que se le supone una larga vida por delante. El gris ceniza de los cielos que se ven en la película es el color que impregna todo lo que se nos cuenta aquí. Es el color de la música, es el color de los rostros de sus dos protagonistas, extraordinarios Abigail Breslin y Arnold Schwarzenegger.

Queda claro, pues, que no es esta una película que siga ortodoxamente las reglas del género zombi. Sin embargo, Maggie es una derivación más que interesante, que debería complacer tanto a los fans de los muertos vivientes como a los que buscan en una película algo más que una simple exposición narrativa. Y es, ante todo, una nueva visión sobre el género zombi, una hibridación si se quiere, que podría abrir el camino a nuevas aportaciones alejadas de los cánones. Su relevancia (o no) deberá ser analizada con detenimiento cuando haya pasado más tiempo y se pueda determinar su influencia en el cine de zombis que ha de venir.

Maggie (Henry Hobson, 2015)

Suscríbete a nuestra newsletter

* indicates required

Compartir:

The Walking DeadMaggiezombisArnold SchwarzeneggerAbigail Breslin28 días después

Artículos relacionados

Comentar

Debes ser registrado para dejar un comentario.

Sin comentarios

Nadie ha publicado ningún comentario aún. ¡Se tú la primera persona!