Se ha adjudicado a Nacho Vegas, en más de una ocasión y desde distintas tribunas, el rol de compositor preeminente del rock español en lo que llevamos de siglo. Y no es de extrañar, dado que el trayecto del asturiano Nacho Vegas (Gijón, 1974) ejemplifica, a través de un camino de contornos cada vez más marcadamente propios, el mismo devenir de la parte más mollar del panorama independiente hispano: pocos recuerdan que recaló en los miméticos Eliminator Jr, y solo algunos más rememoran su paso por los fundamentales Manta Ray. Porque partiendo de aquella época en la que el indie estatal emulaba con reverencia y candor a sus referentes foráneos, Vegas evolucionó con valentía hasta reformular casi por completo esa figura que tan refractaria resultaba para su consumidor medio de los 90: la del cantautor crudo y confesional, con pedigrí folk. La misma que él reclamó con autoridad en la portada del ya lejano Actos Inexplicables (Limbo Starr, 2001), su álbum de debut.
Desde entonces, su figura ha ido creciendo con paso firme. Cincelando un perfil en el que quizá no sea fácil advertir la diferencia entre persona y personaje, pero con el que ha evolucionado (con aciertos sonados y también algún ligero desliz) desde el ensimismamiento a la mirada a la realidad circundante, aquella a la que (a la fuerza ahorcan) tantos músicos populares de nuestro país prestan ahora su atención. Algunos lo hacían ya desde hace algún tiempo, y huelga decir que el single “Cómo hacer crac” (2011), trasunto fiel de su implicación en la Fundación Robo y de todo lo que comenzó a alumbrarse al calor de las ascuas del 15-M de aquel año, anticipaba ya el sesgo de compromiso social que esboza el reciente Resituación (Marxophone, 2014). La modulación de ese tono de denuncia no ha sido del gusto de todos, lo que ha acabado suscitando una división de opiniones que, no obstante, no empaña la consolidación de un cancionero en el que la narratividad lineal de antaño ha perdido peso en favor de la longitud de onda de sus canciones. Así que con este flamante sexto álbum como principal argumento (ya que está capitalizando, de largo, sus conciertos), y tras tres noches consecutivas en la Joy Eslava de Madrid, se presenta Nacho Vegas esta noche en Valencia (Espai Rambleta) y mañana en Barcelona (Ciclo Barts), acompañado por los habituales Abraham Boba, Luis Rodríguez, Manu Molina, Edu Baos y Joseba Irazoki (quien cubre el hueco de Xel Pereda).
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