Primeras luces del 15 de marzo en la avenida de Campanar, en su desembocadura hacia el Jardín del Turia. Dos arquitectos franceses, Xavier y Romain, rematan Postnatura, la nueva propuesta de la comisión de falla “Castielfabib-Marqués de Sant Joan”. El árbol en forma de gigantesco puzzle fractal está compuesto exclusivamente de piezas en forma de Y, tiene como objetivo poner el dedo en la llaga de un futuro tan Ikeizado que, en él, los mismos árboles han quedado reducidos a la mera condición de kits de módulos ensamblables.
Xavier fue en su momento parte interesada en Ekklesia, aquel original e incomprendido experimento con final desdichado, que supuso despedida y cierre de una comisión fallera tan desmedida como “Nou Campanar”, y recuerda los días del montaje Mucha gente nos insultaba mientras la instalábamos. Nos decían que eso no era una falla, que como nos atrevíamos… Una versión reducida y reconvertida de “Ekklesia” puede contemplarse hoy en el Centro del Carmen: La falla del Burning Man. Arderá, pero en octubre.
Tras muchos años de intentar etiquetarlas, el carrusel se ha detenido en “Innovadoras y Experimentales”. Últimamente se habla casi demasiado de ellas. No han perdido su cuota de sorpresa y hasta diríase que han incrementado, a su pesar, la de provocación. A primera vista parecen dardos disparados al centro del vientre más clasicón de la fiesta fallera, pese a no dejar de ser una ramificación (no necesariamente evolución) de la misma.
Las fallas innovadoras nacen con el nuevo siglo, en comisiones modestas que buscan con ello ampliar miras y diferenciarse del resto, conscientes de que la repetición agota y dispersa. Viven en el futuro de un paisaje que evoluciona tan despacio que no deja de mirarlas de reojo. Sus creadores provienen de campos bien diversos y como hemos visto, no necesariamente ligados a la fiesta. Se las acusa contínua y erróneamente de falta de mensaje, cuando su arco temático no deja de moverse entre la denuncia y la reivindicación, sin por ello hurtarle espacio a lo lúdico.
Las nuevas fallas no han venido a cambiar el mundo sino a integrarse en él, y aún así no suele haber medias tintas con ellas: O experimentos geniales o bultos sospechosos. En su ya no tan breve historia, no faltan las que han tirado la toalla y han vuelto al redil del mainstream, o las que se quedaron nadando entre dos aguas. A día de hoy no pasan de la docena, pero su ejemplo se contagia a otras muchas comisiones que, de algún modo, van integrando elementos innovadores en sus propuestas.
Un tour racional de lo que podríamos llamar “Fallas I+E” arrancaría casi obligatoriamente en la misma puerta del consistorio, donde la pareja compuesta por dos jóvenes veteranos en estas lides, Anna y Giovanni , ha creado a partir de sus lugares comunes de madera y cartón y piedra, una máquina para la reflexión llamada Descobrir y redescobrir. Vale la pena detenerse un rato en ella para ir decapando todo lo que encierra, como si fuera una matrioska. Cerquita de allí parte, además, el camino más directo a la Gran Vía de las I+E: la calle de Guillem de Castro. El día acompaña y el paseo es agradable.
A medio camino hacia Torres de Quart, se nos ofrece un clásico en fallas experimentales, la comisión “Lepanto-Guillem de Castro”. El año pasado epataron con cinco enormes caminantes que portaban a cuestas casas y destinos inciertos. Éste nos sorprenden con una sencilla pared pintada de azul eléctrico y provista de pequeñas aberturas diseminadas a lo largo de toda su extensión. Hay evidentemente mucho más, pero para ello es necesario fisgar a través de ellas y examinar el otro lado, y darle con ello la vuelta a muchos conceptos malamente asumidos. La propuesta se llama D´amors y es otra creación de Anna. Si seguimos sendero por la propia calle Lepanto y nos deslizamos hacia su paralela, llegamos a “Borrull-Socors” y a su sense100Timents. Objectiu persona, una carga de profundidad reunida en un coso de madera con forma de diana y accesos a pasados recientes y poco edificantes. Tan necesaria como inquietante.
Recobrando Guillem de Castro y dejando atrás las Torres llegamos al edificio Beneficencia y al comienzo de la calle Corona. Con el permiso de la Universitat Vella, los pioneros de todo este recorrido. 2017 aquí se llama Sense permís, juega con el nombre de la calle que da nombre a la comisión, y sirve el mensaje vehicular a través del mundo tan caótico y tan coherente de los niños. Este guiño inteligente proviene del dueto entre un recién llegado y un artista consagrado: Isidro Ferrer y Manolo Martín. Dejándola atrás y en el primer acceso que encontremos a la izquierda, aparecerá un peaje obligado: “Ripalda-Beneficencia” y su Fabulari. Aquí encontramos de nuevo a Giovanni en su tercera propuesta consecutiva para la comisión. En este caso como en los anteriores, se trata de un escenario articulado y móvil donde el espectador debe formar parte del mismo, interactuando con todos sus componentes.
Llegamos a un impasse. Podemos elegir completar la curva del antiguo cauce del río Turia y acceder a la más convencional “Na Jordana”, o si nos queda hambre alternativa cruzar el río y desembocar inmediatamente en propuestas más modestas, pero siempre originales: Valga el ejemplo inmediato de “Padre Ferris-Vall de Laguar”. Siguiendo la misma calle Padre Ferris y su continuación, Nicasio Benlloch, haremos piernas, pero además accederemos a una recompensa situada al costado mismo del monumento más caro de la historia (el siempre futuro estadio del Valencia C.F). La falla de la que hablamos pertenece a la comisión “Els Somnis”, se llama Karma y es una joyita de originalidad e interactividad. Quizá sea pedirle mucho al cuerpo pero si éste aún quiere más podemos marchar hacia el barrio de Benicalap y al homenaje a todo lo que fue Eusebio Sempere como creador. La comisión es “Alfara del Patriarca-Periodista Gil Sumbiela”. Y ya. El resto existe más desperdigado y propicio a la escapada exclusiva: Plaza de Jesús, Politécnico, la Punta, la misma Castielfabib… todas valen el precio de una visita y ninguna de ellas deja indiferente, lo que en su caso viene a ser de lo único que no pasa por nuevo.
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