Un toque de locura

No puedo imaginarme una vida sin sorpresas, sin desaciertos o sin el atrevimiento propio de una acción alocada ¡Estar privado del juicio o del uso de la razón!

Recuerdo un tiempo pasado donde mi vida era un tanto aburrida y rutinaria. Hacía pocas cosas que no estuvieran asociadas a la razón más pura y al orden más establecido. No significa que no disfrutara de las cosas ni que hubiera una gran depresión en mi vida, significa que llevaba una vida como el 99% de la gente que conocía.

Sin embargo, desde que te conocí me acorde que reír era una de las mejores opciones de la vida, que bailar era tan divertido que podía entender que cientos de personas no hicieran otra cosa en todo un fin de semana, que sentirse más joven de lo que uno es, o representa, es la sensación más inmensamente inmoral y placentera que pueda jamás conocer, porque sentirse como un niño asombrado por los grandes placeres y disfrutes de esta vida es indescriptible.

Quizá un enamoramiento fue el detonante que me llevó a experimentar lo que significaba abandonar la tiranía de la mente, las raíces culturales familiares o ese cristianismo que aprendí en un colegio de curas. Pero tan solo fue eso, un detonante, porque la verdadera esencia de la locura esta únicamente en un concepto que se llama amor.

Cuando se muere el amor mueren muchas cosas que hay en mí; Se es incapaz de apreciar la belleza en un rostro, en un cuadro o en una poesía; Y no se es capaz de ver que la belleza es la máxima expresión de la existencia personal de cada uno.

Si sientes el amor, el amor por ti mismo, por todo lo que te rodea, descubres a las personas que realmente quieres y te quieren, empieza a abrirse la vida y a mostrarte tus aptitudes más escondidas; tu capacidad para la pintura, la escritura, la música o el baile. Se abre un mundo infinito que parece una locura.

Como se lee en Zorba el griego:

Hay algo que te falta, jefe. ¡Un toque de locura!

Hasta que no cortes la cuerda no estarás realmente vivo.

Un poco de locura te proporciona dimensiones, poesía y el suficiente coraje para ser feliz en este mundo infeliz.

Y también el gran Molière nos aventuraba:

Es cosa admirable que todos los grandes hombres tengan siempre alguna ventolera, algún granito de locura mezclado con su ciencia.

Ayudémonos a disfrutar de la existencia, de la alegría del placer y del éxtasis y de todo lo que nos conduce a descubrir nuestra gran capacidad de amar y de crear promocionando ¡toques de locura por doquier!