Los creadores de American Horror Story siguen con el género de terror, pero su paso a Fox es más comedia hilarante que terror pasado de rosca.
Ryan Murphy tiene la cabeza plagada de ideas para la televisión. Ideas ingeniosas, ideas excéntricas e ideas rotas. La primera temporada de Glee es el mejor ejemplo del Murphy ingenioso y excéntrico. El resto de la serie, una amalgama de eso y de unas cuantas torpezas.
Cuando Ryan Murphy se junta con su compañero y productor Brad Falchuk, con el que empezó a colaborar en Nip/Tuck (2003), ese tridente de ideas parece parido por un gremlin que se ha devorado un bufé de hotel pasada la medianoche. Lo último que Murphy y Falchuk se han inventado (junto a Ian Brennan) es Scream Queens. Y sí, es igual de descabellada que su serie insignia, la muy traída American Horror Story, pero sin haber llegado todavía a la irregularidad que destruye TODAS las temporadas de AHS.
En Scream Queens, un grupo de jóvenes universitarias trata de averiguar quién se está cargando a medio campus a base de cuchillazos y atropellos con máquinas cortacésped. El misterio guía así el pulso de la narración, mientras las chicas ponen los gritos, el atractivo físico y la ingenuidad millenial.
También hay adultos en la serie, aunque no por ello más inteligentes o menos egocéntricos que las protagonistas. De hecho, en Scream Queens todos compiten por ser populares, sea entre el resto de estudiantes (como Chanel o Chad Radwell), otras universidades (como la rectora) o en la vida de tu propia hija (como el padre de Grace).
Solo se sale un poco de ese ámbito, precisamente, Grace (Skyler Samuels), la única con pretensiones honradas, lo que funciona de cara a no dejar que Scream Queens se desmadre del todo. Si es que eso es remotamente posible a estas alturas.
Porque Scream Queens tiene locura para rato. Hay un constante bombardeo de oneliners de sátira social y política (Chanel #1: Mis padres no me llamaron en mi cumpleaños porque estaban demasiado ocupados acogiendo un acto de recaudación de fondos para Jeb Bush). También están las desconcertantes decisiones de muchos de los personajes en momentos que son ciertamente terroríficos (Chanel #2 se enviaba mensajes con su asesino, al que tenía justo delante, momentos antes de ser apuñalada). Y hay un carácter meta y referencial que muta en cada episodio (en el especial de Halloween puede uno acordarse de El resplandor, El silencio de los corderos y Scary Movie, por ejemplo).
Claro que si nos quedamos es por los personajes. Quizá ninguno te caiga bien, pero hay de sobra para quererlos vivos. Sea por lo naïf, lo ridículos o lo estúpidamente ingeniosos que son, uno acaba con miedo a que se los carguen. ¿Quién querría ver asesinada a Chanel (fantástica Emma Roberts), una chica que dice cosas como ¡Oh dios mío! ¡Estoy eructando incontrolablemente como Robert Durst! ¡Sabrán que soy cupable! o ¿Cómo tienes tanta seguridad en ti misma sin ser mala con nadie? ¿Qué clase de antidepresivos estás tomando? En todo caso hagámosle un podio, no un ataúd. Y más de lo mismo para Chad Radwell (Glen Powell).
Podría hacer aquí un listado casi infinito de las geniales citas y de los momentazos que nos han dejado los protagonistas de Scream Queens en tan solo cinco episodios, pero os dejo el resto de sorpresas a vosotros (¡esos créditos iniciales!).
Además, Scream Queens sigue la senda que Murphy y Falchuk ya instauraron en American Horror Story: las mujeres tienen el control (o al menos van a luchar por tenerlo).
En una de las escenas del quinto episodio de Scream Queens, Chanel #5 y dos hermanos amanerados a los que se está tirando se esconden en un laberinto tratando de huir del asesino. Hartos de compartirla, los chavales le piden a Chanel #5 (¡en ese preciso momento!) que elija a uno de los dos. Ella se queda con el moreno y el rubio se va por otro lado. Al final, ella es la que encuentra la manera de engañar al asesino y es el rechazado el que acaba con los intestinos despedazados. No sé si es la mejor manera de darle las riendas a Venus, pero la intención es más que evidente. Y este es sólo uno de los pocos ejemplos.
La senda que han tomado Ryan Murphy y Brad Falchuk con Scream Queens hasta ahora, pese a los riesgos, tiene recompensas de sobra. Si mantienen este nivel de frescura y no se dejan amedrentar por las bajas audiencias (están muy mimados por FOX), la temporada apunta a ser un hito memorable. Quizá la cancelen, quizá la pasen al cable o quizá aguante un año más con nosotros, pero pase lo que pase tengo claro que este tramo inicial es demasiado tentador como para dejar a estos dos de lado.
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