Igual que Dennis Quaid en el notable remake de los años 80, en la música también hay bandas que se murieron nada más llegar a grabar un disco. Aquí va un repaso a algunas de ellas.
Una noche lluviosa en blanco y negro. Dennis Quaid entra en una comisaría de policía casi arrastrándose para denunciar un asesinato. El asesinato ¿de quién?, le pregunta el oficial de turno. El mío, es la sorprendente respuesta. Así comienza Muerto al llegar, una película que en su momento dio no poco que hablar por su rompedor estilo visual y por este inesperado comienzo en el que el protagonista está vivo pero al mismo tiempo ya está muerto: es un D.O.A., Dead On Arrival, es decir, Muerto al llegar.
Si Dennis Quaid fue un D.O.A. en el cine, muchas bandas han sido D.O.A.’s en el terreno musical: grupos que llegaron, grabaron un solo disco y desaparecieron sin más. Aquí van las 12 que me parecen más interesantes (bueno, 11+1 easter egg, en realidad). Llegaron hasta su único disco por diferentes caminos, se desvanecieron por diferentes motivos, pero sin duda todos son grupos musicales… muertos al llegar.
#12 NEW RADICALS
Maybe You’ve Been Brainwashed Too (1998)
La aparición de un single como “You Get What You Give” fue una de las mejores cosas que le ocurrió a una década, la de los años 90, no precisamente sobrada de grandes momentos musicales. Fresca, viva, pegadiza, soleada, contagiosa, la canción fue el principio y el fin de la banda, aunque no de Gregg Alexander, su líder, que después se metió a producir a otros artistas. La canción que abría el disco, “Mother We Just Can’t Get Enough”, era también para darle de comer aparte, pero “You Get What You Give” sigue siendo, casi 20 años después, una canción que es imposible dejar de escuchar una vez le has dado al play.
#11 SUPERVELCRO
Luciferina (2004)
No, Shakira no es todo lo que ha salido de Colombia en esto del pop. La (ahora) artista multidisciplinar Tana Vallejo lo intentó también con Supervelcro, nombre hortera para una banda pop (hay que reconocerlo) que no ayudó en absoluto a su despegue. Una cuidada y homogénea producción tampoco llamó mucho la atención. Lástima, la alternativa a la omnipresente Shakira no sonaba nada mal.
#10 THE NOTTING HILLBILLIES
Missing… Presumed Having a Good Time (1990)
Abrimos la sección side bands, es decir, grupos que los músicos se sacan de debajo de la axila cuando se cansan de lo que están haciendo. Es inevitable que aparezcan aquí algunas de estas bandas, porque generalmente no tuvieron mucho recorrido. The Notting Hillbillies bien podría ser el paradigma de las side band; es el grupo que se inventó Mark Knopfler para seguir fastidiando el día después de hastiar durante una década con Dire Straits. Menos mal que este extrañísimo cruce entre el Jon Bon Jovi de “Blaze of Glory”, Billy Ray Cyrus, y la música góspel, solo engendró un disco.
#9 ARCADIA
So Red the Rose (1985)
Arcadia es lo que ocurrió cuando Simon Le Bon, Nick Rhodes y Roger Taylor se aburrieron con Duran Duran. Y So Red the Rose es, básicamente, un disco de Duran Duran, pero apelmazado, indigesto. Es de esos discos que cuando llevas un cuarto de hora escuchándolo te has perdido y no sabes en qué track te encuentras porque, básicamente, todos suenan exactamente igual.
“Election Day”, que fue el único hit de la banda, es eso sí un temazo que nada tiene que envidiar a los que firmaba Duran Duran en la primera mitad de los años 80, un punto siniestro, un punto lascivo. Es cierto que parece un auto-plagio de (la extraordinaria) “Union of the Snake”… pero ¡ey!, no todo el mundo puede fardar de tener un videoclip con un cameo de William S. Burroughs. Arcadia sí puede.
#8 VEGAS
Vegas (1992)
Hablando de side bands, David A. Stewart tiene tantas en su currículum que ya casi se nos ha olvidado que él era el 50% (¿o el 75%) de Eurythmics. Uno de los mejores inventos de Stewart fue Vegas, banda que formó con tres músicos y productores realmente ilustres: Manu Guiot, Terry Hall y Olle Romo. Nadie se despeinó ante la reunión de cuatro talentos de esta categoría, así que cada uno siguió su camino sin mirar atrás. Pero nos dejaron un single extraordinario, “Possessed”, una experiencia gravitacional excelsa que ni un videdoclip feo, pero feo de vicio, pudo arruinar.
#7 VALERA
Ardo en deseos (1992)
No todo podía salir bien. Imagino que esto fue lo que pensó Julián Ruiz cuando, después de petarlo en los 80 produciendo a, entre otros, Orquesta Mondragón, Alaska y los Pegamoides, Azul y Negro, Tino Casal o Cómplices, juntó a cuatro chiquillos, puso al que tenía los pelos más largos a cantar, y se inventó Valera. La cosa no pasó de tres singles, uno de los cuales tuvo cierta repercusión en listas musicales de la época, porque era una versión en castellano del archipopular “Wouldn’t It Be Good” de Nik Kershaw.
Lo último que me contaron de ellos es que el cantante había vuelto a su curro de reponedor en Carrefour. La industria musical es, a veces, así de amarga, aunque en este caso en particular no debió haberlo sido: el disco es una colección nada despreciable de temas poperos, frescos, y pegadizos.
Y luego está “Hojas secas”, una canción que te parte en dos, la escuches a la hora del día que la escuches, y que tiene una producción nada, pero nada habitual en este país por aquel entonces (¡¡con sección orquestal y todo!!). Solo por ese fogonazo brutal de melancolía merecieron mejor suerte… las calles no son lo que eran ayer, hoy están desiertas sin un alma / Hojas secas y corazones rotos corriendo calle abajo sin parar, esta noche lloverá por ti… ¡¡ouch!!
#6 WHITE ROSE MOVEMENT
Kick (2006)
Que esta banda surgiera de las cenizas de un grupo que se llamaba Arturo ya no presagiaba nada prometedor. Dicho y hecho: tras la grabación de su primer y único disco, Kick, el grupo sufrió varias sacudidas en su line up que acabaron con su (efímera) existencia. Llegaron a grabar el segundo disco, pero la separación de la banda hizo que nunca viera la luz.
Así que nunca sabremos si realmente White Rose Movement se habría acabado convirtiendo en lo que apuntaba Kick, una ensordecedora reencarnación de Suede para hipsters desprevenidos. El momentazo del disco, “Love is a Number”, es sin duda uno de los estribillos más infecciosos de lo que llevamos de siglo.
#5 INXS
Switch (2005)
Aviso previo: es obvio que INXS no tiene cabida en una lista de grupos que solo grabaron un álbum, pero atendiendo a que el último disco de la banda fue también el primero (y el único) que grabaron con un vocalista distinto a Michael Hutchence… quizás meterlos aquí es rizar el rizo, pero por lo menos sí que cualifican para convertirse en el easter egg de esta lista. Tras el ¿accidente sexual? ¿suicidio? que costó la vida a Michael Hutchence, INXS entró en una (lógica) deriva que les llevó a buscar un nuevo cantante a través de un concurso televisivo. Semejante idea auguraba un desastre mayúsculo, más si tenemos en cuenta que el ganador del evento, J.D. Fortune, era un cantante que, cuando escribió para concursar, vivía en su coche debajo de un puente (modo metáfora off: realmente el tío vivía así).
Pero vaya sorpresa más inesperada: el disco que grabó el tal Fortune con INXS no era simplemente bueno, es que escuchado del derecho y del revés es imposible no ubicar Switch entre los 5 mejores discos del grupo australiano. Y esto es así, porque: a) Andrew Farris, que está detrás de la composición de casi todos los tracks, estaba en estado de gracia divina, las canciones son de Switch como podían serlo de Kick o de Welcome to Wherever You Are y, por ejemplo, un trallazo como “Pretty Vegas” está a la altura de “New Sensation”, lo que no es precisamente moco de pavo; y b) contra todo pronóstico, Fortune ejecuta algo así como un homenaje/copia del estilo y la voz de Hutchence que, al mismo tiempo que remite al malogrado cantante, consigue igualar sus méritos (si no siempre, sí en muchos momentos) y consolida el camino para futuras grabaciones.
Sin embargo, no hubo más grabaciones. No hubo más discos. Lástima… o no: que la discografía de INXS termine con un abrazo a Hutchence como es la tremenda “God’s Top Ten” pone los pelos de punta.
#4 HELEN HOFFNER
Wild About Nothing (1992)
Que tu disco debut te lo produzca Hugh Padgham, que en 1992 era un tipo que ya había producido a Peter Gabriel, Phil Collins, David Bowie, Paul McCartney o The Police, debe acojonar lo suyo. No parece, sin embargo, que Helen Hoffner se haya arrugado mucho: la convicción y la energía con las que se desparrama en este disco son admirables y bien merecían una segunda oportunidad. No la hubo, pero al menos ahí queda esta colección de 11 canciones marcadas a fuego por la rasgada voz de Hoffner y entre las que destacan dos: “Summer of love”, que es la banda sonora perfecta para las vacaciones de verano de cualquier adolescente, y una versión del “Perfect Day” de Lou Reed, que es tan excelsa que hay que escucharla agarrado a algo para no caer al suelo de bruces.
#3 EIGHT WONDER
Fearless (1988)
Pasaron tantos productores y letristas distintos por este disco que es un milagro que no se caiga en pedazos: ahí están, entre otros, desde Mike Chapman, productor de Blondie, hasta Pet Shop Boys, pasando por Bernie Taupin (letrista de Elton John), Holly Knight (que había compuesto temas para Bonnie Tyler o Pat Benatar), o el dúo Billy Steinberg/Tom Kelly, responsables de jitazos del calibre del “Like a Virgin” de Madonna o el “Eternal Flame” de Bangles.
Fearless fue el padre de singles que marcaron una época y una generación, verdaderas joyas de un pop deliciosamente teenager como “I’m not Scared” o “Cross my heart”… aunque no nos engañemos: lo que hizo que Fearless lo petara en medio mundo fue la rubia de la portada, Patsy Kensit, que cantando como si se estuviera restregando los muslos con el trípode del micrófono se convirtió en el segundo icono sexual por excelencia de los años 80 (el primero no admite discusión: Wendy James, de Transvision Vamp, que en su caso cantaba directamente como si quisiera arrancarte el alma con la boca).
La cosa duró poco, porque Kensit prefirió hacer sus pinitos en el cine (Arma letal 2) y luego se dedicó a coleccionar exmaridos famosos. Menos mal que antes de meterse en líos primero con Dan Donovan, de Big Audio Dynamite; luego con Jim Kerr, líder de Simple Minds; y después con el cretino de Liam Gallagher, ya había arrastrado sus gemidos en “When the Phone Stops Ringing”, fácilmente una de las 50 mejores canciones de los años 80.
#2 EL PRESIDENTE
El Presidente (2005)
Detrás de este exótico nombre se esconde ni más ni menos que Dante Gizzi, miembro fundador de Gun que, tras la disolución de la banda a finales de los 90, decidió no quedarse quieto. Lo que le salió no era exactamente el hard rock de su grupo de toda la vida (aunque toques de ello hay en el disco), sino más bien un homenaje directo a T-Rex tan audaz como sugerente. No es aprovechable al 100%, pero hay bombas como “100MPH” o “Keep on Walking” que justifican por sí solas la existencia del disco entero. Imagino que el sonido del álbum (y las americanas de Gizzi en los conciertos) fueron too much para el público general, así que tras cuatro singles y salir de gira como teloneros de Oasis, Duran Duran y Simple Minds, el proyecto murió solito.
#1 VIXTROLA
End: User (2000)
Una búsqueda rápida con Google ya deja bien clara la condición de grupo fantasma de Vixtrola. No tienen entrada en Wikipedia, ni rastro de ellos en Discogs, y su Facebook se actualiza misteriosamente para desear feliz año nuevo cada diciembre y para poco más. La historia es esta: Jamie Blake, cantante ella, y Paul Andrews, músico él, se juntan y graban como Vixtrola su álbum debut con nada menos que Ric Ocasek (líder de The Cars) como productor.
El disco nunca ve la luz por culpa de una serie de follones legales con la discográfica Geffen Records, pero una copia sin el final mix acaba filtrada a la red. Se genera cierto run-run, Blake y Andrews negocian con Geffen, pero pasan los años y el disco acaba definitivamente perdido en un limbo legal del que nadie parece poder rescatarlo. Hoy Andrews se dedica a sus cositas musicales y Blake se ha convertido en la flamante propietaria de una inmobiliaria especializada en casas de lujo y con base en Los Angeles (sí, es para fliparlo). Aunque durante muchos años fue necesario recurrir a medios no convencionales para poder escuchar End: User, Blake y Andrews decidieron vender ellos mismos las canciones del disco, ya con su final mix, aunque lo hicieron en formato .mp3.
La música tiene una deuda pendiente con Vixtrola, End: User es un discazo que hibrida alegremente unas guitarras y unas baterías que parecen sacadas de Led Zeppelin con programaciones electrónicas que Depeche Mode habrían firmado en sus primeros discos. De ahí que End: User alterne baladas sedosas como “You” o “Let it End” que encajarían en cualquier película producida en los 80 por Don Simpson y Jerry Bruckheimer, midtempos de fantasía como “Walk Away” o “Centre of the Sun”, y la joya de la corona, dos bestialidades a medio camino entre el rock y el pop compuestas y grabadas desde la rabia: “Gunboat” y “Never again”. Dos misiles que apuntan a la línea de flotación de todo lo que la música ha dicho hasta ahora en este segundo milenio.
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