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Karime Amaya y su tributo a «La Capitana»

En Escenas 13 noviembre, 2018

Sara Esteller

Sara Esteller

PERFIL

Es una herencia de peso ser parte de la saga de Carmen Amaya, la única, la inigualable, la bailaora que rompió esquemas del flamenco para hacerlo entrar en una nueva dimensión de destreza, fuerza, velocidad, de genialidad. Pero Karime convive con naturalidad y gran respeto con esa herencia, familia flamenca de tronío de la que ella es un eslabón joven y curtido.

Para seguir la tradición, para mostrar lo que ha aprendido de sus abuelos, de su madre y de su tía abuela Carmen, la Amaya mundialmente famosa, estrena La Fuente, su homenaje al legado familiar. El próximo día 24 de noviembre en el sat! teatre de Barcelona, Karime subirá al escenario, sola en el baile, pero acompañada de grandes músicos: Antonio Rey y Tati Amaya al toque, Mara Rey, Ismael de la Rosa»El Bola» y Juañares  al cante e Israel Suárez «Piraña» en la percusión. En el espectáculo, un video inédito de una entrevista a Carmen Amaya salpimentará la puesta en escena, para cuya dirección la artista ha contado con Juan Carlos Lérida, conocido heterodoxo de este arte y padre del flamenco empírico.

Karime Amaya. Foto Laura Abad. Revista cultural El Hype.

Karime Amaya. Foto © Laura Abad.

Karime Amaya habla con un acento dulce y muy especial, muestra de su biografía mestiza. Nació en México DF (1985) donde su abuelo, Chiquito de Triana, su abuela Antonia y su tía Leonor, ambas hermanas de La Capitana y artistas de su compañía, se instalaron después de abandonar España y pasar los primeros 20 años de exilio en Argentina. En México nació Mercedes «La Winy», madre de Karime, quien se casó con un guitarrista mexicano enamorado del flamenco, Santiago Aguilar. La familia montó un estudio aún activo en el DF, aunque Karime ha seguido su propio camino, centrado en la interpretación y la creación.

Para mi «fuente» es una palabra que me lleva a soñar, me recuerda a mi abuela, que me contaba cómo la mandaban a por agua de chiquita; pero habla también de mi madre, de mi hijo, de mi familia, del manantial del que bebo para ser persona y artista, nos cuenta en uno de los descansos de su show diario en el tablao flamenco El Cordobés de Barcelona, donde nos atiende para hablar de este nuevo paso en su carrera.

Baila desde niña y, aunque no se instaló en Barcelona (la ciudad de la familia materna) hasta 2010, desde entonces no ha dejado de esparcir su impronta en numerosos espectáculos por todo el mundo. Karime Amaya es una bailora de temperamento, enérgica, de presencia rotunda y braceo sinuoso y altivo. Su taconeo es de vértigo y su expresividad, felina, volcánica. Todo ello contrasta con sus delicadas formas en las distancias cortas. Amable, parece tímida pero segura de un camino que ha ido labrando sin prisa pero con ideas claras. Al poco de instalarse en Barcelona ya declaraba su intención de montar su propio espectáculo cuando llegara la oportunidad.

Y el momento ha llegado, he estado tiempo pensando cómo lo quería hacer y ahora, pese a la falta de ayudas, con mis propios medios he montado un espectáculo con grandes artistas, afirma.

Karime Amaya. Revista cultural El Hype.

Curtida en festivales de todo el mundo con diferentes cuadros flamencos, su curiosidad le ha llevado a trabajar en proyectos de diferente trayectoria y calado. Fue protagonista del  documental Bajarí (Eva Vila, 2013, nominado a siete Premios Goya y ganadora de un Premio Gaudí); ha sido artista invitada en espectáculos de Antonio Canales, Farruquito, Juan de Juan o Joaquín Cortés; ha participado en diferentes homenajes a su tía abuela, uno de ellos junto a Pastora Galván. En 2012 estrenó Desde la orilla en el festival de Jerez, foro donde la premiaron como artista revelación al año siguiente.

Es indiscutible la importancia de mis raíces, es un honor y una responsabilidad a la vez, y aunque es normal que me comparen, mi tía era un genio; yo conozco mi oficio, me lo enseñaron en casa, crecí rodeada de artistas y mi madre ha sido mi principal maestra,  comenta Karime interrogada por enésima vez sobre la importancia de llamarse Amaya.

En La Fuente habrá farrucas, alegrías, tarantos y soleás. Su artífice define la obra como «flamenco tradicional» pese a que para ello haya contado con Juan Carlos Lérida, de quien dice: conozco su trabajo y es verdad que no tenemos nada que ver en lo que pretendemos como artistas, pero confío mucho en su experiencia como director, no tiene por qué afectar el que tengamos conceptos diferentes del flamenco. Él sabe como bailo, de donde vengo y va a aterrizar en lo que yo pretendo.

Sobre otros de los artistas que están llevando el flamenco por territorios inexplorados (Israel Galván, con quien ha compartido cartel, Rocío Molina, Andrés Marín,…) nos explica que conoce su trabajo, admiro la valentía que tienen, respeto sus inquietudes y necesidades, todo es válido, yo tengo mi concepto y ellos el suyo.

Decidida a llevar La Fuente al máximo de escenarios posibles, Karime Amaya contribuye a engrandecer el legado de su estirpe.

Karime Amaya se refleja en el agua de una fuente. Foto: Laura Abad.

Karime Amaya se refleja en el agua de una fuente. Foto © Laura Abad.

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