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10 canciones que ponen banda sonora al #MeToo

En Música lunes, 1 de junio de 2020

Sergio Ariza

Sergio Ariza

PERFIL

En octubre de 2017 apareció en el New Yorker un artículo en el que varias mujeres denunciaban agresiones sexuales del magnate del cine Harvey Weinstein, fue la fecha de nacimiento del movimiento #MeToo. Mucho ha cambiado desde entonces y mucho más tendrá que cambiar, pero aquí voy a hablar de su repercusión en el mundo de la música, una industria en la que ha habido tantos abusos o más que en el cine, pero en la que parece que, salvo excepciones, no ha caído ningún pez gordo.

Aun así, este movimiento ha tenido una fuerte repercusión en el mundo de la música, y no solo por casos como lograr que R Kelly se siente en el banquillo de los acusados o que Plácido Domingo haya tenido que pedir disculpas públicas y aceptar su responsabilidad tras las denuncias de acoso de varias mujeres, todo después de que varios cráneos “privilegiados” salieran en su defensa y descalificaran a sus acusadoras; sino también por dos cosas mucho más visibles, ha logrado que cada hombre haya tenido que evaluarse a sí mismo, siendo consciente de ciertos prejuicios misóginos y teniendo que reexaminar su comprensión del consentimiento, como bien explicó Lorde, pero también por el modo en el que ha logrado aumentar notablemente la visibilidad de las mujeres en la música.

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Weinstein rodeado de actrices.

Y no me refiero solo a nivel comercial sino a nivel crítico. Desde el surgimiento del #MeToo, las listas de fin de año de los mejores discos se están llenando de discos encabezados por mujeres, algo que no era nada habitual no hace tanto. Según el sitio web Acclaimed Music, que recopila todas las listas de medios más prestigiosos del mundo en relación con la música, solo hubo cuatro compuestos por mujeres o grupos liderados por mujeres, entre los 100 mejores discos de la década de los 80. Se trata del Hounds Of Love de Kate Bush, el debut de los Pretenders de Chrissie Hynde, el Like A Prayer de Madonna y el debut de la cantautora Tracy Chapman.

La cosa mejora en los 90 con 20 apariciones femeninas entre los 100 primeros, con artistas como PJ Harvey o Björk apareciendo con múltiples discos. La cosa vuelve a bajar en la primera década del siglo XXI, quedándose con solo 11 puestos de 100. Pero si vamos a la versión actualizada este mismo mes con la lista de los mejores discos de 2010 a 2019 vemos que la cosa se acerca, por fin, a la ansiada paridad, con 41 discos en la lista y un incremento significativo desde la aparición del #MeToo.

Esto no quiere decir que todo sea positivo o que haya mujeres como Lana del Rey que piensen que el movimiento, y el feminismo en general, deben dar cabida a todo tipo de personalidades femeninas, pero tampoco justifica las protestas de esos hombres desconsolados porque ahora no saben comportarse ante una mujer, pensando que cualquier cosa que digan les va a llevar a la cárcel. Algo que recuerda a esa imagen que hemos vivido hace poco, la clase privilegiada saliendo a la calle a gritar libertad, cuando lo que realmente quieren es seguir disfrutando de sus privilegios libremente, algo totalmente distinto.

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Kate Bush.

Parece claro que todo tiene distintas caras pero lo que es evidente es que el movimiento #MeToo ha ayudado a dar más protagonismo a las mujeres en el mundo de la música y como diría Solange han conseguido un sitio en la mesa desde el que hablar y, lo que es más importante, no van a permitir que se les calle por mucho que les den golpes por debajo de la mesa. Podría haber puesto cien ejemplos distintos, pero aquí van diez grandes canciones surgidas desde el inicio del movimiento hasta ahora:

Stella Donnelly: “Boys Will Be Boys” (2017)

Un par de meses después de la aparición del artículo sobre Weinstein, aparecía este “Boys Will Be Boys” de la australiana Stella Donnelly. La canción habla sobre la tendencia de la sociedad a culpar a las víctimas de violación y poner excusas para los agresores del tipo ¿Por qué estaba sola?, ¿por qué llevaba un top?, cosas que nunca se les ocurriría preguntar si la víctima fuera un familiar (Would ya blame your little sister / If she cried to you for help?). La frase no es no, hecha canción: They said, “Boys will be boys”/Deaf to the word no. (Por cierto, este mismo año Dua Lipa ha sacado una canción con el mismo título que también es una clara reivindicación feminista)

Amanda Palmer & Jasmine Power: “Mr. Weinstein Will See You Now” (2018)

Poco más se puede decir de una canción cuyo título ya suena a película de horror. Las cantantes Amanda Palmer y Jasmine Power unen fuerzas en una canción que es mucho más que un eslogan, una pieza escalofriante sobre una situación por la que han pasado demasiadas mujeres y un monstruo que estuvo provocándolas demasiado tiempo, mientras demasiada gente miraba hacia otro lado. Todas las ganancias de la canción fueron al fondo de defensa legal del Time’s Up.

Courtney Barnett – Nameless Faceless (2018)

Courtney Barnett toma una devastadora cita de la novelista Margaret Atwood (la autora de El Cuento de la Criada) y la convierte en el perfecto estribillo pop de una de sus mejores canciones y uno de los grandes himnos del #MeToo: Men are scared that women will laugh at them / Women are scared that men will kill them” (Los hombres tienen miedo de que las mujeres se rían de ellos / las mujeres tienen miedo de que los hombres las maten). Tras tan simple verdad, Barnett convierte el resto de la canción en un mensaje para esos amargados que se sienten atacados por la simple mención del feminismo (ya saben, los de ni feminista, ni machista): Dijo “Podría comer un tazón de sopa de letras / Y escupir mejores letras que tú” / Pero no lo hiciste. Tío, te estás engañando a ti mismo si piensas que el mundo gira a tu alrededor.

Janelle Monáe – I Got The Juice (2018)

No hay que olvidar que la victoria de Trump fue una de las máximas responsables del surgimiento del movimiento #MeToo, ¿cómo no iba a haber una reacción ante la victoria de un tipo que ganó a pesar de la infame grabación en la que reconocía que agarraba a las mujeres del coño y que eso las encantaba porque era famoso?.

Y es que la victoria de Trump, encima frente a Hillary Clinton, la primera mujer candidata por parte de uno de los dos grandes partidos del país, fue un signo claro de que, quizás, no estábamos tan adelantados como creíamos. Fue como si la América profunda dijera, mira, preferimos a un acosador que a una mujer, dejando claro que cuestiones que parecían superadas como el racismo o el machismo seguían estando tan presentes como siempre.

Quien mejor expresó el sentir del feminismo fue una de las artistas más interesantes que ha dado la música en los últimos años, Janelle Monáe, una especie de Prince femenina que en esta canción de su disco Dirty Computer soltaba si intentas agarrar mi coño, este coño se defenderá. Y es que Monáe ha sido parte activa del movimiento, como demostró en la ceremonia de los Grammy de 2018 cuando dijo Venimos en son de paz, pero estamos hablando de negocios, para añadir esto: No solo ocurre en Hollywood, no solo en Washington, sino también en nuestra industria; y esto también: y así como tenemos el poder de moldear la cultura, también tenemos el poder de deshacer una cultura que no nos sirve bien. Más de uno en la audiencia tragó saliva expresivamente.

Kacey Musgraves – High Horse (2018)

Otro tirón de orejas a Trump que, aunque no tan explícito, Kacey Musgraves cambia las botas vaqueras por la bola de espejos y entrega un himno discotequero en el que arremete contra esos idiotas machistas y egocéntricos que se creen el centro del universo, gente que se cree John Wayne y no llega a Ronald Reagan. Una descripción que se ajusta como un guante al hombre que se sienta actualmente en el despacho oval de la Casa Blanca.

Julia Jacklin – Body (2019)

Julia Jacklin saca una canción sobre cómo salir de una relación altamente perjudicial, algo que lleva a un último nubarrón negro, un pensamiento oscuro que se cierne sobre ella una vez rota la relación: Recuerdo los primeros días, cuando cogiste tu cámara y te volviste a mí, desnuda en tu cama mirándote directamente, ¿todavía tienes esa fotografía? ¿la usarías para herirme? Bueno, supongo que solo es mi vida y es solo mi cuerpo. Una revelación irónica sobre los juicios de la sociedad en estos casos, en los que una foto o un vídeo sexual son vistos de forma totalmente opuestas si eres hombre o mujer, ellas son unas putas, ellos unos machotes…

Weyes Blood – A Lot’s Going To Change (2019)

Natalie Mering, conocida artísticamente como Weyes Blood, reflexiona sobre su infancia cuando pensaba que el mundo era igual para chicos y chicas, algo que no tardaría en darse cuenta que no es así. Y es que, como ella misma ha explicado, su primera reacción al movimiento #MeToo fue de cabreo, Mering había pasado por situaciones de abuso varias veces a lo largo de su carrera, pero se había callado, porque era lo que todo el mundo hacía. Así que cuando vio a las primeras mujeres hablando sobre estos abusos su primera reacción fue Oye, no podéis hacer eso, yo no dije nada, algo que no hace sino confirmar el trauma por el que muchas mujeres han pasado.

Laura Marling – Song For Our Daughter (2020)

Laura Marling acaba de sacar el mejor disco de su carrera y en la canción que le da título canta Últimamente he estado pensando sobre nuestra hija creciendo, y en todas las estupideces que le van a decir. Hay sangre en el suelo, puede que no, yo la creeré seguro. Una letra que hace pensar en una de sus recientes declaraciones La ley no funciona a favor de la gente que ha sido traumatizada. Que Weinstein vaya a la cárcel es una noticia muy satisfactoria, (…) pero también debemos prestar atención a la brecha en la ley que hace que sea muy, muy difícil para las mujeres contar sus historias“.

Fiona Apple – Under The Table (2020)

No estamos hablando de cualquiera, Fiona Apple es una de las compositoras más importantes de los últimos 30 años. Nunca se ha mordido la lengua en sus letras, no hay que olvidar que “Sullen Girl”, de su primer disco, hablaba sobre como sufrió una violación a los 12 años de edad, pero en Fetch The Bolt Cutters se ha desatado completamente, entregando uno de esos discos capaces de marcar época.

Si el movimiento #MeToo fuera un disco sería este, un disco en el que hay un tema muy presente, no tener miedo a hablar, una negativa en toda regla a ser silenciada, algo que se expresa muy claramente en una de sus mejores canciones, “Under The Table”. En la misma, Apple se ve arrastrada a una rimbombante cena a la que ni siquiera le apetecía ir por su pareja, y cuando está allí decide no callarse ante alguien que presumiendo dice algo ofensivo. Toda la letra es una maravilla, desde el maravilloso juego de palabras del principio I would beg to disagree / But begging disagrees with me (hasta ese estribillo en el que reitera Kick me under the table all you want / I won’t shut up (Dame todas las patadas por debajo de la mesa que quieras, no me pienso callar)

Lucinda Williams – Shadows & Doubts (2020)

Lucinda Williams lo ha visto y lo ha conocido todo, con una carrera que comienza en los 70 también ha tenido su ración de abusadores hijos de puta, por eso cuando escribe una canción sobre su amigo Ryan Adams, uno de los músicos que se ha visto implicado en denuncias de comportamiento inadecuado, no lo va a hacer simplemente defendiéndole, sino todo lo contrario, para darle un toque de atención y hacer que se autoexamine. Todavía quiero a Ryan, ha declarado Williams, pero ¿estoy de acuerdo con lo que hizo? No. No estoy tratando de decir “oh, pobre Ryan, es un incomprendido”, no quiero que parezca que estoy defendiendo sus acciones. Eso sí, esta bella canción deja abierta la puerta a la redención personal.

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